TVE-1 marcó la diferencia la noche de fin de año
Como todos los años, hubo La Uno (TVE-1), que puso a funcionar la caldera a pleno rendimiento, y hubo las otras, que hicieron lo que pudieron. Sería decepcionante ensayar una calificación general. Ni siquiera puede decirse que nuestros canales progresen adecuadamente. La más limitada, La 2, pero se puso estupenda y nos obsequió con una programación de tono cultureta. Lo mejor, la reposición de la película ‘Amanece, que no es poco’.
TVE-1
Mota, lo más sólido de la noche
Es el cuarto año consecutivo de José Mota. Este caballero ha hecho cosas francamente buenas. La de esta Nochevieja no se cuenta entre las mejores. Hay que elogiar la confección de ‘¡Estamos contentos?’: fue lo más sólido y mejor fabricado de toda la noche. Pero algo en él daba una cierta impresión de forzado, incluso de enojado. Es verdad que el país no está para menos. Lo mejor: golpes como las parodias de la política anti-paro del Gobierno. Lo peor: los toquecillos anticlericales, que no venían a cuento. Y habría que saber si el populismo elemental de este tipo de discurso genera algo más que impotencia. Mota estuvo también en las uvas, y esto sí que es novedad. No puede decirse que sus comentarios jocosos vayan a ser recordados por siempre. Se las comió (las uvas) junto a Anne Igartiburu, que fue la encargada de conducirnos desde 2010 hasta 2011 con un musical de fuste. No conozco a Anne Igartiburu lo suficiente como para saber si estaba fingiendo o si es que venía así de casa, pero la presentadora dio la impresión de sobreactuarse: cargó demasiado la mano en transmitir una emoción y una alegría más artificiales que otra cosa. Lo que no se le puede reprochar a TVE en este trance (¿o sí?) es el esfuerzo de chequera y un razonable gusto al escoger las intervenciones.
TELECINCO
Carbonero estuvo en su sitio
Telecinco apostó por lo suyo: otra versión de ‘Sálvame’. La llamaron ‘La última cena’, por tocar un poco las narices, y consistió en un penoso autobombo de esta fábrica de basura televisiva. Vázquez ofició de anfitrión y Belén Esteban chupó cámara con avidez de vampiro. La cámara nos recordó algunos de los mejores/peores momentos de la tribu y, naturalmente, se regaló dinero al público. También apareció por allí la voz de la madre de Jorge Javier Vázquez diciendo que era la princesa Letizia. La ocurrencia da la medida del nivel general. Salvemos una imagen para el zaping: la de Belén Esteban bailando como si fuera Robocop. De alguna manera, ya lo es. La única novedad relevante que aportaba Telecinco era las uvas a cargo de las tres bellezas televisivas del momento: Sara Carbonero, Pilar Rubio y Marta Fernández. Dejó de ser novedad desde la primera campanada. La que estuvo más en su sitio fue sin duda Sara Carbonero, templada y sensata, lejos de los excesos festivos de estas ocasiones.
ANTENA 3
Chistes buenos… y abominables
Si Telecinco apostó por la caspa cotilla, Antena 3 lo hizo por las gracias de ‘El club del chiste’ bajo la batuta de Anabel Alonso. En tantas horas de chistes hubo, como es natural, algunos muy buenos y otros simplemente abominables. Para ser un programa de tono familiar -eso dijeron ellos-, se entiende mal la procacidad de muchos de los gags cómicos. Pero lo peor fue la selección final. Es francamente difícil elegir los seis mejores chistes del año y que sólo mediante grandes esfuerzos aflore un atisbo de sonrisa a los labios del espectador. Luego tuvimos las uvas con Sandra Daviú y Jorge Fernández, más pendientes de sí mismos que del espectador. Y para cerrar, un musical con ‘efecto karaoke’, para que el público pudiera cantar en casa. Es milagroso que hoy los cielos hayan amanecido despejados en la mayor parte de la península. Quizá sea por la poca audiencia del programa.
CUATRO
La vida en un barrio pijo
La noche más singular fue la de Cuatro, en especial por esa extravagante idea de marcharse a un barrio supermegapijo de Madrid para filmar la vida cotidiana de los más ricos de España. Teniendo en cuenta la que está cayendo en Cuatro y en Prisa en general, con recientes manifestaciones de periodistas, el gesto podría entenderse como un mensaje a Juan Luis Cebrián, que es aún más rico que los que salían ahí. Pero esto sólo es una interpretación personal. Las uvas corrieron a cargo de Florentino Fernández y sus chicos de ‘Tonterías las justas’. Mantuvieron el perfil gamberrete que se esperaba de ellos. Y después tuvimos un zaping donde, entre otras cosas, pudimos asistir a un mix de bofetadas deportivas, lo cual da fe del espíritu que se respira en esa casa. Malos tiempos.
LA SEXTA
Buenafuente y compañía
¿Y La Sexta? Buenafuente. Nada más. Toda la Nochevieja fue Buenafuente y sus prolongaciones, que en realidad son como él: Berto Romero y Ana Morgade. Luego, música. Poco más hay que decir: un programa para fieles de esta tribu, lo cual no deja de ser una apuesta limitada, pero sobre seguro.