Pakistán teme un estallido del islamismo más radical
Los dos Pakistanes se vieron las caras en la primera jornada de luto oficial por el asesinato del gobernador de la provincia del Punyab, Salman Taseer. El liberal y el fundamentalista salieron a las calles y, aunque no hubo incidentes, mostraron al mundo la enorme brecha abierta en los últimos años de guerra contra el terror en la que las autoridades se han convertido en socio imprescindible de la comunidad internacional, pero han perdido gran parte del favor de sus propios ciudadanos. Ese hueco lo han aprovechado las formaciones religiosas extremistas, cada vez con mayor poder e influencia en la vida política y social.
Compañeros del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) como el primer ministro, Yusuf Reza Gilani, el jefe de la diplomacia, Shah Mehmud Qureshi, o el titular del Ministerio de Interior, Rehman Malik, acompañaron a primera hora de la mañana a la familia durante el entierro celebrado en Lahore, capital del Punyab y auténtico motor económico y político del país.
Iconografía
Miles de personas se echaron a las calles para llorar a su líder, asesinado por los disparos de su guardaespaldas en pleno centro de Islamabad apenas 24 horas antes. Su rostro ya ha pasado a formar parte de la iconografía del PPP, cerrando una especie de trinidad de los mártires del Partido del Pueblo junto a Benazir Bhutto y su padre, Zulfikar Ali Bhutto.
El llanto de los que consideraban a Taseer un «héroe nacional» o un «mártir de la democracia» encontró el silencio y la censura en los medios de los sectores fundamentalistas cada vez más arraigados en la sociedad paquistaní. Partidos religiosos como Jamaat-e-ahl-Sunnat emitieron incluso un comunicado -firmado por quinientos clérigos- en el que pedían el «boicot al funeral» debido a las críticas abiertas del político asesinado contra la ley antiblasfemia vigente en el país asiático desde los ochenta. El líder de la formación islamista compareció ante los medios y se negó a condenar el asesinato de quien calificó como un «extremista liberal».
La corriente antiTaseer también se dejó notar durante varias horas en las redes sociales, las mismas que él usaba en vida para difundir sus ideas. Nada más conocerse la noticia del asesinato se abrieron varias cuentas en Facebook en honor a Mumtaz Qadri, el joven de 26 años miembro de la Fuerza de Élite, que asesinó a su protegido debido a su defensa de los cambios en la legislación antiblasfemia, según declaró tras su detención. «Mumtaz Qadri, te saludamos» o «Gracias a Dios que Taseer está muerto» fueron algunos de los comentarios de los más de dos mil seguidores que logró la cuenta en apoyo de este «soldado del islam» en muy pocas horas.
Media docena de personas permanecen detenidas. La Policía investiga el móvil del asesinato para saber si forma parte de alguna conspiración o si se trata de la acción personal del propio guardaespaldas. Tehrik e Taliban Pakistan (TTP), facción talibán que actúa en suelo paquistaní y que mantiene una guerra abierta con el Gobierno de Islamabad, llamó a varios medios locales como ‘The Frontier Post’ para reivindicar la acción. El portavoz insurgente, Azam Tariq, amenazó además con «asesinar a todos aquellos que realicen manifestaciones contra el islam».