Banqueros que duermen en la cárcel y salen sin despeinarse
La solución a nuestra crisis no tiene remedio. Es inútil intentarlo. Cuando el egoísmo, la hipocresía y la corrupción se instalan en nuestra vida, no hay fuerza o motivación capaz de hacernos cambiar. Menos aún si los infectados por este “virus” pertenecen a la clase dirigente y política, que suele ser lo habitual, aunque sin perder de vista a los banqueros que se están convirtiendo en “presuntos” delincuentes de moda e inquilinos de lujo y permanencias cortas en nuestras cárceles, aunque sus delitos puedan resultar escandalosamente grandes. .
No soy experto en estas cuestiones, ni quiero adentrarme demasiado en ello, pues la indignación y la impotencia que siento ante el abuso, el engaño y la corrupción ambiental dominante, pueden hacerme escribir de manera nada correcta y no quiero llegar a tales extremos. Estoy cada vez más convencido de que nos han montado un circo donde los nuevos césares nos ofrecen toda clase de espectáculos y actividades masivas para mantenernos al margen de sus tejemanejes, mientras ellos camuflan sus mentiras y fechorías y ponen a buen recaudo el producto de sus robos y saqueos. Utilizan con manifiesta habilidad todos los procedimientos a su alcance para depositarlos en paraísos fiscales, que de fiscales tienen bien poco, pues no hay fórmula capaz de controlar y recuperar lo que nos “soplan” estos “adanes” y “evas” que han acabado hasta con las serpientes, despellejándolas para sus zapatos y bolsos de lujo.
Político, en el argot popular y salvo contadas excepciones, se ha convertido en sinónimo de caradura, corrupto, ladrón y defraudador. Y no por capricho nuestro, sino por méritos de ellos. Vergonzoso y deleznable que un país que está pasando sus peores momentos tenga a tales políticos al frente de sus instituciones sin otros méritos que el enchufismo.
Pero ni los que están ahora, ni lo que estuvieron antes y quieren regresar con nuevas y falsas promesas de hacer lo que cuando estuvieron en el poder tampoco hicieron. Que la crisis, no hay que olvidarlo, empezó con los anteriores, aunque tuvieron la argucia de guardar las facturas sin abonar bajo las alfombras y seguir subvencionando sin límites, como nuevos ricos, a países y causas que en nada nos incumbían, viviendo como si los euros nos colgaran de los árboles. Lo cual no justifica tampoco a las disparatadas e injustas medidas de un Rajoy que como Registrador, será excelente, pero como gobernante está demostrando a marchas forzadas su inexperiencia, poco tacto político y nula capacidad de reaccionar adecuadamente a la situación que se vive en el país. Cuestionado por toda la ciudadanía en sus diferentes clases sociales y profesionales,-ya hasta por jueces y policías-, mientras el sigue erre que erre en su torpe política de recortes e impuestos a los ciudadanos menos indicados, mientras que los que manejan el poder y el dinero viven a lo grande y de espaldas a la realidad. Son los intocables en un régimen que está más inflado de corrupción que de democracia y sensibilidad. .
Toda su política se cifra en continuar sacrificando a los que ya nada tienen. Hundiendo a la pequeña y mediana empresa, -el setenta por ciento de los comercios de barrio han cerrado o están a punto de hacerlo-; aumentando el paro a límites nunca alcanzados; recortando ayudas sociales que deberían ser intocables y prioritarias y favoreciendo a la Banca con rescates que premian la mala gestión de sus directivos nombrados a dedo y que cesan con indemnizaciones de lujo, en lugar de ser enviados a la cárcel y obligarles a devolver lo que se llevaron de mala manera. Para mayor indignación, hemos de pagar estos rescates bancarios a base de nuestros sacrificios y penalidades sin que veamos una mínima y obligada solidaridad por parte de los Bancos rescatados en ayudarnos con créditos justos para defender nuestros negocios y poder pagar el precio de sus rescates. En mi tierra le llaman a esto: “encima de cornudo, apaleado”. .
Digan lo que digan valen menos las promesas de un político que las monedas de uno y dos céntimos que van a eliminar porque es mayor su coste en acuñarla, que su valor facial. Defraudadores y corruptos han formado una especie de bloque, yo le llamaría búnker, donde protegen sus robos de pesquisas policiales y enredos judiciales. Y si alguna vez los descubren, alargan las diligencias los años precisos para esconder el “cuerpo del delito” en los lugares más protegidos y blindados. Si tienen la mala suerte de que descubran su juego sucio, los millones robados, no solo no se recuperan, sino que el presunto delincuente se libra de la cárcel mediante la entrega de una irrisoria fianza, que no llega al diez por ciento de lo robado. El resto, como es habitual entre los trapisondistas de este país, se pierde tras los Pirineos o más allá del Atlántico. Pero no se le ocurra cometer un pequeño hurto, que de la “trena” y el juicio rápido no le salva ni Santa Rita.
Dos millones y medio y el señor Blesa, sólo ha pasado una noche en “chirona”, aunque uno de sus delitos haya sido el enorme quebranto causado a Caja Madrid, cuando era su Presidente, con la disparatada compra del “ City Finantial Bank de Florida, por cuyo sabido error dicen que recibió una comisión de cien millones. Aparte, el crédito personal de 471,000, obtenido incumpliendo la ley de Cajas y los que concedió a sus amigos, entre ellos al convicto Díaz Ferrán, que cumple condena carcelaria. Todo con dinero que no era suyo y que ocasionó la ruina de cientos de familias. Hablan que entre él y sus directivos se repartieron, me figuro que en subvenciones e indemnizaciones, setenta y un millones de euros. Confunden dirigir una empresa pública con hacerlo y de mala manera con un negocio familiar y personal. Comentan que es el primero de una lista de banqueros en espera de ir a declarar y ser investigados. Si todos pagan su posible y grave culpa, con una sola noche de cárcel y la devolución de un pequeño tanto por ciento de lo que se llevaron, nadie escarmentará y nuestra economía seguirá no ya tocando fondo, sino hundida bajo el mismo. Pero Rajoy y sus chavales en ese guindo del que procede su ministro de Economía.
A todo cerdo como blesa le llega su san martin