La Monarquía inútil: Por la república presidencialista (VI)
Por Enrique de Diego.- La República es intelectualmente superior a la monarquía. Desde el punto de vista teórico, la República es conveniente, deseable y la fórmula que se identifica de manera más plena con el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. La República responde al principio de igualdad de todos ante la Ley. Nadie nace en una posición superior a los demás. No establece discriminación, ni privilegio. Cualquiera puede llegar a ser presidente. No es preciso situar a éste en zona de exclusión respecto al imperio de la Ley, sino que, al contrario, ha de ser ejemplar en cumplirla y hacerla cumplir.
La República no precisa generar una aristocracia, una casta parasitaria, sobre la que sustentar su estabilidad, pues se dirige directamente a la voluntad popular.
En el terreno de lo práctico, es notorio que ha habido repúblicas ineficaces, y algunas –como las comunistas- manifiestamente contrarias a la libertad personal. No vale, ni es viable cualquier república. Aunque la idea republicana sea superior a la monárquica, no es buena en sí, precisa de marcos adecuados y eficaces. Ha de estar relacionada con otra serie de principios, sin los cuales la democracia degenera o es pura ficción. Ha de compaginarse indefectiblemente con la división de poderes. Eso implica que la elección del legislativo, el Parlamento, y el ejecutivo, el presidente, han de ser distintas, y los legisladores han de tener plena representatividad personal, relación directa entre electos y electores, de forma que la cámara parlamentaria ejerza sus funciones de control.
Los parlamentarios han de ser elegidos a través de distritos uninominales. Eso conlleva una apuesta clara por la moderación, pues el candidato ha de esforzarse por conseguir el mayor número de votos y, por tanto, ha de dirigirse hacia las zonas templadas y mayoritarias del electorado. Esa fórmula permite la relación directa entre el representante y el representado, pues el político no depende, de manera decisiva, de las burocracias partidarias, sino directamente de los votantes, que votan a las siglas pero mucho más a las personas. Esos parlamentarios se deberán a los intereses y criterios de sus electores y, por tanto, estarán en condiciones de servir como auténtico contrapoder al ejecutivo.
Ninguna democracia ha sobrevivido a ninguna de las fórmulas partitocráticas devenidas del nefasto sistema proporcional. No lo hizo la República de Weimar, cuyo sistema proporcional permitió el ascenso del nazismo, hasta la toma definitiva del poder en 1933. Ni la IV República francesa, ni el corrompido sistema italiano que pivotó sobre la Democracia Cristiana y que se llevó por delante a ese partido.
El fracaso de la IV República francesa es altamente significativo. Su sistema electoral proporcional impidió la formación de gobiernos estables. El presidente era una figura decorativa y también carecía de poder el primer ministro. Lo que De Gaulle definió como “el ballet de los partidos” hizo que la toma de decisiones se hiciera prácticamente imposible, sobre todo cuando podían resultar impopulares. Los partidos tendían a eludir responsabilidades o a endosárselas a los compañeros de coalición; al tiempo, de manera compulsiva, eran proclives a respuestas emocionales que consideraban respaldadas por la opinión pública, como la guerra de Indochina que se resolvió con la derrota francesa en Dien Bien Phu (1954) o los vaivenes, cortoplacistas, de la inoperancia a la extrema dureza en la Argelia francesa, que fue el escollo en el que terminó encallando la IV República.
En 1958, el general Charles de Gaulle, llegado al poder por exigencia de los militares, y con Francia al borde de la guerra civil, sometió a consulta una Constitución –aprobada por 17,5 millones de votos contra 4,5- que Paul Johnson define como “de lejos la más clara, la más consecuente y equilibrada que Francia había tenido jamás”. Polarizó la política francesa en dos grandes bloques, izquierda y derecha, “y obligó –explica Paul Johnson- a los votantes, en la segunda vuelta, a adoptar decisiones inequívocas. Reforzó al ejecutivo y le permitió adoptar decisiones con autoridad y aplicar medidas consecuentes. Sobre todo el sistema de elección de presidente de 1962, aprobado por 13,15 millones contra 7,97 millones, otorgó al jefe del Estado, más allá de los partidos, un mandato directo que emanaba del electorado”.
