Los suicidios superan a los accidentes de tráfico como primera causa de muerte violenta
Cada dos días, una persona se quita la vida en Málaga. Los casos de suicidio se han convertido en un drama cotidiano que multiplican por diez los de homicidios y que han desbancado por completo a los accidentes de tráfico como primera causa de muerte violenta en la provincia.
Las estadísticas así lo demuestran. En 2010, en Málaga hubo unos 160 suicidios entre las novecientas autopsias que realizaron los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML). Para hacerse una idea de lo que representa esta cifra, el año pasado se registraron 15 homicidios (12 crímenes y otros tres casos sospechosos) y 50 fallecidos por accidentes en las carreteras de la provincia. Aunque faltan por sumar las muertes en casco urbano, el tráfico seguiría quedando muy por detrás del suicidio.
Lo cierto es que la cifra de suicidios se ha multiplicado de manera exponencial en poco más de una década. Por citar algunas referencias históricas, en 1998 hubo 65 personas que se quitaron la vida en la provincia. En 1999 fueron 86. Tres años después, se registraron 70. No fue hasta 2005 cuando subieron por encima del centenar de fallecidos. Y ya no ha vuelto a bajar de ese número.
Aunque en los medios de comunicación sigue siendo un tema tabú, en psiquiatría se ha convertido en un caballo de batalla por su elevada tasa de mortalidad. «Es un problema de salud pública importantísimo», afirma el doctor Lucas Giner, miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría. «Cada vez hay más investigadores -prosigue- dedicados a estudiar sus causas, ya que el primer paso para prevenirlo es conocerlo».
Factores ambientales
Pese a que hay algunos lugares que siempre suelen registrar tasas más altas que otros, Giner asegura que no existen estudios que demuestren que hay zonas más propensas que otras al suicidio. «Algunos artículos científicos lo relacionan con la luz o con el clima -en el norte de Europa se producen más casos que en el sur-, pero no hay nada concluyente», asevera.
Los principales factores que influyen directamente en la decisión de una persona de quitarse la vida suelen ser ambientales. El psiquiatra señala que se trata de «acontecimientos vitales adversos» y enumera: «Problemas de salud, económicos, conflictos interpersonales o de pareja, legales…».
Según este miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría, la inestabilidad laboral que azota el país en la actualidad es un factor destacado de riesgo que puede desembocar en que una persona atente contra su vida.
Según Giner, entre los suicidios consumados destacan los que están motivados por enfermedades. «En el 90% de ellos hay además patologías psiquiátricas. Las más frecuentes son los trastornos depresivos asociados al consumo de tóxicos (alcohol, cocaína). En jóvenes se presentan con frecuencia trastornos de personalidad, y en mayores, por enfermedades físicas dolorosas», detalla.
En el caso de las tentativas, sobresalen las relacionadas con problemas de pareja. «Los intentos de suicidio suelen estar provocados por situaciones que la persona no sabe manejar y se producen más como una petición desesperada de auxilio que con la determinación que acabar con la vida», señala.
Médico de cabecera
El especialista considera que la familia y los médicos de atención primaria son los grandes baluartes para evitar el suicidio. Los más allegados son quienes pueden detectar los avisos que emite la persona que planea quitarse la vida, que suele verbalizar sus intenciones, sobre todo dos o tres días antes de llevarlas a cabo.
En los ambulatorios, los facultativos también tienen herramientas para detectar estos indicios. «Es importante que se identifiquen los cuadros de riesgo, que suelen estar asociados a las depresiones. Está demostrado que la prescripción de antidepresivos por parte de los médicos de cabecera se traduce claramente en un descenso de los suicidios», concluye Lucas Giner.
Por todo ello, el principal consejo del psiquiatra es que, ante la más mínima señal, familiares o allegados deben llevar a la persona al centro de salud más próximo. «Y si el peligro es inminente, a urgencias», advierte.