En Carabanchel (Madrid), varios edificios en el entorno de la calle Antoñita Jiménez han sido tomados en su totalidad por grupos okupas de extrema izquierda; incluso han montado una escuela okupa en su interior y celebran conciertos multitudinarios.

Anteriormente, estaban en Lozoyuela, de donde los expulsaron, y ahora viven en un edificio de Carabanchel que está en riesgo de derrumbe. Justo al lado, otro bloque lleva más de cuatro años ocupado. La zona está completamente plagada de carteles anunciando conciertos, actividades e incluso clases.

Allí, cada sábado imparten una escuela de ocupación. Enseñan a otros a entrar en viviendas vacías, cómo resistir un desalojo e incluso cómo mantenerse dentro el mayor tiempo posible.

Desde la puerta hasta la azotea, tienen ojeadores controlando la zona: Quién entra, quién graba, quién pregunta. Y ellos lo justifican porque aseguran que han mejorado la vida del barrio que estaba vacío y ahora tiene una nueva vida. El edificio se encuentra en serio riesgo de derrumbe.

Más de 300 personas se concentran cada sábado frente a este edificio de Carabanchel. Son agentes de extrema izquierda y vienen de todos los sitios, de todas las nacionalidades. Muchos con capuchas, mochilas, pancartas. Son ocupas llegados de toda la Comunidad de Madrid.