Grupos de musulmanes nigerianos han tomado este martes las calles de la ciudad de Kaduna, en el norte, en las que han disparado con fusiles AK-47, incendiado neumáticos y destruido al menos una iglesia, dos días después de la muerte de al menos 52 personas en enfrentamientos entre musulmanes y cristianos.

“Han salido a las calles, han quemado neumáticos y han disparado. Han incendiado una iglesia”, declaró un testigo, de nombre Suleiman. El propio testigo explicó que se había visto atrapado en medio de la multitud mientras intentaba regresar a su casa. Un reportero de Reuters ha oído múltiples disparos en la ciudad.

Los enfrentamientos del domingo se produjeron después de tres atentados suicidas con bomba contra varias iglesias del norte de Nigeria, que de momento no han sido reivindicados y que causaron al menos 19 muertos.

El grupo insurgente islamista Boko Haram se ha atribuido la autoría de otros ataques contra iglesias. En Nigeria, la mitad de la población es musulmana y la otra mitad es cristiana, pero en general ambas comunidades conviven en paz.

Aparte, las autoridades nigerianas han impuesto este martes un toque de queda en la ciudad de Damaturu, en el noreste, tras registrarse esta noche enfrentamientos entre islamistas de Boko Haram y soldados. Las autoridades no han informado de dónde se han producido concretamente los enfrentamientos ni si ha habido heridos.