Como decía en mi anterior artículo, la actual crisis está despertando fantasmas que durante algún tiempo parecían superados, pero que, en realidad, sólo estaban dormidos. En las últimas semanas estamos asistiendo al brusco despertar de uno de ellos: el odio a Catalunya, cada vez más presente en la prensa de extrema derecha centralista y en afirmaciones y propuestas de determinados medios políticos. A lo lejos parece resonar aquel patético “Pujol enano, habla castellano” que no era sólo un insulto contra Jordi Pujol sino contra nuestra lengua y contra todos los catalanes.

La estrategia de echar la culpa de casi todos los males a Catalunya, por la que apuesta toda esta derechona anquilosada en el odio y el insulto, es una estrategia tan falsa, como de corto recorrido. Las cabezas pensantes de la caverna jacobina no se dan cuenta de que están provocando la reacción contraria a la que buscan: un debilitamiento de la cohesión interna de España y un progresivo desplazamiento de Catalunya hacia posturas independentistas. Su capacidad de análisis no da para más. Josep Anglada y Plataforma per Catalunya (PxC) apuestan –y lo vuelvo a repetir porque parece que hay gente que no logra entenderlo– por el proyecto común español, pero Josep Anglada y los catalanes y catalanas que luchamos cada día por este proyecto identitario, nos sentimos agredidos –como catalanes y como identitarios- por los constantes ataques y menosprecios contra nuestro país.

Los catalanes estamos realmente hartos de que se culpe de la crisis actual a nuestro régimen autonómico, y se sea incapaz de reconocer que la crisis es consecuencia de la nefasta elección de los políticos españoles y también catalanes por un modelo económico globalizador y neoliberal que condena a la ruina perpetua a Catalunya y a toda España. Repito otra vez más que Catalunya ha de ser generosa con el resto de comunidades españolas, pero estamos hartos de oír que esa solidaridad sólo ha de venir de nuestros impuestos y no de exigir más productividad, más seriedad y más eficacia a las comunidades que están muy por detrás de la nuestra en estos parámetros.

Los catalanes estamos hartos del permanente menosprecio hacia nuestros productos (varias veces boicoteados en el resto de España ¿y la solidaridad qué?), hacia nuestra lengua y hacia nuestras instituciones. Desde Plataforma per Catalunya hacemos también un llamamiento público para que estos ataques cesen de inmediato, nosotros defendemos y nos preocupa la unidad de España, y vemos que la extrema derecha centralista y jacobina puede terminar rompiéndola.

No quiero terminar este artículo sin referirme a otro tipo de ataque contra Catalunya tan grave y pernicioso como el anterior. Es la manipulación y el ataque al que la somete CiU. Manipulación en el sentido de confundir el pacto fiscal –provechoso para Catalunya– con la oportunidad de manejar mayores presupuestos a su antojo y seguir manteniendo su estructura de corruptos y parásitos varios; el pacto fiscal es positivo para Catalunya, pero no lo será si es gestionado por CiU, cuya catadura moral ha sido demostrada ya en demasiadas ocasiones. Y en el ataque, en el hecho público y constatado de apoyarse en los inmigrantes de todo tipo y color para llevar adelante su sueño de una Catalunya independiente… y multicolor; un sueño que será una pesadilla para los catalanes autóctonos. Una pesadilla que Plataforma per Catalunya no va a permitir.

*Presidente de Plataforma per Catalunya y concejal en Vic.