La Casa Real, siempre tan ‘políticamente correcta’: El marido de Letizia elogia a Marcelino Camacho
El político y sindicalista Marcelino Camacho, ha fallecido esta madrugada, a las 1.30 horas, en un hospital de Madrid. El que fuera fundador y primer secretario general de Comisiones Obreras (CC.OO.), de 92 años, llevaba ingresado desde el pasado día 26 aquejado de una grave enfermedad.
La capilla ardiente del histórico líder de CC.OO. se ha instalado a las 10 de la mañana en la sede de la Unión Sindical de Comisiones Obreras de Madrid y permanecerá abierta hasta las 11.00 horas de mañana, cuando el féretro se traslade la Puerta de Alcalá, donde, a las 12.30 horas, se celebrará un acto de despedida y posteriormente, a las 14.00 horas, será enterrado en el Cementerio Civil.
El féretro del sindicalista se encuentra en el salón de la sede madrileña del sindicato que lleva el nombre de Marcelino Camacho y está presido por tres banderas: la de la República Española, la del PCE, donde militó Camacho, y la de CC.OO. La capilla ardiente es un constante ir y venir de personalidades relevantes del mundo de la política. El presidente del Congreso, José Bono, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, y algunos líderes sindicales, como el secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, y el secretario de Acción Sindical de CC.OO., Ramón Górriz, quien ha destacado que Camacho pagó con 14 años de cárcel su lucha por la democracia, han acudido a dar su último adiós al líder sindical.
Asimismo, los ministros de Fomento, José Blanco, Cultura, Ángeles González-Sinde, Defensa, Carme Chacón, la titular de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar han querido rendir su homenaje a Camacho. Igualmente han pasado por la capilla ardiente el presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón y el histórico líder del PCE, Santiago Carrillo, entre otras muchas caras conocidas. Por la tarde y recién llegado de la cumbre de la Unión Europea que se ha celebrado en Bruselas, se ha acercado hasta la capilla ardiente el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para dar el pésame a los familiares del padre del sindicalismo moderno.
También se ha acercado a dar el pésame a la viuda el Príncipe de Asturias. Don Felipe ha querido rendir homenaje a la “figura histórica” del dirigente sindical “en la transición española, en la defensa de los trabajadores y en la lucha por los derechos sociales”. Tanto los Reyes como los Príncipes de Asturias han enviado telegramas de pésame a Josefina Samper, la viuda de Camacho, quien ha recibido personalmente, al igual que los hijos y nietos del fundador de CCOO, las condolencias de Don Felipe.
Mañana, tras el cierre de la capilla ardiente, se celebrará a las 12.00 horas un acto público de homenaje a Marcelino Camacho en la madrileña Puerta de Alcalá, que contará con la presencia de Toxo y del secretario general del PCE, José Luis Centella. Posteriormente, se trasladará el cuerpo del histórico sindicalista al Cementerio Civil de Madrid en un acto íntimo y familiar.
Una figura histórica
Marcelino Camacho Abad, quien contará con una calle en Madrid, nació el 21 de enero de 1918 en Osma la Rasa (Soria). Fundó a finales de los 50, junto a otros sindicalistas, las primeras Comisiones Obreras y fue su primer secretario general, cargo que ocupó durante diez años, entre 1978 y 1987. También fue diputado por el PCE entre 1977 y 1981, partido al que se afilió en 1935, un año después de hacerlo en UGT.
Su profesión fue la de fresador, pero su historia como sindicalista y defensor de la libertad se empezó a forjar cuando con apenas 18 años cortó las vías del tren junto a otros compañeros tras el alzamiento del bando nacional, para intentar cortarle el paso. Durante la Guerra Civil luchó como voluntario del lado republicano. Finalizado el conflicto pasó por prisión y por varios campos de concentración. Desde 1957, año en que recibe el indulto, impulsa la creación de forma clandestina de Comisiones Obreras (CC.OO.), lo que le costó una nueva pena de cárcel. En total, permaneció 14 años de su vida retenido.
Camacho fue elegido secretario general de CC.OO. en 1978 y un año antes diputado por Madrid del PCE, si bien acabaría dimitiendo por discrepancias con su partido. Cuando abandonó la dirección del sindicato, con Antonio Gutiérrez como sucesor, Camacho fue nombrado presidente honorífico, pero dimitió en 1996 por el distanciamiento del sindicato con el PCE. En marzo de 2008 sus compañeros le rindieron un homenaje en el Auditorio de CC.OO., que hoy recibe su nombre, un emotivo acto que finalizó con miles de afiliados a CC.OO. cantando a coro La Internacional. Compartió la mayor parte de su vida con su esposa, Josefina Samper, con la que se casó en 1948 y tuvo dos hijos. En 1990 publicó sus memorias bajo el título Confieso que he luchado.