Es bien sencillo de entender y no hay que perder mucho tiempo en explicarlo: el sistema proporcional fragmenta la representación y favorece a los grupos minoritarios, dificultando la formación de gobierno, salvo mediante arduas y gravosas negociaciones con grupos muy escasamente representativos, que pasan a ser decisivos.
De esa manera, se prima al minoritario y al radical. Los grupos mayoritarios tenderán necesariamente a intentar competir por el mercado electoral de esos grupos y, por supuesto, a modificar sus criterios de forma que esos pactos sean posibles, con lo que todo el sistema se va corrompiendo y radicalizando. El sistema electoral español, con la nefasta coyunda del sistema proporcional corregido de asignación de escaños, más la provincia como circunscripción electoral, impide, de hecho, la consolidación de un tercer partido nacional, mientras permite que los partidos separatistas eludan el castigo al tercer partido concentrando el voto en unas pocas circunscripciones, con lo que se convierten en la bisagra de la estabilidad de una nación a la que pretenden destruir y de la que aspiran a secesionarse. Se puede pensar un absurdo mayor, pero resulta difícil.
La clave de la República es que el presidente no dependa de la voluntad de los partidos, sino que su representatividad sea obtenida de todo el cuerpo electoral nacional; que la República sea presidencialista. Un presidente de la República elegido en votación directa por toda la nación no dependerá de los grupos minoritarios radicalizados, ni mucho menos de los separatistas. No es chantajeable por ninguno de ellos, su legitimidad de origen y su potestad es plena (mientras el monarca siempre está al albur de que se cuestione su difusa legitimidad).
Durante cuatro décadas, los españoles han sido sometidos a una pertinaz propaganda monárquico-juancarlista, en la que no se ha establecido límites para la decencia. El reinado juancarlista ha sido presentado, sin rebozo, como una concatenación de proezas y milagros, elevando el oportunismo a la categoría de épica hazaña. Para perpetrar esta singular impostura han tenido que coincidir dos líneas estratégicas: el silencio informativo, con todos los registros, desde la autocensura a la oscura coacción, y la complicidad interesada de la nueva aristocracia, de la casta parasitaria.
Lo que se conoce por izquierda, residuos y detritus del socialismo real, se vendió, al comienzo de la malhadada transición, por mucho más que un plato de lentejas, por un extenso botín y la patente de corso para expoliar a modo a las clases medias. Su exhibición, de tanto en tanto, de la bandera tricolor de la segunda república bolchevique no supera los tonos de la mascarada. Lo que se conoce por derecha se ha vendido por mucho menos. A pesar de ser el juancarlismo una monarquía instaurada que propende a cortejar a la izquierda, la derecha, si por tal entendemos al PP, que en muchos aspectos es básicamente un partido socialista que no se reconoce, ha hecho del monarquismo una de sus señas de identidad. Los congresos del Partido Popular se inician con una proclamación de adhesión y fe monárquica que recuerda, en su sumisión, a las épocas de las pelucas empolvadas.
Este consenso no es otra cosa que la defensa a ultranza del esquema depredador y prebendario en que se basa un sistema sistemáticamente expansivo que ha superado ampliamente los límites de sus últimas contradicciones. Las gentes, llevadas a la ruina, han caído en la trampa mediática. Conozco a no pocas que, ante las incertidumbres, han mirado hacia la familia real y han percibido en su aparente plácida tranquilidad un facto de estabilidad. Puesto en el timón del mando, en la Jefatura del Estado, no se han detectado signos de inquietud en su dolce far niente, han considerado que nada pasaba, que no se justificaba la alarma o la rebeldía.
Mientras el barco de la Patria iba a la deriva, mientras se abrían de continuo vías de agua en su casco, el ‘Bribón’ surcaba los mares de la molicie. Y el ‘CAM’, pues para satisfacer las ansias marineras de Felipe de Borbón, los impositores de la Caja de Ahorros del Mediterráneo fueron expoliados. Que una institución nacida para democratizar el crédito haya terminado de mamporrera del Borbón es tanto una metáfora como un paradigma, porque el ‘CAM’ es también el simbolismo de una casta que ha hundido las cajas. Obligada por la acumulación de nefastas gestiones, de rapiña político-económica, la institución financiera a fusionarse con CajaAstur o de ser intervenida, aún en el verano de 2010, el denominado príncipe regateaba a costa del empobrecido impositor alicantino.
