Un autónomo español que lleva toda su vida cotizando, que han cotizado sus padres y sus abuelos, no tiene derecho al paro. Hay cientos de miles en esa situación.

Si un extranjero delinque y va a cárcel, tras vivir del contribuyente, tiene una “ayuda social” durante dieciocho meses. Esto no es justo. Es absurdo. El extranjero precisa de documentos que justifiquen su presencia en España. Una denuncia policial es suficiente.

Se incentiva el delito. Delinquier resulta rentable, lo que no resulta rentable en España es ser español, trabajador y cotizar.
Quien rechaza tal desquicie, tal injusticia es hombre sensato y justo. Son los políticos los que generan xenofobia con sus políticas nefandas. Por lo común, salvo personalidades enfermizas y acomplejadas, nadie tiene nada contra el extranjero cuando viene a trabajar y a progresar, pero cuando se ve que más de la mitad de los varones marroquíes nunca han trabajado, nunca han cotizado, y llevan años recibiendo dinero público, la gente se indigna con razón, lo justo es indignarse y poner coto a esta tragedia. Tienen que dejar de vivir del cuento. Tienen que ponerse a trabajar o irse de inmediato. No puede haber ayudas para delincuentes extranjeros. Ningún extranjero debe recibir ayudas, salvo que haya cotizado.

Es la degenerada canalla política la que ha puesto las bases de conflictos muy graves y la que debe responder por sus irresponsabilidades. La justa ira razonable y el peso de la Justicia ha de caer sobre nuestros infames políticos.