El PP no ha querido colocar a Antonio Jiménez porque es un personaje quemado y romo que había llevado, además, a El gato al agua a bajísimas cotas de audiencia. A pesar de que Jiménez ha hecho del lacayismo una forma cutre de bella arte, llegando incluso a la deleznable desfachatez de oficiar como portavoz del corrupto Luis Bárcenas, el Partido Popular lo ha considerado un juguete roto que resta, un auténtico lastre. Ha tenido que ser la Conferencia Episcopal la que le ha dado una salida, en términos de traición, a un pésimo profesional, más vago que la chaqueta de un guardia, tan vago como Mariano Rajoy. El PP no lo ha querido como no lo quiso el PSOE cuando se arrastró ante José Blanco.

La Conferencia Episcopal, Rouco y Barriocanal, ese dúo degradado e infernal, ha confirmado, a través de Antonio Jiménez, lo que ya era una evidencia: Rouco ha convertido a la jerarquía católica en la lacaya, en la barragana del PP. Ha satelizado a la Conferencia Episcopal respecto a la mafia pepera en unos niveles degradantes que sitúan a Rouco y a Barriocanal, el dúo infernal, como un serio peligro para la supervivencia de España como una sociedad básicamente cristiana. Por eso no poner la crucecita es un imperativo ético de todo buen cristiano.

Conociendo como funcionan las cosas dentro de la casta, el fichaje de Jiménez no se ha movido en términos de libertad, de mercado, sino que ha sido consensuado entre la lacayuna Conferencia Episcopal y su amo, el PP. O, concretamente, entre María Dolores de Cospedal y Esteban González Pons y ese descrédito para los ‘kikos’ que es el ecónomo Jiménez Barriocanal. Ha pesado, por supuesto, la obsesión del ignorante proteico, del paranoico de Rouco contra Intereconomía, su obsesión por dejar sin trabajo a los católicos de Intereconomía, y ello con su dinero, con el que aportan a la Iglesia a través de la maldita y diabólica crucecita, con la que Rouco y Ortuño y Barriocanal juegan su danza de la muerte infernal.

¿Para qué utilizan Rouco y Barriocanal, ese dúo infernal, el dinero que los católicos aportan con la crucecita? ¿Acaso para sostener los seminarios? Están vacíos. ¿Para mantener las iglesias o abrir otras nuevas? Están cerradas, con el Santísimo solo. No las utilizan para contratar a Antonio Jiménez o para pagar al choricete de Ramoncín o para que encuentren acomodo peperas tan poco cristianas como Isabel Durán. ¿Hay algún católico en 13TV, que apesta a corrupción, además del cura metrosexual que parece de lo más banal? En Intereconomía los hay. En Intereconomía se ha defendido, contra corriente, a capa y espada, el derecho a la vida y los principios de la ley natural. Nada de eso se da en la gürteliana 13TV, que apesta a corrupción y que es el juguete del dúo infernal, Rouco y Barriocanal.

Hay que tomar nota, no queda otra: la Conferencia Episcopal, los obispos son pura casta parasitaria, se han vendido por un plato de crucecitas y, aunque parece que simplemente están haciendo el imbécil en terrenos que no les corresponden, en realidad están hundiendo a España y a los españoles, están hundiendo a los católicos, están siendo complacientes con la corrupción porque viven en la corrupción moral, porque tienen corruptos en el propio Consejo de Administración de 13TV. Rouco es para la Iglesia peor que las diez plagas de Egipto y Barriocanal compone el dúo infernal que está convirtiendo a los ‘kikos’ en el hazmerreír de España. Es lógico que hayan terminando ligándose a un personaje como Antonio Jiménez que ha defendido a todos los corruptos, que no es ni la tesis, ni la síntesis del periodismo, sino simplemente su antítesis. Jiménez, el antiperiodista, Jiménez, el lacayo, la voz de su amo, incluidos Carlos Fabra, Jaume Matas y Luis Bárcenas. ¿Es que cobran Rouco y Barriocanal sobres de Génova? En cierta manera, sí. Lo iré desvelando todo. Esto no ha hecho más que empezar.