Al menos 200 personas han muerto y miles han resultado heridas hoy como consecuencia de la intervención de las fuerzas de seguridad egipcias para desalojar los campamentos de protesta en El Cairo a favor del anterior presidente del país, Mohamed Mursi, derrocado por un golpe de Estado el pasado 3 de julio, según han denunciado los Hermanos Musulmanes. Por su parte, el Ministerio de Salud ha asegurado que son quince los fallecidos, cinco de ellos policías, y 203 los heridos.

A primera hora de la mañana, la Policía ha lanzado gases lacrimógenos desde helicópteros y ha enviado a paracaidistas, que han aterrizado en las azoteas de los edificios contiguos a la plaza cairota de Rabea al Adauiya para desmantelar una acampada de los islamistas.

El fontanero Ali Mohamed, uno de los acampados en lugar, ha señalado que él estaba dormido en su tienda de campaña cuando esta mañana, sobre las 07.00 hora local (05.00 hora GMT), los agentes comenzaron a arrojar gases lacrimógenos desde helicópteros contra los manifestantes partidarios de Mursi. “Había paracaidistas que cayeron encima de edificios y empezaron a disparar”, ha apuntado Mohamed, que se encontraba en la zona central de la plaza, junto al escenario donde los islamistas llevaban a cabo sus concentraciones de protesta.

Mohamed ha destacado que nadie ha podido huir porque todas las calles que acceden al lugar están cerradas, pese a que el Ministerio del Interior había anunciado hoy que permitiría la salida de aquellos que lo quisieran a través de la calle Stad al Bahari. El testigo ha subrayado que los manifestantes, entre ellos mujeres y menores, se han refugiado en el interior de la mezquita de Rabea al Adauiya, que da su nombre a la plaza, bajo árboles y dentro de tiendas de campaña.

En la otra punta de El Cairo, se ha podido ver una nube de humo que sale del campamento de protesta de Nahda, en el distrito de Giza, que ya está “bajo control” total de las fuerzas de seguridad y “lograron eliminar la mayoría de las tiendas de la plaza”, ha informado el ministerio egipcio del Interior. En estos momentos, la autoridades persiguen a los manifestantes que han huido al vecino parque de Orman, donde decenas de seguidores de Mursi han sido detenidos con la ayuda de vecinos de la zona.

Llamada para tomar las calles

En medio del caos, los Hermanos Musulmanes han instado a todos los egipcios a salir a las calles del país para impedir una masacre en las acampadas de islamistas. “Esto no es un intento de acabar con una protesta, sino una eliminación sangrienta de cualquier voz que se opone al golpe militar”, ha afirmado el portavoz del grupo islamista Gehad al Hadad en Twitter.

La llamada de los Hermanos Musulmanes ha sido secundada por numerosos seguidores en Alejandría (norte) -han cortado el paseo marítimo a la altura de la mezquita de Al Qaed Ibrahim-, Asuán (sur) -centenares de islamistas se han congregado frente al edificio de la gobernación, que ha tenido que ser evacuado- y en distintas zonas de la capital, donde se ha paralizado el tráfico de trenes de entrada y salida para evitar la movilización de partidarios del depuesto presidente islamista.

Decenas de manifestantes se han congregado en la plaza de Mustafa Mahmud, en el distrito de Mohandesin, desde donde arrojan piedras y donde han quemado neumáticos para cortar las calles. Una fuente de los servicios de seguridad ha explicado que simpatizantes de la Hermandad se han concentrado, además, frente a la mezquita de Al Nur, en el barrio de Abasiya, para dirigirse a la plaza de Rabea al Aduiya, donde se encuentra una de las acampadas. La televisión estatal también ha informado de una marcha desde la zona de Ramsés, en el centro de la capital, hacia Rabea al Adauiya. Según la fuente, hay un tiroteo intenso en la plaza de Rabea ya que hay personas que disparan desde las azoteas de varios edificios. La televisión egipcia ha destacado que un oficial de la policía ha sido secuestrado por los manifestantes en Rabea al Adauiya.

Graves destrozos

En otras zonas del país, miembros de los Hermanos Musulmanes han atacado hoy varias comisarías y edificios gubernamentales en distintas provincias del país. Los islamistas entraron en la comisaría del Uarrá en el distrito cairota de Imbaba, donde han prendido fuego y retienen al oficial de policía al mando. Además, han liberado a los presos que se encontraban en esa comisaría. En Beheira (norte) destruyeron el edificio de la gobernación provincial; mientras que en Garbiya (norte) intentaron irrumpir en otra comisaría y en la sede de la gobernación. En Fayum, al sur de El Cairo, entraron en otra sede policial, en la que causaron un incendio. En previsión de más ataques, la policía en la provincia de Al Qaliubiya, al norte de la capital, ha empezado a trasladar a los presos de las comisarías a cárceles.

También han sido incendiadas tres iglesias coptas en el centro de Egipto. Dos de ellas fueron atacadas y en parte incendiadas en la provincia de El Menia, mientras que arrojaron cócteles molotov contra la iglesia Mar Gergiss, situada en el recinto de la diócesis de Sohaf, ciudad en la que vive una importante comunidad cristiana ortodoxa copta.

Dadas las circunstancias, el Gobierno egipcio ha amenazado con hacer frente con “toda la dureza y firmeza” a los ataques contra propiedades públicas y comisarías. El portavoz del Consejo de Ministros Sherif Shauqi ha leído un comunicado del Ejecutivo en el que ha asegurado que perseguirán a “los alborotadores” para proteger las propiedades del pueblo. Además, el Gobierno ha pedido a los Hermanos Musulmanes que dejen de instigar a sus seguidores para que perjudiquen la seguridad nacional. Asimismo, ha insistido en que las autoridades seguirán adelante con el plan trazado para la transición, que contempla la celebración de elecciones anticipadas y la reforma de la Constitución.