José Manuel Caballero Bonald: “La poesía puede corregir las erratas de la historia”
José Manuel Caballero Bonald ha sido testigo de los desmanes perpetrados por los enemigos de la libertad. Son lo que han cometido la “suprema barbarie” de alimentar la hoguera con libros o herejes. La poesía es un arma contra la sinrazón y el tedio. “Quiero creer -con la debida temeridad- que el arte también dispone de ese poder terapéutico y que los utensilios de la poesía son capaces de contribuir a la rehabilitación de un edificio social menoscabado”, ha dicho el escritor. Tras recibir la medalla y la escultura que le acreditan como ganador del último Premio Cervantes, el poeta y novelista ha hecho en su discurso un elogio de la poesía como arma liberadora y que procura consuelo. El discurso de Caballero Bonald ha sido seguido por las palabras del príncipe Felipe, quien ha destacado que “solo una palabra libre puede sacudir letargos y remover conciencias”.
En una ceremonia solemne presidida por los Príncipes de Asturias y en la que han estado presentes el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y otras autoridades, don Felipe ha hecho entrega del Premio en un acto celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.
El escritor ha evocado a Aristóteles al subrayar que mientras los historiadores cuentan lo que sucedió, los poetas se encargan de narrar lo que debía suceder. “Habrá que aceptar que la poesía puede efectivamente corregir las erratas de la historia y que esa credulidad nos inmuniza contra la decepción”.
La concepción que tiene de la poesía el escritor laureado dista de la de ser un adorno o un entretenimiento de diletantes. Citando a Pavese, Caballero Bonald ha argumentado que “la poesía es una forma de defensa contra las ofensas de la vida”, lo cual representa para el escritor jerezano un “veredicto inapelable”. “Siempre hay que defenderse con la palabra de quienes pretenden quitárnosla. Siempre hay que esgrimir esa palabra contra los desahucios de la razón”, ha alegado.
La voz del poeta se ha alzado contra los que tienen vocación de censores. Lectura y aprendizaje van inextricablemente unidos, y la primera es en sí misma un acto de libertad. “Bien sabemos que destruir, prohibir ciertas lecturas ha supuesto siempre prohibir, destruir ciertas libertades. Quien no leía, tampoco almacenaba conocimientos. Y quien no almacenaba conocimientos era apto para la sumisión”.
Ilustres predecesores
El autor de ‘Ágata, ojo de gato’ ha tenido un recuerdo para sus ilustres predecesores que se adjudicaron el Nobel de las letras en español, como Antonio Gamoneda, José Emilio Pacheco, Juan Marsé, Ana María Matute o Juan Gelman. Pero también para los que teniendo iguales méritos murieron sin obtener este reconocimiento. Por eso reivindicó a poetas -algunos de ellos grandes amigos- como José Ángel Valente, Carlos Barral, Ángel González, Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma o José Agustín Goytisolo, a lo que la “muerte cercenó la posibilidad de recibir los honores que yo recibo ahora”.
El escritor ha defendido el libro, un instrumento que nos hace plenamente humanos. “En las ficciones futuristas de un mundo amorfo, despersonalizado, regido por computadoras, la quema de libros representa algo más que un mandamiento atroz: es una metáfora de la esclavitud”.
Al glosar la figura de Cervantes, Caballero Bonald ha recalcado la faceta del autor de ‘El Quijote’ como un perdedor. “Cervantes fue casi siempre un hombre de mala ventura y un poeta por lo común desdeñado. Ni siquiera hace falta añadir que la rutina o la ligereza postergaron injustamente esa vertiente de la obra cervantina”.
Por su parte, don Felipe ha definido a Caballero Bonald como “un navegante solitario, resistente a las modas y las actitudes gregarias, frente a las cuales ha mantenido un constante desafío de infractor”. “La inquietud, a veces interpretada como disconformidad, ha sido un elemento clave en su trayectoria vital y literaria”, ha asegurado el Príncipe.
En su turno de palabra, José Ignacio Wert ha resaltado la obra “valiente, duradera y personal” gracias a la cual José Manuel Caballero Bonald es uno de los grandes de las letras españoles. Para el titular de Cultura, la grandeza del homenajeado estriba en “su rebeldía, su valor cívico y el amor por la tradición del idioma”.
“Se reconoce hoy, con el mismo galardón, la obra de un escritor que fue uno de los artífices de la gran renovación poética que llevó a cabo la generación del medio siglo o el grupo de los años cincuenta”, ha aseverado el responsable ministerial.
Algunos intelectuales siempre han sido un peligro para la sociedad, y desgraciadamente hay muchos ejemplos en la historia.