Mundial de balonmano.- Un parcial de 7-1 permite a España un empate que sabe a victoria
La selección española de balonmano consiguió un valioso empate ante Francia, la mejor selección del mundo, que le permite pasar a la siguiente fase con tres puntos y con todas las opciones de poder soñar con las semifinales. El 28-28 se puede considerar un triunfo después de que España, que siempre fue por detrás en el marcador, hiciera un parcial de 7-1 en los últimos diez minutos.
Al igual que sucediera hace un año en el Europeo de Austria, España logró frenar a la selección gala tras una gran remontada. Esta vez era impensable que se pudiera repetir la gesta porque las sensaciones decían lo contrario. Francia jugaba cómoda con la renta que tenía y con las facilidades de España en defensa. Pero los de Onesta bajaron el pistón y los nuestros no lo desaprovecharon ajustando las marcas y no perdonando en ataque.
Pero hasta los últimos diez minutos mágicos la selección española tuvo que soportar la avalancha francesa. Nunca se estuvo cerca del rival en el marcador y cada vez que había oportunidades para ello, aparecía Thierry Omeyer para demostrar que es el mejor portero del mundo -con permiso de Arpad Sterbik-. El meta del Kiel supo desesperar a los de Valero Rivera, en especial a Juanín García, inofensivo todo el encuentro.
España supo mantenerse siempre en pie y a falta de tres minutos para el descanso se puso a dos goles (15-13). Pero un final horroroso, en la que se acabó con dos excluidos, terminó con un parcial de 3-0 para Francia y una renta de cinco tantos (18-13). En los cinco primeros minutos tras la reanudación, los tricampeones aumentaron su renta y pusieron la máxima ventaja en el electrónico (seis goles).
El objetivo empezaba a ser más no perder de muchos goles para que no pasaran factura en la segunda fase. Sin embargo, Francia dio un bajón, posiblemente más por la confianza de ver la situación controlada, que coincidió con la resurrección de la fortaleza defensiva española. Sólo Omeyer -y a veces la madera- evitaba que las cosas se igualaran.
10 minutos mágicos
Pero todo cambió con unos últimos 10 minutos mágicos. Francia volvía a poner su máxima diferencia de seis tantos con un gol de Guigou desde los siete metros. Era el 27-21, era el momento de la remontada. Y ahí también entraron en juego los metas españoles. una parada de Sterbik y otra de Hombrados desde siete metros cuando estábamos con un jugador menos fue clave para la confianza de los compañeros.
Paso a paso fueron cayendo los goles de Alberto Entrerríos (2), Chema Rodríguez (2) y Aguinagalde que nos hicieron soñar con la remontada. A falta de dos y medio para el final, Rocas puso a España a uno y Dinart fue excluido. Con superioridad, España robó y llegó el empate en una jugada increíble. Maqueda recuperó un balón que repelió Omeyer y Rocas no perdonó. Era el empate.
Aún se pudo ganar, pero la jugada a la contra tras un nuevo robo no salió bien. Francia dispuso del último ataque para ganar, pero fue el momento del Muro o del Santo desde este partido. Sterbik sacó un pie prodigioso en el último segundo a un tiro de Abaló desde seis metros. La guinda perfecta para una remontada que nos hace aspirar muy alto.