El cónclave para elegir al nuevo Papa comenzará el próximo martes
El nuevo Papa saldrá elegido por mayoría cualificada de dos tercios, aunque las votaciones se prolonguen durante cuatro series de escrutinios, según el Motu Proprio emitido por Benedicto XVI el 11 de junio de 2007, y confirmado en su último documento papal del pasado 25 de febrero de 2013, por el que establece que el nuevo Papa deberá ser elegido siempre por “al menos” dos tercios de los votos contados sobre la base de los electores presentes y “votantes”.
De esta forma, las normas para el Cónclave de 2013 serán diferentes a las del último proceso de elección en el que fue elegido Benedicto XVI cuando las reglas recogidas en la Constitución Apostólica ‘Universi Dominicis Gregis’, promulgada por Juan Pablo II, establecían que en caso de que no hubiera nuevo Papa tras cuatro series de escrutinios, se podría proceder a votar por mayoría absoluta. En cualquier caso, Benedicto XVI fue elegido en el segundo día de Cónclave por lo que no se llegó a ese extremo.
El cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI dará comienzo el próximo 12 de marzo, tras doce días de Sede Vacante. Esta ha sido la decisión tomada este viernes por el Colegio Cardenalicio en su octava Congregación General en la que han estado presentes los 115 cardenales electores que votarán en los próximos días para elegir al futuro Papa, según ha informado el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi.
De esta forma, los cardenales se han acogido al ‘Motu Proprio’ hecho público por Benedicto XVI días antes de que se hiciera efectiva su renuncia, por el que permitía al Colegio Cardenalicio adelantar el comienzo del cónclave -que, según la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, debe celebrarse entre 15 y 20 días después de la muerte del Pontífice o de que la sede quede vacante-.
Los cardenales iniciaron el lunes sus reuniones a puerta cerrada en la Sala del Sínodo para preparar el cónclave y definir el perfil del papa que deberá suceder a Benedicto XVI, quien renunció el 28 de febrero a su cargo alegando “falta de fuerzas”, en un gesto inédito que sacudió a la institución. La votación para fijar la fecha -por mayoría- fue decidida al término de cinco días de deliberaciones en las cuales intervinieron más de 100 purpurados procedentes de todos los continentes.
Sólo dos cardenales con derecho a voto no participarán en la elección del nuevo Papa: el indonesio Julius Riyadi Darmaatmadja, por motivos de salud, y el escocés Keith O’Brien, quien renunció por “motivos personales” tras reconocer conductas sexuales “inapropiadas” en los años 80. El mundo católico espera que la Iglesia cuente con un nuevo papa antes de Semana Santa, el 28 y 29 de marzo, uno de los ritos más importantes del año litúrgico.
Dos bandos
Según fuentes religiosas, la mayoría de los purpurados, sin distinción entre progresistas y conservadores, han apuntado contra la desacreditada Curia Romana (el gobierno del Vaticano) en sus reuniones de esta semana. “En numerosas ocasiones han abordado el tema de la colegialidad”, admite Lombardi, con estilo diplomático. Los llamados ‘príncipes de la Iglesia’, título que algunos sectores piden que sea eliminado, han abordado los graves problemas de gestión de la Iglesia y examinado el perfil del sucesor de Benedicto XVI. Según el diario ‘Il Corriere della Sera’, hay una clara división entre los purpurados de la Curia, que trabajan en la maquinaria de la Santa Sede, en el centro de escándalos y denuncias de tráfico de influencias, y los del resto del mundo, que sospechan “que todo esté decidido” con antelación.
“Se dice que la Curia Romana apoya al brasileño Odilo Pedro Scherer, de 63 años, arzobispo de San Paulo, quien contaría con el apoyo de un Secretario de Estado ‘sólido’ como el italiano Mauro Piacenza o el argentino Leonardo Sandri”, sostiene el rotativo. “Necesitamos como el agua de mayo a un Juan XXIII. Sea de donde sea”, escribió en su blog el español Jose Manuel Vidal, experto en asuntos religiosos al analizar la grave crisis de credibilidad que atraviesa la institución.
Bajo el papado de Juan XXIII (1958-1963) se inició (en 1962) el Concilio Vaticano II, que renovó la Iglesia acercándola más a los fieles y abriéndola al diálogo con otros credos. Los purpurados italianos, que constituyen el bloque más numeroso e influyente, con 28 votos en el cónclave, preparan una estrategia para recuperar el prestigio perdido como grandes mediadores y administradores de la Curia, a causa de los escándalos de Vatileaks, afirma el diario La Repubblica.
Pero los cardenales italianos están divididos en la búsqueda del próximo papa: unos apoyan al arzobispo de Milán, Angelo Scola, considerado un reformista de la Curia, y otros al brasileño Odilo Scherer, el “hombre fuerte” de la comisión de vigilancia del banco del Vaticano, de acuerdo con el diario. Según ese rotativo, Scola contaría con “unos cuarenta votos” de los 77 necesarios para salir elegido papa. Scherer, por su lado, tendría el apoyo del controvertido secretario de Estado, Tarcisio Bertone, y del poderoso decano Angelo Sodano. El primer Papa de América podría llegar así al trono de Pedro precedido de amargas polémicas.
Benedicto XVI era el último.
¿Cuantos Papas quedan para el fin del mundo?