ETA: Cuando los verdugos inmisericordes exigen misericordia
Teresa Coscolluela.- Ya tenemos a otro infame asesino fuera de la cárcel. Iosu Uribetxeberria Bolinaga, más conocido como el torturador del funcionario de prisiones Ortega Lara a pesar de haber asesinado a tres guardias civiles y participado en varios crimenes más, ha conseguido librarse exigiendo ampararse en las mismas leyes que desprecia y rechaza cuando no le son de utilidad.
Aquí no hay que reprochar nada a quien usa las sus odiadas leyes en su beneficio, puesto que así son las hienas. Las cuentas hay que pedírselas a los jueces cómplices de los terroristas que les benefician a sabiendas. Creo que a esto se le llama prevaricación en lenguaje oficial o boniatoide como yo lo considero porque cada hecho tiene una definición muy sencilla para el pueblo llano y esos personajes que lucen puñetas, disfrazándose para soltar gilipolleces con una verborrea que sólo entienden ellos mismos, va a ser que son un peligro de mucho cuidado.
Efectivamente, la Audiencia Nacional ha confirmado la puesta en libertad del enésimo asesino etarra, “considerando” que el pobre está en las últimas y merece morir entre los suyos. ¡Ja! ¿Contamos cuántos etarras han sido excarcelados gracias a este engaño? ¿Contamos cuántos siguen viviendo tan ricamente desde hace diez años o más?
Atención a estos nombres: Fernando Grande Marlaska, Javier Martínez Lázaro, Ramón Sáenz y Alfonso Guevara. Son los supuestos prevaricadores que han otorgado la libertad a un asesino despiadado que cuando fue detenido tras las exhaustivas investigaciones se negó a decir cómo acceder al zulo donde tenía a Ortega Lara secuestrado y más chulo que un ocho, dijo “Que se muera de hambre”.
Este es el que ha exigido ahora unos derechos que él negó a sus víctimas. Unos derechos que le han sido otorgados a pesar de ser falsos según las últimas pruebas, ya que como a los demás excarcelados por el mismo motivo, no está en fase terminal y ya se sabe que mala hierba nunca muere como lo demuestran esos que siguen rozagantes diez años después.
Este es también el que se atrevió a decir que si hay tantos etarras que padecen cáncer, es por la prisión. Claro, hombre, ¿y los presos comunes? De ningún modo quiero hablar de más en un tema tan duro y escalofriante que afecta hasta a niños, pero tal vez se le podría decir al asesino si no será por el odio y la maldad que llevan inoculados en sus genes.
El juez Nicolás Poveda es el único que se ha opuesto y por ello la resolución será redactada por otro juez. Es lo que tiene no aullar a coro con las hienas.
Contra el terrorismo, cadena perpetua.