Sevilla, una ciudad blindada en Semana Santa
La Madrugada del año 2000, de la que se cumplen ahora veinticinco años, lo cambió todo en materia de seguridad. Repasando las crónicas de la época, pueden leerse informaciones sobre la falta de coordinación entre la Policía Local y la Policía Nacional, de la carencia de planes de evacuación y de la ratonera en la que se convirtió la Carrera Oficial. Nadie ha podido averiguar qué paso realmente aquella noche, pero lo cierto es que se evidenciaron las lagunas de un dispositivo de seguridad que, si existía, era más que precario. A partir de ahí se fundó el Cecop y, año tras año, se ha ido modelando un plan que da la sensación de estar más que engrasado y al que en los últimos años se le han sumado las nuevas tecnologías.
Sevilla será, a partir de este Domingo de Ramos, una ciudad blindada. No es nada nuevo. De hecho, el plan es muy similar al del año pasado. Cierto es que en 2024 no se pudo medir bien el dispositivo, pues las intensas lluvias de toda la semana restaron cofradías y público. Será por tanto este año, si el tiempo lo permite, cuando se pongan a prueba todas las medidas incluidas en el plan de seguridad. Son muchas, la mayoría ya conocidas, aunque hay otras nuevas.
De estas últimas destaca la llamada operación Cirio. Así es como ha llamado la Policía Nacional a un servicio que consistirá en que agentes de paisano (de los grupos de Policía Judicial) se infiltrarán en la bulla, para así tratar de reaccionar con mayor rapidez a posibles delitos contra el patrimonio, especialmente los hurtos. Se sabe que desde hace años, las bandas itinerantes de carteristas acuden a Sevilla durante esta fiesta mayor, tratando de aprovecharse de las aglomeraciones para sustraer carteras, bolsos, teléfonos móviles, joyas y cualquier otro objeto de valor con el que puedan luego obtener algo de dinero.
Para ello, la Policía ha puesto en marcha la llamada Operación Cirio, inspirada en la operación Albero que tan buenos resultados arrojó durante la Feria de Abril de 2024. Se trata, básicamente, de reforzar la presencia de agentes de Policía Judicial en el centro de la ciudad durante la Semana Santa. Este mayor número de policías de incógnito también está enfocado a prevenir posibles agresiones sexuales, o al menos a detener a los autores en el caso de que éstas se produzcan. El año pasado, durante la Feria, se detuvo así a un presunto violador que atacó a varias mujeres. También será útil este plan para el control de menores.
Este Domingo de Ramos supondrá un esfuerzo extra para la Policía, pues hay que desplazar efectivos al partido del Betis, que se enfrenta al Villarreal a partir de las seis y media de la tarde. Es algo poco habitual, pues en Sevilla los partidos de este fin de semana solían jugarse el Sábado de Pasión o incluso el Domingo de Ramos por la mañana. Pero, al tener el Betis partidos europeos tanto el jueves anterior como el Jueves Santo, era imposible cambiar la fecha. Se habló de un posible adelanto horario, pero finalmente no se llevó a cabo. Aún así, no es la primera vez que coincide un partido en Semana Santa, incluso se han jugado eliminatorias europeas (todos los partidos de competiciones europeas son declarados de alto riesgo) en Jueves Santo.
En la parte técnica, destacan el uso de drones y cámaras de videovigilancia, tanto por parte de la Policía Nacional como de la Policía Local. Las imágenes tomadas por estos equipos podrán ser consultadas en tiempo real por los responsables del dispositivo de seguridad. Así se puede ofrecer una respuesta acorde y rápida ante cualquier incidencia o imprevisto. Además, se utilizará la inteligencia artificial para, a través de las imágenes de los drones, se pueda contar el público de manera aproximada y tener una estimación del número de personas que hay en cada zona.
En esta ocasión, habrá 1.865 policías nacionales desplegados por el centro de Sevilla en los distintos días de la semana. Por parte de la Policía Local serán 961, toda la plantilla. También se mantendrá el vallado de las zonas más críticas, en las que se esperan más aglomeración de público, aunque se apostará por sustituir las vallas en algunas calles por las líneas rojas pintadas en el suelo para que la gente sepa dónde colocarse. El Ayuntamiento ampliará a 2,5 kilómetros las líneas, más del doble de la distancia del año pasado. La Policía y las hermandades han revisado estos días hasta 40 puntos conflictivos, mientras que el número de obstáculos roza los 2.000.
El plan divide la ciudad en diferentes demarcaciones, que se catalogan como zonas de actuación preferentes. En ellas se fijarán retenes formados por agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP). Es el caso de las entradas y salidas de todas las hermandades y la Carrera Oficial en todo su trayecto. Durante la estación de penitencia de las cofradías también estarán presentes efectivos de la Policía Nacional, en grupos de dos y seis agentes, con la misión de colaborar para que las procesiones discurran con normalidad y detectar cualquier incidente que pudiera producirse. Este servicio se prestará en la cruz de guía.
No hay que olvidar que España mantiene fijada la alerta antiterrorista en el nivel 4 reforzado, y que en 2019 hubo una operación antiyihadista en pleno Miércoles Santo. Se detuvo al imán de la mezquita de Su Eminencia, que planeaba cometer un atentado en Semana Santa. De ahí que no haya que extrañarse demasiado si se ven agentes con armas largas y escudos balísticos y vehículos cruzados en las grandes avenidas, para servir de obstáculo a un posible atentado con un vehículo.
En el ámbito municipal hay un cambio en la llamada ley seca de la Madrugada, que cada vez se relaja más. El Ayuntamiento flexibiliza las medidas, para deleite de los hosteleros, y los bares podrán abrir hasta las tres de la mañana y dispensar alcohol de baja graduación.