A mi ventana llegaron dos palomas también desahuciadas
Esta mañana, cuando entré al cuarto de baño, acabado de levantar, oí tras la ventana el característico arrullo de palomas cortejándose. Y a través de los cristales pude apreciar cierto movimiento entre las macetas. Mi sorpresa fue mayúscula al advertir que dos de estas aves,- a las que Patrick Süskind, el inolvidable autor de “El perfume”, en su otra novela “La Paloma”, llamaba “ratas con alas”-, estaban intentando formar su nido de amor en una de las macetas. Era de abundante floresta y adecuada plataforma. Posiblemente en el mundo colombófilo también existan los desahucios y los consiguientes “okupas”. Salieron despavoridas nada más abrir la ventana y al poco tiempo, mientras me afeitaba, las oí de nuevo en su interrumpida faena. Viendo la inutilidad de nuestros esfuerzos y temiendo que destrozaran las otras plantas y mancharan la ropa que tienden los del piso de abajo, mi mujer colocó una serie de varillas de madera que han impedido su acercamiento y acomodo. Santo remedio. No obstante, ante lo insólito del caso toqué la tripa de Maribel y me cercioré de que nada nuevo había ocurrido en nuestras vidas. La parábola del Espíritu Santo me tenía un tanto preocupado. Pudiera tratarse de uno nuevo caso como el de la otra Isabel, prima de la Virgen.
Pasado este insólito episodio, nuestra política vuelve a ocupar mis cuitas y problemas.
Hay una película protagonizada por Jack Nicholson , uno de mis actores favoritos, que me hizo pasar unos momentos muy gratificantes. Se titulaba “Mejor imposible” y me viene a la memoria en estos instantes para calificar las actitudes e ineficacia de nuestros gobernantes y políticos en general, pero en sentido opuesto, es decir, como “peor imposible”. Porque ni el antiguo tonto de mi pueblo, al que llamaban “Nino” y era el más que mejor vivía, sin dar un palo al agua, se le ocurrirían los disparates y desaciertos con los que nos desayunan estos políticos. Ya ni nos sorprenden ante su permanente abuso y nepotismo favoreciendo descaradamente a cónyuges, familiares y amigos. ¡Hay que ver lo que llevamos padeciendo!
De la dictadura del proletariado y su Frente Popular, pasamos tras una guerra cruenta, con un millón de muertos, según Gironella, a la dictadura o •”dictablanda” ,(dependiendo de los criterios), del franquismo y de éste a un nuevo periodo de desconciertos, liquidaciones por reformas y falta de trabajos y abusos incontrolados a causa de la dictadura del decreto. La de los que se creen hijos del sol y dueños de nuestros destinos y se ocultan tras una gaviota que nos engañó a todos, pues a la hora de la verdad se convirtió en gavilán y cree que todo lo que se mueve a su alrededor son ratas y culebrillas.
No sé qué pecado hemos cometido los españoles para no sentirnos de una vez libres, felices y bien tratados por las altas esferas. Tan altas que resultan inaccesibles para el ciudadano normal, si no se siente protegido por los antecedentes familiares de los que hacen del peloteo su profesión o son favorecidos de nueva cuña que llegan a la política por casamiento o parentesco. ¿Me pueden citar algún ministro, alto cargo o presidente de Comunidad que no tenga a su cónyuge, hijos, hermanos, cuñados o algún familiar, enchufados en puestos de escaso o nulo quehacer y espléndidas retribuciones?. Si me citan uno sólo, o es que tiene al familiar ya bien colocado o sus relaciones no son amigables. ¿Qué atractivo tiene Telefónica para que todos los altos cargos cesantes, maridos de políticas destacadas y personajes sociales decorativos, vayan a engrosar la fila de sus consejos directivos, mientras recortan dividendos a sus accionistas y los incentivos y jornadas laborales a sus empleados?. ¿Cuántos de estos paniaguados figuran en su kilométrica junta directiva?. Uno de los últimos el marido de Soraya.
Dicen que Ana Botella, ese remedo de Alcaldesa que nos han metido de rebote y por ser esposa de Aznar, otro ejemplo de enchufismo marital, va a dedicar una calle de Madrid a la “Dama de hierro” británica , Margaret Tacher, de no muy feliz recordación para españoles y argentinos, Me da la impresión de que es un nuevo patinazo de esta munícipe que nunca va a dejar de sorprendernos y desconcertarnos con sus desaguisados e inoportunas decisiones. A lo del Madrid Arenas, que ella cree se ha olvidado pero sigue coleando, nos salta ahora con esta inoportuna e injustificada dedicación en nuestro callejero. ¿Qué espera que le dediquen a ella otra en Londres?. ¡Lo lleva claro ya que ni en Madrid le caerá esa breva!. Esta dama británica de no muy feliz recordación en algunos colectivos de su país, no tiene empatía alguna entre los españoles en general, ya que nos produce malas vibraciones y la extraña sensación de que más que bien, nos hizo la puñeta, con los respetos debidos a toda persona ya fallecida. Aquí quitan y ponen nombres de calles según sople el viento de los políticos de turno. –
Creo que el que se merece esa calle es César Alierta, presidente de Telefónica, por ser el magnánimo protector de los “dioses políticos” , cuando han de abandonar su Olimpo. De esta manera prepararía el camino para cuando le toque a ella.
Miedo me da el anuncio del de Guindo sobre que se preparan nuevas reformas, a pesar de que al parecer nos van a aplazar dos años el equilibrio de nuestro déficit ante Europa. Aquí, con este Ejecutivo, hay que interpretar sus noticias pensando en que harán lo contrario de lo que anuncian y prometen, pues llevamos más de un año sufriendo sus confusas noticias y mensajes. Hablar de reformas para estos señores es como apretarle más el nudo a la soga a un ahorcado que tiene ya más de media lengua afuera. Una “muerte anunciada”, angustiosa y sin remedio, a corto plazo. No sé de donde nos van a sacar ahora los millones que necesitan para sus absurdos tejemanejes y aplacar a los “escraches” que van a terminar instalándose en el salón de las casas de políticos, ya que les han dejado sin las suyas, sin trabajo y los quieren dejar también sin voz. Todo acabaría si los causantes de su decepción y desesperación se dieran cuenta de su mal gobierno y obraran con mayor solidaridad e integridad. Así de sencillo.
Si la cantidad anual en intereses que paga España por la deuda pública usurera se destinara por ejemplo a empleo público (que hace falta; policías, bomberos, etc, etc, ..) la tasa de paro no os digo cuánto bajaría.
Es curioso que España pague por su propio dinero, un dinero que se podría hacer ella misma y devolverse a ella misma y no a usureros internacionales. Este comentario es completamente invisible al pueblo de España.
El quid es que nos lo han birlado con trucos mezquinos