Este Madrid lleva en su ADN el gen del perdedor: Los de Mourinho dicen adiós a la Liga en Pamplona
A Mourinho se le agotan el discurso, los tópicos y las excusas, al menos para la Liga. Ni siquiera con el recién fichado Adebayor, utilizado casi media hora, su Madrid pudo hincarle el diente a un enorme Osasuna . Jugó sin un plan y se dejó gran parte de la Liga en un Reyno inexpugnable para todos menos para el Barça. Siete puntos de diferencia no son gran cosa en condiciones normales, pero cuesta creer que los azulgrana pinchen tres veces y los blancos lo ganen todo de aquí al final.
Ganaron los de Camacho y lo hicieron con justicia, sin jugadores clave como los iraníes Nekounam y Masoud, y sin Juanfran, recién contratado por el Atlético. Desde Ricardo hasta Pandiani, todos alcanzaron un nivel extraordinario en lo táctico, en lo mental, en lo físico y a la hora de ejecutar sus acciones. Y en especial Aranda, un jugador formado en la factoría blanca que impartió una lección magistral de poderío. Trajo en jaque a toda la zaga blanca.
La baja de inicio de Xabi Alonso, empleado luego como recurso, fue un lastre para un Madrid devorado por el ímpetu de los rojillos. Además de cosechar su segunda derrota, este equipo ofrece síntomas preocupantes. Crea poco juego y apenas marca en los últimos partidos.
Osasuna hizo un esfuerzo extraordinario para frenar al Real Madrid ya en la primera mitad. Aunque algunos valientes le gritaban aquello de ‘`vete con ellos, Camacho vete con ellos!, el técnico rojillo hizo un planteamiento perfecto. Y muy valiente, ya que alineó a Aranda y Pandiani y su equipo presionó siempre que pudo arriba.
Los de Mourinho se vieron agobiados. No porque inquietaran mucho a Casillas sino porque sus jugadores apenas podían tocar y de desbordar. En cuanto alguno recibía, le encimaban. Atención y ayudas que exigían, eso sí, un enorme desgaste físico. Özil, que se venía más atrás de lo habitual a recibir en ausencia de Xabi Alonso, era el que tenía las ideas más claras.
Triple cambio
Los navarros gozaron de la primera gran ocasión, de esas que no se deben perdonar ante los grandes. Camuñas vio el desmarque de Pandiani pero su cabezazo, sin oposición alguna y con Casillas adelantado, se marchó alto. Antes, los locales reclamaron la señalización de un fuera de juego milimétrico a Aranda, que se marchaba solo.
Respondió pronto el Madrid. Cristiano encontró un resquicio, cedió a Benzema, el francés dejó correr el balón y su tiro, duro y raso, lo desvió Ricardo, quien también acertó en otro lanzamiento de Cristiano, sin apenas ángulo. Al descanso se llegó con cierto barullo, con un rifirrafe del ‘Rifle’ y de Ronaldo camino de vestuarios.
Máxima intensidad en la reanudación. Mucho barullo, mínimos espacios y poca continuidad. A falta de media hora parecía que Osasuna perdía fuelle y que, más pronto que tarde, el Madrid acertaría en alguna. Pero ocurrió lo contrario. Camuñas se aprovechó de un error de los zagueros en el achique, arrancó bien tras dejada de Aranda y la cruzó junto al palo. Mourinho tocó a rebato. Triple cambio, como hacía en el Inter. Xabi Alonso, Kaká y Adebayor, de una tacada. Pero la mejor ocasión la tuvieron los navarros. La salvó Arbeloa bajo balos. Sobraron los balones lanzados desde la grada para frenar el partido. Una actitud antideportiva que no empaña una actuación de matrícula de honor. Ya nadie se acordó de Izco, ni de Camacho.