Como cada domingo, miles de peregrinos se han encontrado en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus con el Papa Benedicto XVI, en este II Domingo del Tiempo Ordinario. En este día, el Papa ha contextualizado su alocución en el marco de las bodas de Caná y dentro del Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos.

Durante su reflexión el Pontífice, la hablar de las Bodas de Caná, ha unido este momento a la visita de los Magos de Oriente y al Bautismo del Señor, que hemos ido conmemorando sucesivamente estos domingos, y ha dicho que conforman la trilogía de la Epifanía, ya que si el 6 de enero Dios se manifiesta a todos los hombres y el día del Bautismo, contemplamos al Cristo adulto, hoy vemos al Señor que inicia sus signos.

También ha explicado que Jesús se presenta así como el Esposo Mesiánico, que llena de su Gracia a su Esposa, la Iglesia. El Santo Padre se ha referido a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos y le ha presentado como un tiempo para pedir que alcancemos todos los que creemos en Cristo la plena comunión.

Benedicto XVI ha recordado que Cristo viene a colmar la salvación del hombre, algo a lo que todos aspiramos. Para ello hay que asumir el don de la Fe y la esperanza, que nos viene de Él. Por último, ha puesto como intercesora a la Virgen para que nos ayude a hacer lo que su Hijo nos diga.