Un Ayuntamiento de Tarragona imparte clases de wolof, la lengua de Senegal, Gambia y Mauritania
Lo que le faltaba a Cataluña. Mejorar la convivencia ampliando la información que los autóctonos tienen de los inmigrantes que viven y trabajan en el lugar, y viceversa. Este es el objetivo de la prueba piloto que se está llevando a cabo en Barberà de la Conca, en Tarragona, que este año imparte clases de wolof, la lengua de Senegal, Gambia y Mauritania y que hablan más de 13 millones de personas en el mundo. El Consell Comarcal de la Conca de Barberà también ofrece cursos de árabe y chino.
La prueba piloto nace a petición de los propios ayuntamientos de la Conca de Barberà que, conscientes del alto nivel de población proveniente de países como Senegal, consideran positivo que no sólo los inmigrantes aprendan la cultura catalana, sino también que los catalanes tengan la oportunidad de hacer un acercamiento a la de sus vecinos de fuera con la finalidad de favorecer el entendimiento y la convivencia. Este curso de wolof es el primero que se organiza en el territorio. Los promotores señalan que el idioma es la base pero va más allá y, además, se enseñan conceptos básicos de cultura, tradición, fiestas e, incluso, gastronomía.
Las clases las imparte Moustapha Gadiaga, un senegalés que vive desde hace seis años en el municipio de Barberà de la Conca. Numu demé, que significa ¿Qué tal? en wolof, es una de las primeras expresiones que aprenden los alumnos. Según Gadiaga, “el objetivo es enseñar conceptos básicos y palabras muy cortas, fáciles de memorizar pero esenciales para hacerse entender y poder mantener una conversación de mínimos”. “El curso permite hacer una pequeña aproximación a la cultura senegalesa y a sus raíces, compartidas por varios pueblos de África”, explica.
Buscando salidas profesionales
Gadiaga, que en su país ejercía como profesor de francés, así como las otras dos personas que se encargan de los cursos de chino y árabe, imparten las clases de manera desinteresada y responden a un perfil muy similar en cuanto a situación personal y formación académica. Y es que todos ellos viven en la comarca de forma totalmente legal y buscan abrirse un hueco en el mercado laboral enseñando unos idiomas minoritarios pero hablados por muchos inmigrantes asentados en el territorio. Por el momento, la que ha tenido más suerte es la profesora de árabe, que ya ha encontrado trabajo en una academia.
Los cursos, que se imparten en los bajos del Ayuntamiento de Barberà de la Conca, duran un par de semanas y constan de cuatro sesiones de dos horas cada una. Los organiza el Consell Comarcal de la Conca, mediante una prueba piloto y, si funcionan se repetirán en los próximos meses para llegar a más vecinos de la zona interesados en aprender nociones básicas de estos idiomas, ausentes o minoritarios en los centros y escuelas oficiales.
Por lo menos, el Wolof tiene más hablantes que el dialecto barceloní, mal llamado catalán.
Y luego nos suben los impuestos un día sí y otro también
Ellos nunca aceptarán nuestra lengua y encima de tenerlo todo pagado, nosotros debemos aprender sus idiomas, asumir sus costumbres y forma de vida. El siguiente paso será que nos veremos obligados a practicar la ablación a nuestras hijas. En caso de hambre fomentar el canibalismo. Si tenemos apetito sexuial y estamos sin compañera promover el homosexualismo, el lesbianismo y llegado el caso la zoofilia o bestialismo. ¿Qué tal la necrofilia?. A la hora de la merienda, ¿convertimos a nuestros hijos en coprófagos y comen los excrementos entre pan y pan? Al fin y al cabo el color es el mismo… Leer más »
¿Y para que iba a querer nadie de España aprender un idioma de Senegal ? como no sean los listillos de las ONG que se van de viaje a esos países con dinero publico…