Ramiro González.- “Crees conocer una Historia, pero solo sabes como termina. Para comprender el núcleo de esa Historia, debes volver al Comienzo”. Así comienza una Historia que se ha alargado durante 4 estupendas Temporadas, las cuales, glosan perfectamente lo que fue el reinado de Enrique VIII y su opulenta corte. Protagonizada por Jhonathan Rhys Meyers, quien ha ganado numerosos premios por su interpretación, ‘Los Tudor’ nos sumerge en una época de intrigas palaciegas, en la que los personajes solo miran por sus propios intereses.

Las dos primeras temporadas nos hablan del comienzo del declive del Rey, cuando decide divorciarse de nuestra Catalina de Aragón para poder acostarse con Ana Bolena. Bueno, acostarse se acostaba sin estar divorciado claro. El caso es que el Papa no autoriza el divorcio, y Enrique se enfada un poco, dando lugar al nacimiento de la Iglesia Anglicana, de la cual, se autoproclama Cabecilla. Hay un libro recomendable, aunque se pueden hacer varios matices al mismo, escrito por una experta en la corte de Enrique VIII, que dice que no era un Rey absolutista. A partir de este instante fue cuando prácticamente perdí el interés en el libro, sobretodo porque aunque no soy historiador, no soy tonto. Enrique VIII era absolutista, hasta el punto de que hay testimonios en los que tiene expresiones tales como “Dios cuida de sus elegidos” refiriéndose así mismo. Si esto no es ser absolutista, entonces no entiendo el concepto.

Por supuesto ya digo que el libro tiene verdades, y la autora a pesar de ser inglesa, es muy cariñosa con Catalina de Aragón a quien retrata como una gran mujer, muy culta y gran aficionada a la caza. Al parecer, compartía con Enrique esta afición y se cuenta que mantenían numerosas tertulias sobre el tema. El jovencísimo Enrique, que se vio coronado a la edad de 17 años, inesperadamente, porque la corona iba a ser para su hermano que murió, era un joven muy docto en Teología.

De hecho siempre se ha dicho que, a pesar de ser el causante de todas las desgracias, al final era el menos protestante, o al menos no tanto como su secretario Thomas Cromwell. Para mí, el episodio más triste de la serie, es aquel en el que se ve la ejecución de Tomás Moro, aquel que un día fuera el secretario real, y gran amigo del monarca. El rey tuvo 6 esposas oficiales, aunque numerosas amantes, entre ellas la hermana de Ana Bolena, María. Con Catalina de Aragón tuvo a su hija María Tudor, que pasaría a la Historia con el apodo de BloodyMary, debido a las masacres que hizo con los protestantes. Una prueba más de que en todos los lados hay extremos.

La serie hace un recorrido magistral y muy interesante por el reinado del monarca, que fue el más rico de la Historia de Inglaterra. De hecho, la opulencia de su corte, era una técnica de marketing de la época ante los monarcas de los demás países, para amedrentarlos, mostrarles lo poderoso que era. Es una serie que recomiendo ampliamente.