Anestesiados
Víctor J. Sanz.- Según el diccionario de la Real Academia, el significado de “anestesia” es: falta o privación general o parcial de la sensibilidad, ya por efecto de un padecimiento, ya artificialmente producida.
Anestesia es pues, la primera palabra que viene a la memoria cuando uno piensa en la reacción de un español medio ante las noticias que le llegan desde los medios oficiales y masivos de comunicación.
Anestesia es la primera palabra que viene a la memoria cuando uno comprueba que, para la mayoría de los medios, es noticia que el móvil del rey Juan Carlos tenga como tono de llamada la risa de un niño. “¡Qué entrañable!”, dicen muchos medios. No discuto que sea entrañable, pero lo que nadie puede discutir es que esto no es noticia, sin embargo ahí está, en todos los medios que se dicen serios y reputados. Ninguno de estos medios ha destacado la falta total de coordinación y compostura que este suceso tan “entrañable” denota al tener lugar durante un acto oficial.
Anestesia es la primera palabra que viene a la cabeza de cualquiera cuando tenemos que escuchar la siguiente “noticia”: “después de los insistentes rumores de los últimos días, la noticia se confirma, la cantante Shakira y su novio se separan”. A nadie le puede caber duda de que esto no es en absoluto una noticia. Tampoco lo es el hecho de que dicha cantante saque al mercado un nuevo disco, antes al contrario, la noticia sería que un telediario no hiciera de tal hecho una noticia de portada.
En el programa “En días como hoy” de Radio Nacional de España se escucha: “ETA declara un alto el fuego unilateral, permanente, general y verificable” y apostilla Juan Ramón Lucas, su presentador: “es decir, una tregua con condiciones”. Quiero pensar que el señor Lucas quiso utilizar la palabra “condiciones” en el sentido de “características”, ya que de otro modo no se entendería, puesto que ninguno de los cuatro términos utilizados en el comunicado de ETA sugiere en sentido objetivo, ninguna condición en sí mismos, para que Lucas opine y defina el alto el fuego como “tregua con condiciones”. Pero si lo que pretende es confundir al oyente, o generar en él una idea equivocada, interesada o tergiversada del comunicado de ETA, podríamos pensar que este presentador expresa su opinión (o la que le imponen) como “apostilla”, como “adrede”. El resto de la prensa escrita o leída, va en la misma línea, señalando que se trata de una “tregua con condiciones”, y sin quererlo, desvelan que lo que hace unos meses le pedían a ETA, “un alto el fuego unilateral, permanente, general y verificable”, ahora parece lo juzgan insuficiente para iniciar el proceso de paz.
Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que la saturación de informaciones banales provoca en el público un adormecimiento de los sentidos que le impide echar de menos noticias importantes y echar de más noticias que ni siquiera lo son. Este letargo también impide percibir la frecuencia y desparpajo con que las noticias nos son opinadas en lugar de comunicadas. Salga la gente de su aturdimiento, salga la gente de su sopor y reclame noticias, objetividad y calidad en la información.