Nómades virtuales: el ‘homo mobilis’
El hombre moderno, sentado frente al televisor, está dirigido por el mismo afán de ampliar sus conocimientos del mundo que un antiguo nómada. Los antiguos, al conquistar territorios nuevos, lograron crear una civilización global. Sin embargo, qué puede crear el “hombre televisivo” los científicos todavía no lo saben.
Lo único que se sabe por cierto es que se están produciendo ciertos cambios en el pensamiento humano que seguramente influyen en la dirección del desarrollo de la civilización. Estos cambios los trata de registrar, comprender y poner en el contexto histórico una nueva rama de las ciencias humanitarias denominada antropología del movimiento.
Los fundamentos de este nuevo enfoque, que trata la historia humana no como una evolución de formas políticas, económicas o sociales, sino como una evolución de estrategias de dominar el espacio, las explicó el miembro de la Academia Rusa de las Ciencias, el profesor y director de documentales etnográficos Andréi Golovniov.
Según el académico, en la antigüedad el hombre poseía una alta movilidad física y como consecuencia la capacidad de expansión en el espacio. En cambio, “el hombre de hoy está más bien sentado o tumbado que un ‘homo erectus’”, escribe en su libro Antropología del movimiento. “Darse prisa en nuestros días no significa mover los pies, sino apretar el acelerador o marcar rápidamente un número en el teléfono. Gracias a las tecnologías de la comunicación y transporte, se ha producido la ‘muerte de las distancias’, y de paso ocurrió una crisis de los contactos ‘vivos’”.
En opinión del científico, el estudio del movimiento de los pueblos ayuda a entender los mecanismos de la interacción étnica y cultural no solo de los siglos pasados, sino de la actualidad, ya que el rasgo que caracteriza a las culturas de diferentes épocas es el control por el espacio.
El moderno “Homo mobilis”, el hombre móvil (un nómada que se traslada por todo el mundo), es un oficinista con un teléfono móvil en la mano. Este nuevo tipo de ser humano, cuyas posibilidades son mucho más amplias que las de un nómada de la antigüedad, también pretende conquistar territorios, aunque esta vez virtuales.
La antropología registra estas nuevas relaciones del hombre con el mundo y trata de entender qué futuro nos espera. Andréi Golovniov explicó que una nueva plataforma para la investigación en el ámbito de la antropología del movimiento será el nuevo proyecto “El atlas del movimiento”, en el que por medio del cine, la fotografía, la pintura y la cartografía se fijarán los esquemas de la vida móvil del hombre moderno, desde los gestos y la mímica, hasta la migración y la comunicación virtual.