El Alzheimer histórico
No te engañes a ti mismo, ni intentes engañar a los demás con tus mentiras. Esta frase resume el contenido de lo que comento a continuación sobre esa “desmemoria histórica”, con la que intentan confundirnos desde la época del inolvidable Zapatero. De momento, voy a pasar de Rajoy, aunque ello no quiere decir que sea merecedor de esta tregua, mientras no solucione los espinosos y duros problemas en los que nos ha metido, sí, nos ha metido, no me he equivocado, y nos sigue metiendo con su ignorancia supina en el arte de gobernar y su mentecatez e impasividad ante la desastrosa situación en que ha colocado a España. Porque lo malo del problema es que medida que toma o decisión que adopta significa hundirnos más en el lodo de la miseria y en el desprestigio de su partido y de España que están en las mínimas sostenibles. Para colmo de desfachatez, aparece el asunto “Bárcenas”, el “superman” de las finanzas ajenas que, aunque parezca casi milagroso se encuentra entre rejas. Unas rejas con barrotes de oro, no lo olvidemos. Si los miembros de ese partido reaccionan de igual forma el futuro de esa formación tiene los días contados, pues su permanencia en el mismo significa aceptar tácitamente su “muerte” política. ¡Y estos son los que gozaban de plena confianza!
No obstante lo expuesto anteriormente, en mi artículo, me refiero de manera especial a los ingeniosos artífices de esa manipulada “ memoria historia”, con la que intentan intoxicar a las nuevas generaciones que no han podido vivir los momentos que se les amañan y exponen, ni tienen interés por contrastarlos. Un peligroso invento que surge en mentes poco rigurosas, más cargadas de rencores y falacias que de razones. Creo que antes de lanzar su dardo envenenado deberían sopesar la causa y los efectos que puedan causar al analfabetismo de los que saben leer, pero carecen de capacidad para verificar la autenticidad o contrarrestarla, si la historia no les favorece. A los propagadores de estas falsas realidades y recuerdos no les interesa reflexionar sobre el perjuicio que causan a los que son oídos fáciles y mentes pacatas como para creerse esas “historias para no dormir” y relatos más propios de la ciencia ficción que del rigor histórica que el hecho demanda.
Estamos ya cansados de ese “Alzheimer” generalizado que Zapatero y sus acólitos, nos legaron sobre los hechos más o menos notables de nuestra historia reciente. Lo más chusco es que esa ensalada de despropósitos y engañabobos, haya podido encontrar acomodo entre personas que por su nivel cultural deberían haberse mostrarse más quisquillosos y exigentes con las patrañas vertidas en unos textos que solo figurarán en la historia del libelo.
La noticia me llega desde Cádiz a través de Internet. Su lectura me resultaba difícil de digerir, a pesar de que vivimos tiempos en los que la locura y el disparate han llegado a formar parte inseparable de nuestra cotidianidad. A veces creo que al mirar a la ventana voy a ver a ese “famoso burro volando” al que aluden cuando quieren indicarnos que somos demasiado crédulos y excesivamente necios.
El hecho tiene su origen en la famosa y decisiva batalla de Bailén, celebrada el 19 de julio de 1808, entre las tropas francesas invasoras del general Dupont y las españolas del general Castaños. Fue la primera gran derrota en batalla campal del ejército galo en suelo español. Demostramos que la furia, coraje y decisión de un pueblo en lucha por su libertad y dignidad no hay ejército capaz de contenerlos. Ante el hecho y su enorme transcendencia para nuestra independencia de los gabachos, la ciudad de Bailén introdujo una alusión del glorioso suceso en su escudo y puso la fecha de esta victoria como nombre a uno de sus centros escolares. Al igual que Chiclana, mi tierra, puso a una de sus calles la del “ 5 de marzo de 1811” , fecha de su célebre batalla y victoria contra el mismo enemigo. Como dato anecdótico, José de San Martín, el posterior líder de la independencia de Argentina, Chile y Perú, intervino en la de Bailén, como ayudante de Campo del marqués de Coupigny, uno de los mandos españoles.
Esta efemérides se acostumbraba a celebrar, ignoro si aún continua, en la ciudad de Bailén, ante el alborozo y la diversión de sus moradores y visitantes. Bueno pues el Sindicato de Estudiantes Andaluces. Lo de sindicato, no me sorprende, pero sí lo de estudiantes. Más aún tratándose de andaluces, pues se supone han de estar informados de los hechos históricos que han tenido lugar en su región y la significación que tuvieron para el resto de la nación.
Enviaron una carta de protesta a este centro escolar, haciendo constar que el Consejo Escolar del Estado, – casi “na”. ¿Habrá que ponerse en pie y firmes?-, le instaba a cambiar el nombre del colegio porque “hace referencia al régimen franquista”. ¡Vaya lección de historia de un organismo que se autotitula escolar y estatal!. Deberían leer las páginas de nuestra Historia, la verdadera, no la supuesta de Zapatero y sus “boys”, para que se den cuenta de tan craso e imperdonable error. .
En su rencor fanatizado creen que todo lo que huele a julio, tiene que ver con el régimen de Franco, al que tachan de insulto a la clase obrera. Podrá tener otras extrañas connotaciones positivas o negativas, ni lo niego ni afirmo, pero me da la ligera impresión que durante ese duro régimen, no era el obrero el que peor vivía, si lo comparamos a cómo vive con la “santa y corrupta democracia”, sin techo, trabajo, seguridad social, ayudas escolares, cuidados sanitarios y bien dotados hospitales, que hoy pretenden vender como saldo a empresas de amigachos o donde figura en puestos directivos los mismos que deciden su mala venta o su cónyuge. Un abuso incalificable y punible que no debe pasar inadvertido. Que digan al obrero que hoy vive mejor que en aquellos años, me parece una estafa mental que denigra tanto al que la dice, como al que la oye y no tiene el coraje de reaccionar.
De nada sirvieron para apearles de su patraña las explicaciones que sobre el hecho histórico les dieron la Concejala de Cultura y el director del centro. Ellos siguieron en sus trece y en lugar de excusarse por su metedura de patas, dijeron que había muchos errores en fechas y acontecimientos que se utilizan por los que no quieren aceptar la Ley de la Memoria Histórica. Yo no la acepto. ¿Me vais a fusilar ante la tapia de algún cementerio por eso?. A otros, por menos si lo hicieron.
Para mí, esa llamada “memoria histórica”, es una especie de “libro de Petete”, pero en político, propio de parvulario, que nos quisieron endosar con mala fe o crasa ignorancia dando lugar a hechos tan vergonzosos como el antes narrado.