Las arbitrariedades del Eje París-Berlín
A instancias del manido Eje francoalemán, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han acordado este viernes realizar una leve reforma del Tratado de Lisboa para convertir en permanente el fondo de rescate de 750.000 millones de euros que se creó en mayo para frenar la crisis de deuda pública de la eurozona. Este mecanismo financiero incluirá la posibilidad de quiebras controladas de países para que el sector privado asuma parte de la carga. ¡Oído cocina!
Los especuladores de la banca privada ya podrán meter sus rechonchas manitas en la caja de caudales de los dineros públicos. ¡Malende, malende!, ¡yuyu, buana! Recordemos, porque a veces nos falla la memoria histórica de lo más reciente, que esta crisis se inició en septiembre de 2008 con la quiebra, aparatosa y fraudulenta en muchos casos, de varias instituciones financieras privadas. Y que fueron los Estados, es decir, el dinero público, el que acudió a su rescate.
Los Estados no quiebran, los bancos privados, sí. ¡Que no nos líen! Sin embargo, como ya nadie se acuerda del desastre de 2008, y mucho menos del de 1929, la mayoría de países, entre ellos la bobalicona España, así como la propia Comisión, han reiterado su disposición a estudiar la petición de Berlín para reforzar la disciplina fiscal: suspender el derecho de voto en las decisiones europeas a los países que incurran reiteradamente en déficits excesivos. ¡De eso nada, monada! La soberanía de una Nación, no puede estar supeditada a rastreros intereses financieros o comerciales. Bancos y empresas privadas no pueden estar por encima de la Soberanía del Pueblo. ¡Jamás! A pesar de la pringosa oposición inicial del resto de países de la UE, la canciller alemana, ‘Adolfa’ Merkel, ha encargado al presidente permanente del Consejo Europeo, el ‘cero a la izquierda’ Herman Van Rompuy, estudiar la viabilidad de este castigo político.
Lo que diga el resto de UE, les trae al pairo a Francia y Alemania. Claro que, cuando se trata de sancionar a la ‘niña bonita’ Francia por expulsar ilegalmente a ciudadanos rumanos y búlgaros, sean gitanos o goliardos, la cosa cambia. Francia y Alemania se han dado carta blanca para saltarse las mismas normas que ellos imponen a los demás. Sólo podemos decir que más tontos son los otros por dejarse avasallar. Afortunadamente, Reino Unido y Polonia han bloqueado las negociaciones hasta lograr un acuerdo final consensuado, y que refleje sus peticiones sobre cuestiones que no estaban en la agenda, como que la propia UE dé ejemplo con un presupuesto más austero para sí misma. ¡Consejos vendo, y para mí no tengo! De cualquier modo, ‘Adolfa’ Merkel ha logrado vencer la resistencia del resto de Estados miembros y, por su parte, el gobierno “ceroizquierdista” de Zapatero no ve “inconveniente” en realizar cambios en el Tratado de Lisboa para consolidar el mecanismo de 750.000 millones de euros, y “comprende”, asimismo, las razones derivadas de la Constitución alemana que esgrime Berlín para reformar el Tratado. ¡No se puede ser más mantecoso!
Cualquiera de los teletubbies nos hubiese representado mejor en Europa. ¿Dónde queda la Soberanía del Pueblo español, señor ‘talante’? También hay que decir que el Pueblo español sigue sesteando como si la cosa no fuese con él. Antes se decía de nosotros que éramos “Quijotes”, yo siempre he pensado que este es un país de “Sancho Panzas”. A petición de ‘Adolfa’ Merkel, el ‘donnadie’ Van Rompuy estudiará también la posibilidad de suspender el derecho de voto a los países infractores, y además exigiría una reforma del Tratado de más calado. Esto supone que si un país tiene problemas, a partir de ahora, será castigado por tenerlos. Con lo cual sus problemas se acentuarán. Es como si a una mujer maltratada, le damos una paliza por dejarse pegar. ¿Se puede castigar a todo un país por los errores perpetrados por los ineptos culiparlantes que lo gobiernan? Lo justo sería castigar únicamente a quienes les han votado.
Para rematar la faena, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, el viejo con cara de vieja, ha declarado que es partidario de posiciones más duras. ¡Pinche pendejo! Que dirían en México. Recordemos que el BCE no es más que una sucursal de provincias del Banco Mundial, mangoneado a su antojo por los norteamericanos, que también mandan en el FMI (Fondo Monetario Internacional) y que, por tanto, Europa sólo es ya un protectorado de Estados Unidos. Si antes nos referíamos despectivamente a algunos países latinoamericanos llamándolos ‘repúblicas bananeras’, ahora nos podemos aplicar el cuento: los europeos también somos ‘monarquías’ y ‘repúblicas bananeras’.