Copa del Rey.- Un gol de Abidal permite al Barcelona superar un duro examen en Bilbao
El Barça se clasificó para cuartos de final de la Copa del Rey sufriendo hasta el último segundo, como estaba cantado, y gracias al valor doble de los goles en campo contrario. Abidal marcó un milagroso tanto en el minuto 70 (no es lo suyo) y la réplica de Llorente en el 85 sirvió para que San Mamés vibrara con una auténtica noche de orgullo copero.
San Mamés abarrotado, rugiendo como en las grandes tardes de antaño. Lluvia en Bilbao, como reza el tópico. Terreno de juego embarrado, como en los partidos de los 70 en los que Cruyff decidía esconderse para no pisar ni un charco. El encuentro arrancó en el mejor escenario posible para el Athletic, en lo material y en lo espiritual, y hasta Guardiola, intuyendo las dificultades que iban a pasar sus artistas, decidió introducir en la alineación el músculo de Keita sacrificando el talento de Iniesta. Aunque sí colocó en el once a Messi pese a que llegaba al choque con sólo dos entrenamientos en las piernas tras su largo permiso navideño. Su presencia demostraba que para el técnico azulgrana era una final, aunque Puyol, tocado, se quedara en el banquillo y en la portería se situara el portero de la Copa: Pinto.
Caparrós, por su parte, apretó desde una hora antes del encuentro anunciando su once más vertical, con Toquero y Llorente en punta y Susaeta y Gabilondo en las bandas: extremos y rematadores, como en los viejos tiempos.
El 0-0 de la ida en el Camp Nou obligaba a los dos equipos a buscar el gol. De nada les servía especular. Pero el Barça, con un rondo inicial de más de un minuto que concluyó con un fuera de juego mal señalado a Keita cuando Pedro ya encaraba a Iraizoz, frenó el ímpetu del Athletic. Y Villa tuvo una gran ocasión en el minuto 7 con un cabezazo a bocajarro que se encontró Iraizoz.
Intimidó el Barça en los primeros diez minutos, pero no golpeó y el conjunto rojiblanco fue recuperando su fe hasta dar señales de vida con un disparo alto de Susaeta desde la frontal tras la jugada preferida del Athletic: saque de puerta de Iraizoz a la cabeza de Llorente y prolongación que siempre lleva peligro. Viendo lo infructuoso de su presión sobre la salida de balón azulgrana, el Athletic poco a poco se fue refugiando en su parcela con la esperanza de salir a la contra. El Barça tocó, pero con poca velocidad y apenas creó ocasiones hasta el descanso: una irrupción de Messi, un zurdazo de Pedro y un punterazo de Xavi. Los de Caparrós tuvieron la última gracias a la estrategia, pero el cabezazo de Gurpegi se fue alto.
Un gol en 129 partidos
La segunda parte comenzó con una acción escalofriante. Abidal recibió el impacto de una moneda lanzada desde la grada en la cabeza, pero pudo continuar con un chichón. El Barça de desconcertó unos minutos tras el suceso, pero el Athletic tampoco arriesgó más de la cuenta pese a la entrada al campo de hombres de refresco como David López y De Marcos.
En cambio Guardiola recurrió a Iniesta en el minuto 66 para encender la luz. Y con su juego asociativo, el equipo azulgrana volvió a llegar al área local. El gol se veía venir. Abidal, que tras la salida de Adriano por la entrada de Iniesta dejó el centro de la zaga para jugar de lateral zurdo, acompañó una acción colectiva, recibió el pase de Messi y logró el primer gol con la camiseta azulgrana en 129 partidos. Pero el Athletic nunca se rinde. Y menos en San Mamés. A cinco minutos del final sacó petróleo de una pelea de De Marcos al borde del área y Llorente puso el pie como pudo y empató.