Indiferentes al ¡Sooo! Y al ¡Arre!
El coraje que le falta al señor Rajoy le sobra a su compañero de partido, el presidente de la Comunidad de Madrid, don Ignacio González. En este reino de la corrupción, en el que parece que el último en llegar es el primero en sacar pecho, ya casi nada nos sorprende. El señor González (no es aquel de ¡váyase, señor González, no, pero va por el mismo camino que aquel otro), Presidente de la Comunidad de Madrid no por elección, sino por herencia, ha dicho que no devolverá el euro por receta recaudado desde la entrada en vigor de la normativa, el pasado 1 de enero del año en curso, aunque la medida se declare inconstitucional. Y ha matizado, en una rueda de prensa, que si se presentara un recurso ante el Tribunal Constitucional por este asunto, y el Supremo decidiera admitirlo a trámite, tampoco dejaría de aplicar la normativa que permite a la Comunidad de Madrid a cobrar ese euro por receta hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie al respecto y nunca antes.
El señor González, don Ignacio, parece olvidar o desconocer que la decisión del Supremo puede tener efectos retroactivos y, en ese caso, si así ocurriere, me temo que el afán recaudatorio del presidente por herencia de la Comunidad de Madrid debería enmendar sus declaraciones y, a la vez, disponer los mecanismos para que los madrileños que hemos pagado el euro por receta podamos recuperarlo.
Es de destacar la vehemencia con que el señor González se ha manifestado ante este atropello que supone pagar un euro por receta, mientras los españoles desconocemos si los políticos pagan, efectivamente, no ya el solitario y único euro por receta, sino incluso los otros gastos que la receta comporta, porque según parece no es así. Y no sería de extrañar que así fuera viendo, por ejemplo, el comportamiento del señor Duran Lérida, el de CyU, que ha dicho que no pensaba dimitir por el asunto de la financiación ilegal de su partido, tema sobre el que el ponía, en su día, la mano en el fuego.
El tema sanitario, en la Comunidad de Madrid –y alguna otra también- es como una herida sangrante que los responsables de la Administración se empeñan en mantener abierta. La actitud del Presidente de la Comunidad no es diferente a la de su consejero de Sanidad, y ambos parecen desobedecer indiferentes al ¡so! y al ¡arre!
En este reino de la corrupción en que se ha convertido España, la democracia ha perdido su esencia, que es la participación colectiva en la toma de decisiones que nos afecta a todos. Aquí, igual nos mandan a una guerra que nos cargan con gastos adicionales. Muchos de los impuestos o tasas de las Comunidades Autónomas han subido, en el último año, más de un cincuenta por ciento y, para los que llevamos toda la vida pagando una Seguridad Social pública, que yo defiendo, pero que no es precisamente barata, nos aumentan el euro por receta que fue uno de los temas feos que los socialistas –veinte veces más listos- restregaron a los del Partido Popular antes de que comenzara la campaña electoral de noviembre de 2011.
Los madrileños, que soportamos toda la crispación social que unos y otros han provocado, hemos heredado los dos cargos más importantes del ámbito local por la imposición de los acontecimientos: a don Ignacio González, presidente tras la dimisión de doña Esperanza Aguirre; y a doña Ana Botella tras la marcha de Ruiz Gallardón a esa meta soñada por él que era ser ministro. En ambos casos, sin remedio y sin que los madrileños pudieran manifestar su aprobación o disconformidad. Y las consecuencias ya las sabemos todos: incapacidad y prepotencia, ni obedecen al ¡so!, ni obedecen al ¡arre!, y al final, lo único que se ve es el dinero de los contribuyentes. Dan ganas de coger las maletas.
No entiendo como los ciudadanos no rellenaron unos papeles para eximirse de ese pago abusivo. Muchos por borregos y sumisos, llegados a este punto solo puedo decir !que se jodan! Estos borregos son los que consienten que unos ladrones vivan como reyes, por encima de sus posibilidades y machacando al pueblo. Lo dicho !que se jodan! El problema es que nos joden a los demás ciudadanos con su cobardía.
Pagamos tres veces o de tres formas el poder ser recividos por el medico, claro solo los que cotizan como autonomo o asalariados, lo cual hace que no se genere una demanda de puestos de trabajo por lo caro que sale a una empresa o aun autonomo pagar todos los meses entre 450 y 600 €uros a la seguridad social.
Usted,en todos sus escritos es un blandito,no sirve para escribir y menos para opinar y dar recomendaciones.
Por que no finaliza con un : Dan ganas de partirles la cara,o dan ganas de ahorcarles;que no pasa nada por eso hombre.
Usted,en el fondo,no deja de ser el tipico hombre masa,un don nadie sin criterio alguno,y la masa como la del pan,es un bulto informe que se moldea al gusto para comersela.