La República presidencialista no surgirá de la casta parasitaria, pues es la gravosa corte del presente, la legión plebeya que nos asfixia, sino de una sociedad civil rearmada intelectualmente y regenerada moralmente, que salga airosa y decidida de la trampa monárquica. Ser hoy y aquí republicano es, más allá de la convicción racional, puro instinto de supervivencia. La República es un ideal, también una necesidad. O España será republicana o no será.
Del libro “La monarquía inútil” (editorial Rambla)
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!! Hay que joderse¡¡ Quise decir “Antequera” y no “Atequera”
Yo no soy muy monarquico. Pero ya que tenemos una jefatura de Estado florero, porqué no buscamos a un descendiente de los Trastámara o Atequera y les ponemos en el tiesto. Ya que nos tienen que robar, que nos robe algo nativo y no un francés o cualquier otro extranjero.
Un saludo para todos, menos para los bobos.
Yo no soy muy monarquico. Pero prefiero un Rey crecido a un Presidente crecido. Me explico, prefiero a un Rey que crea que está donde está por un Don Divino a un Presidente crecido porque le votó una cantidad de gente visceral. Tenemos como ejemplos al socialista Hitler que le votó una gran mayoria y llevó al mundo a la hecatombe y otra mayoria votó al socialista Cetápe y llevó a España a la ruina moral y economica. Por eso prefiero a un Rey creido y que deje al pueblo a su bola, a un presidente creido y que lo… Leer más »
Quise decir “… a un Presidente crecido y que….”
Una pregunta capciosa ¿Es comunista el autor de este artículo?
No, pero aspira a serlo seguro de toda la seguridad.
Prefiero a Familia real que a un gobierno que dejan que los empresarios puedan despedir como quieran,sin motibos,teniendo ganancias y dejando que pongan otras fabricas en otras zonas eso si que es por lo menos la monarquia no destruye ningún trabajo.
Si pero chupan de nosotros como parásitos y son otra lacra, así que no digas que los prefieres,…. son la misma mierda.
¿Oh, el glorioso espartano Leónidas, el que cerró el Desfiladero de las Termópilas con sus trescientos infantes! ¿Cómo dirá que todos somos iguales cuando los hay tan envilecidos?
Quizá el Rey debió ser más leal a Franco. Pero esta cleptocracia político-financiera que nos ha asolado, es mucho peor. Deseo a Su Majestad larga vida y a los que entran en política para medrar u otros inconfesables fines, que se les rompan las escaladeras
En un pais que respeta el Estado de Derecho,todo el daño que Juan Carlos hizo a España y a los españoles,merecia estar entre rejas. Mario Conde por mucho menos pasó mucho tiempo en Alcala Meco.
El monarca si así se puede llamar hizo muchos delitos,porque este pájaro sabe que es intocable a cualquier delito,está por encima de la ley,en ningún país del mundo,nadie absolutamente nadie,está por encima de la ley
Pero¿No os dáis cuenta que, aunque el rey no sea perfecto, las alternativas para Jefe de la malhadada República Española, son muchísimo peores? ¿Os gusta el aspirante Aznar o Zapatero o alguno de los muchos medradores que cortejan un sólo puesto? El Rey al menos tiene algo bueno: LO PUSO EL GLORIOSO CAUDILLO
Lo que tiene de bueno,es que es un buen ladrón,los hechos lo dicen
POR SACO A LA MONARQUIA Y A TODOS ESTOS POLITICOS PEPEROS PESOEROS Y DEMAS QUE SOLO SABEN JODERNOS PARA VIVIR ELLOS…
Yo no soy muy monarquico, pero de pensar que alguien (alguna mayoria) me ponga de presidente a un Chaves, un Griñan, un Bono, una Pajina, una Maleni o una Vieja Marrana Histerica, se me ponen los pelos de punta, se me hiela la sangra, se me…….
Ya sé que alguien dirá que se puede cambiar cada 4 años, pero ya vemos como cambian en Cuba, en Corea del Norte, en…… que todos sabemos que son republicas hereditarias.
Un saludo para todos, menos para los tontos.
Yo no soy muy monarquico, pero de pensar que alguien (alguna mayoria) me ponga de presidente a un Chaves, un Griñan, un Bono, una Pajina, una Maleni o una Vieja Marrana Histerica, se me ponen los pelos de punta, se me hiela la sangra, se me……
No entiendo cómo los militares españoles obedecen al rey este. No lo entiendo.
