Mali, y el envio de tropas francesas al país africano para liberar, sin éxito, al agente secreto Denis Allex, (prisionero de los terroristas islamistas somalíes desde julio de 2009), ha puesto de manifiesto lo bien preparados militarmente que están, incluso con armamento pesado, los yihadistas. Por este fracaso francés nos hemos enterado que tenemos a los terrorístas a las “puertas de nuestras casas”.

Hemos pasado de tener a los fundamentalistas terroristas de Afganistán-Asía, a Mali-África, a unas horas de vuelo de España.

Francia, a través de su presidente François Hollande, ha ordenado reforzar inmediatamente la vigilancia de aeropuertos, estaciones de metro y de tren, espacios públicos y sedes diplomáticas, a la espera de un ataque terrorísta-islamísta.

Francia ha padecido uno de los mayores fracasos de su ejército en los últimos años, pero ha intentado rescatar a un compatriota secuestrado.

En España, por lo menos hasta ahora, y lo que conocemos a través de los medios, siempre hemos negociado con esos terroristas y hemos llenado sus arcas con lo pagado por “rescates”. Quizás con ese dinero, estos yihadistas han comprado en el mercado negro ese armamento pesado que están utilizando en sus ataques, tanto contra su propio pueblo que no es islamísta, como contra los que intentan defenderse de ésta peste terrorísta-yihadista.

Y mientras tanto, nuestros militares en Afganistán, a miles de kilómetros de España, defendiendo los intereses américanos en Ásia, y donde ya han fallecido decenas de nuestros militares; el último de ellos enterrado en Granada ayer.

El socialísta francés ha respondido como tiene que hacerlo un Estado de Derecho.

Impensable con Zapatero, ¿pero con Rajoy?