Parece como si Mariano Rajoy hubiera buscado las mejores cortinas de humo para seguir escondiéndose de la vergüenza del caso Bolinaga y la chapuza de su gestión económica.

Por un lado, ayer, una de las personalidades más decentes de la política española –aunque no se esté de acuerdo con toda su forma de pensar- dejaba el Gobierno de la Comunidad de Madrid, asqueada de su propio partido, de la oposición que la quería muerta y que celebraba los percances de su vida, y maltratada como María San Gil por Rajoy que ha culminado la función del PP: anular a la derecha nacional. Más allá de las chorradas que insinúan algunos, Esperanza Aguirre se ha ido harta y ha afirmado que “no hay vuelta atrás.” La Presidenta se permitía el lujo de defender sus ideas, en los últimos tiempos no se cansaba de pedir la reforma del modelo de Estado pidiendo una disminución urgente de la Administración Pública que evitara subidas de impuestos y mostró contundentemente su descontento por la decisión de liberar a uno de los terroristas más repugnantes de la banda asesina ETA. En fin, cuando se alegran los enemigos de España, perdemos todos.

Por otra parte, hoy ha fallecido Santiago Carrillo, una de las personalidades más siniestras de nuestra historia reciente. En el plano político, llegarán los elogios del sistema, por su ambicioso e interesado papel en una Transición que ya nadie considera idílica, porque sólo supuso, devenida en partitocracia, –la historia presente lo confirma- la enésima vez que España perdía la oportunidad de instaurar un sistema de unidad y libertad política auténtica. Pero Carrillo, en el plano histórico, será recordado por los crímenes de Madrid durante el mes de noviembre de 1936, en el que él y sólo él, era el máximo responsable de los asesinatos en masa como Jefe de Seguridad en la Junta de Defensa de Madrid. No es casualidad que a los pocos minutos de conocerse su muerte, #Paracuellos era Trending Topic en Twitter. Tampoco es casualidad que hoy es el día fijado por la editorial http://www.gallandbooks.com para que mi nueva novela sobre la guerra civil Al Final Perdieron http://www.alfinalperdieron.com aterrizara en las librerías de España. Y es que en ésta historia, cuento la guerra civil que tuvo que vivir mi familia y en ella se relata con detalle el malvado papel de Carrillo durante los primeros meses de la contienda…

Finalmente, hoy hemos conocido una carta del Rey en la que muestra toda la preocupación por las consecuencias del sistema del 78 que él, tan gustosamente, ha presidido. No es tiempo de pedir calma y unidad a los independentistas sino de combatirles, de la misma manera que no es tiempo de pedir sacrificios a los españoles sino de acabar de una vez con todos los privilegios y corrupciones de los que dirigen éste sistema ruinoso. Majestad: centre el problema porque no se puede engordar al enemigo para calmarle, porque siempre acaba queriendo comer más.

En fin, en el final del régimen es tiempo de finales. Hay que estar preparados para que de nuevo, la izquierda, no intente lo que enseñan sus mejores maestros. Al menos, hoy, cuentan con uno menos. Que Dios le tenga en su gloria, porque para Dios no hay nada imposible. Por cierto, qué cara de malo. Si hoy es mentira que bicho malo nunca muere, es cierto que la cara es el espejo del alma.