El deber de los militares no es obedecer al rey, o a su ministro, eso de los juramentos de lealtad personal es algo que ya ha pasado a la historia. Los militares, simplemente, están al servicio del estado, y obedecen a los dirigentes políticos legítimamente elegidos por los ciudadanos. No hay otra. Si quieren que los militares hagan otro tipo de cosas, ganen las elecciones y den las órdenes pertinentes. Eso si, veo altamente improbable que puedan ganar unas elecciones, incluso conseguir representación parlamentaria, y tengan en cuenta también que la UE ahora no será tan tolerante con el fascismo… Leer más »
totalmente de acuerdo pero por mi el ejercito al poder , asesorado por los militares competentes logicamente, solo hay que ver el resultado de la yeguada nacional donde ha ido a parar, vaya porqueria de cababllos pura? raza española jajajajaja me rio yo de politicos de 3 al 1/4, asi nos va a las pruebas me remito,
La monarquia y la democracia son incompatibles.Nos vendieron el cuento de “monarquia constitucional pero , haga lo que haga, no consigo tragarmelo.
Mi Espana( mil perdones ,el teclado aleman no tiene la letra que necesito),no necesita mas parasitos , ya tenemos demasiados,es necesario un gobierno fuerte, que de un golpe en la mesa y diga” hasta aqui hemos llegado, se acabo”.
Ya.Se que es una utopia ;quizas algun dia tengamos la oportunidad.
Saludos.
Que pasa en Inglaterra, igual puede ocurrir en España,la república es nefastra
Leo muchos comentarios sobre monarquia, republica y otros que preciero ni mencionar. Mi sugerencia es: una democracia directa.Como Suiza. Por que? .Porque practicamente todo,sean leyes o el color de los pasos de cebra, se someten a votacion popular , y los politicos de turno tienen que acatar la decision del pueblo,sin mas. Este sistema aterroriza a la casta, de cualquier pais.Leo siempre comentarios sobre ” paraiso fiscal “( siendo el unico que colabora con otros gobiernos) pero curiosamente, nadie alude a su particular democracia, a que siendo un pais minusculo posee una red industrial que haria avergonza a cualquier pp,… Leer más »
LAS DOS REPÚBLICAS HABIDAS HASTA AHORA EN ESPAÑA HAN SIDO DOS MIERDAS COMO LA COPA, NO YA DE UN PINO, SINO DE UNA SEQUOIA….
PD. ¿QUIENES INCARDINARIAS, HOY PO HOY, LA III REPUBLICA? ¿SACARÍAN DE NUEVO A ONDEAR LA MIERDA TRICOLOR, EN LA QUE SE ENVOLVIERON LOS SOCIATAS, ANARQUETAS Y COMUNETAS QUE JODIERON A LA II REP.?
Y LA MONARQUIA HEREDITARIA ?QUE…? SI NACE UN/UNA TONTO/TONTA DEL CULO ¿TENDREMOS QUE TRAGARNOSLO COMO JEFE DEL ESTADO? DEL ESTADO QUE QUEDE SI NO LE PARA LAS PATAS A LOS SEPARATISTAS…..
República Social y Nacional, si no, no habremos evolucionado nada.
http://www.youtube.com/watch?v=zt0YhqeFdWo
MONARQUIA , puaj , que asco .
Son una lacra para la moderna cultura española.
No estamos en los tiempos de los reyes, esa época paso hace siglos.
Esta gente solo sabe follar como conejos para asegurarse el puestro sucesorio en el trono.
Que les den por culo , Chupópteros, inútiles, bandidos, corruptos.
Si tuvieramos o tuviesemos algo parecido a dignidad como pueblo esa lacra de estafadores entronizados hace ya tiempo que estaban purgando sus culpas y lo que es más importante para el resto de la sociedad, soltando la pasta que han esquilmado, algunos durante decenios. La razón más importante de la disyuntiva que se propone es que con la Republica seríamos ciudadanos, con lo otro somos subditos y ya esta bien de siglos de yugo en el cuello siendo subdito y lo que ello conlleva, CIUDADANOS libres, en los que la Justicia y el Derecho sí sean iguales para todos y… Leer más »