Juzgan a dos hombres de etnia gitana acusados de matar a un miembro de su familia política
La Audiencia Provincial de Madrid juzga a partir de mañana a dos hombres por disparar con armas de fuego a dos miembros de su familia política, que resultaron uno fallecido y otro herido de gravedad, por una disputa sentimental.
En el banquillo de los acusados se sentarán Juan F.B. y Manuel F.M., de etnia gitana, hijo y padre, por un delito de homicidio y otro de tentativa de homicidio, para quienes la Fiscalía solicita unas penas de veintidós años de prisión.
Según las calificaciones provisionales del Ministerio Público, Juan y Manuel, de etnia gitana, hijo y padre, dispararon con una escopeta de cañones superpuestos el primero y con una pistola el segundo contra miembros de la familia política de Juan por una disputa sentimental.
Los hechos ocurrieron la tarde noche del 29 de mayo de 2011, después de que Rocío, la esposa de Juan, le dijera a su esposo que quería abandonar el domicilio conyugal.
El procesado, dado que en la tradición gitana los problemas los solucionan las personas de más edad, llamó por teléfono al hermano de Rocío, Juan Jiménez Jiménez, que a su vez llamó a su padre, José J.C., quien, acompañado de su mujer y otros miembros del clan, acudió al domicilio de la pareja, donde se encontraban los dos acusados.
En un momento determinado se inició una discusión entre ambas familias, en la que Juan Jiménez Jiménez propinó un puñetazo en la cara a Juan F.B., circunstancia que aprovechó el padre de éste para hacerle una señal al hijo para que ambos abandonaran la casa con la finalidad de coger armas de fuego.
A los pocos instantes los dos procesados volvieron, el hijo armado con una escopeta y el padre con una pistola.
Con el ánimo de provocar muertes, Juan F.B. disparó a quemarropa contra su cuñado y contra otros familiares, mientras el padre hacía lo mismo, sin que sus disparos alcanzaran a nadie.
Juan Jiménez Jiménez sufrió múltiples heridas por disparos de proyectil que le causaron la muerte.
Un hermano de la víctima mortal también recibió los disparos, pero salvó la vida, pese a las heridas que los perdigones le provocaron en el abdomen, que necesitaron para su curación de dos intervenciones quirúrgicas y 242 días de reposo.
Los dos procesados se encuentran en prisión a la espera de juicio