Yasin Puertas, moderador del debate celebrado en Córdoba TV.

Fernando de Oyarbide.- Estos días se habla y no se para del debate emitido por Córdoba Internacional TV. El espacio lleva por nombre “Semana a semana” y pretende ofrecer una imagen de las principales noticias que ocurren en occidente, desde el punto de vista del mundo islámico, naturalmente.

Punto de vista que, a pesar de los esfuerzos de su director Yasin Puertas, no puede ocultar su sesgo de manipulación y tergiversación de la realidad que se observa en el modo de tratar la información, ni con la ayuda de sus otros tres contertulios islamistas, en lo que se supone, es un debate equilibrado cuatro a uno.

Pero justo han tenido la mala idea de invitar a una persona como Armando Robles, director de Alerta Digital un hombre, experimentado, culto, que no se arruga ante las encerronas dialécticas en las que pretendían meterle, siendo éste comunicador capaz de quitarle la piel del cordero a lobo con cierta facilidad y batirse de forma inteligente con semejantes oponentes.

Un programa en el que su conductor Yasin Puertas, comienza condenando todo lo condenable, “los atentados de las torres gemelas, el 11M, las matanzas de civiles inocentes, las injusticias cometidas por los dictadores”. Incluso si procediera, la muerte de Manolete.

Hasta aquí perfecto de o ser porque olvidó mencionar que emite desde un canal financiado por los mismos que apoyan la prohibición de que las mujeres de Arabia Saudí puedan trabajar, que puedan acudir al médico sin la autorización de un familiar masculino o conducir un coche, simplemente porque la religión islámica otorga a la mujer un papel de segunda y tercera clase. Un mundo en el que se condena la homosexualidad, los derechos de los trabajadores…

Un canal en el que se condena con la boca pequeña mientras no se hace ninguna mención ni tampoco se condena la imposición de su cultura islámica incluso por la fuerza, como ocurre en la propia Arabia Saudí, en Iran, Irak, Nigeria, Maldivas, Egipto o Turquía.

Todos ellos países islámicos, en los que la mayoría musulmana se permite arrinconar a los que no piensan como ellos y se limitan a justificar las salidas precipitadas de los cristianos amenazados de muerte, como “simples decisiones personales al margen de las presiones “inexistentes del islam. Una religión cuyo libro sagrado, el Corán, castiga con la muerte la apostasía del islam y la conversión al cristianismo.

Armando Robles tuvo valor en acudir a ese programa –como comentó el propio conductor Yasin Puertas- ya que se enfrentó a unos contertulios islamistas que se permitían ofender “desde su postura democrática” a otros compañeros de Alerta Digital acusándoles de generar odios en lugar de hacer periodismo.

Concretamente, habría que preguntarle al ilustrado contertulio Ali Calatayud, o a la defensora de los derechos de la mujer libre mulsulmana, Leila/Silvia Cerrada si defenderían a un cristiano amenazado en el país islámico de origen. De no atreverse, ¿condenarían sin justificación ni paliativos, desde su cómoda posición occidental española, sucesos como los siguientes?
Sakineh Mohammadi Ashtlani de 43 años, condenada a muerte por mantener relaciones ilícitas con dos hombres. En el juicio cuya palabra de una mujer vale la mitad que la de un hombre en el mundo islámico, ella manifestó que fue violada. La sentencia argumentó que fue adúltera.

Youcef Nadarkhani, de 32 años, casado y con 2 hijos. Detenido en 2009 por practicar apostolado entre los musulmanes y condenado a muerte e 2010. Para salvarse, los jueces le exigieron que renunciara a la fe cristiana y volviera a la islámica. El reo se negó.

Rubina Bigi, encarcelada por insultar al profeta Mahoma. La mayoría de las ocasiones en las que se condena a una persona por no someterse al islam, se le acusa de ofender al profeta.

Zaibul Nisa, 14 años en la cárcel. Fue acusada de profanar el Corán. Otra de las excusas más recurrentes del mundo musulman.
Martha Bibi Maiz, continua en prisión por blasfemar contra el profeta.

Akhtari Malkari. Anciana cristiana a la que se le atacó en su casa por el mero hecho de no ser musulmana.

Shijo Kokcato, 30 años, maestro. Encarcelado por la posesión de una biblia y un rosario. Denunciado por sus propios compañeros de trabajo.

Qué decir de leyes por las que se asesina directamente a mujeres por el método de la lapidación.

¿Estaría dispuesta nuestra contertulia Leisla o Silvia Cerrado (en el debate utilizaba distintos nombres según el momento) a condenar leyes como la iraní en la que se describen el tamaño de las piedras con las que acabar con la vida de las infieles? “…las piedras deben de ser lo suficientemente grandes como para causar lesiones y, al final la muerte; pero no tanto, como para matar a la víctima enseguida” (legislación iraní).

¿El hecho de que la cultura judeo-cristiana, no permita esas prácticas de asesinatos en España, justifica que Leila, mujer libre y musulmana, tiene más derecho a la vida que una pobre mujer iraní simplemente por vivir en un país cristiano?

Desde la Revolución Islámica de 1979, Admistía Internacional ha documentado, 77 lapidaciones, y eso que faltan datos entre los años 1979 a 1984, con lo que fácilmente podrían pasar de los 100 asesinatos.

¿Condenan alguno de los contertulios de “Semana a semana” éstos métodos? ¿Los condenarían si vivieran en cualquiera de éstos países islámicos?

¿Acaso, alguien puede a éstas alturas, permitir que se comparen la religión islámica en la que se acepta el asesinato como medio para un fin, en pleno siglo XXI, con la religión cristiana de ésta época?

Armando Robles tuvo valor al acudir a éste programa de debate, ya que por lo menos, sus telespectadores pudieron ver, al menos por unos minutos, algo de imparcialidad, de tolerancia y de cultura, algo que en verdad, no se puede encontrar en el mundo islámico por mucha piel de cordero que le pongan al lobo. Robles me reconcilió aún más con mi universo. Pocas veces se hizo tan visible la superioridad de nuestra civilización cristiana sobre la de ellos.

*Periodista de es.Radio.