Champions: El débil Copenhague sirve como terapia al Madrid (4-0) y la Real cae en el descuento (2-1)
Goles terapéuticos, alguno extraordinario como el segundo de Cristiano, tras un taconazo de Benzema y un centro de rabona de Di María, pero atmósfera contaminada en el Bernabéu. Ambiente cargado en una noche de resaca y con un visitante impropio de la ‘Champions’, ya que los mocetones del Copenhague son penúltimos en la modesta liga danesa y ante ellos no cabe extraer conclusiones. Indignación entre los hinchas merengues cuando conocieron que Morata se quedaba fuera de la convocatoria. Minutos después, empero, el delantero entró en el grupo porque Casemiro sufrió repentinos problemas estomacales. Y el ariete llegó a participar en el último cuarto de hora, ya con el partido resuelto. Decisiones extrañas. Virus inoculados en este Madrid repleto de incógnitas, todavía en construcción y con una calidad en sus jugadores que a medio y largo plazo debe hacerle temible. Yun Cristiano que ya suma cinco goles en dos partidos.
El escaso público que en esos instantes se daba cita en Chamartín, abucheó el apellido Ancelotti cuando lo anunciaron por megafonía. Síntomas peligrosos, pitidos de crisis. Es muy pronto para juzgar la aportación de Ancelotti pero la sombra de Mourinho es alargada, quizá dañina. El once de Carletto presentó hasta cinco novedades con respecto al derbi. Volvió Iker Casillas casi un embarazo después y dejó luces y sombras, como el equipo. Apenas tuvo trabajo pero se le vio dubitativo, fallón por arriba. La defensa fue diferente, salvo Pepe, que sufrió una brecha en la ceja de esas que suturan los médicos enfocados por cámaras de alta definición. Más salida de balón con Varane y más profundidad por los costados con Carvajal y Marcelo. Esta vez, el italiano titubeante se decantó por un 4-3-3, con Illarramendi como ancla y Khedira y Modric más libres para descolgarse.
Era un duelo para restañar heridas, brillar y pasar por encima de un equipo ramplón que se situó por detrás del balón pero se defendió de pena. Desde el arranque, se agradeció la aportación del chisposo y profundo Marcelo. Y la incontinencia goleadora de Cristiano, con un toque chulesco y abusón que no mostraba últimamente pero determinante. El lateral brasileño llevaba un año sin jugar en ‘Champions’ pero no lo pareció. Se prodigó en ataque y destacó en este Madrid que en unos momentos dio señales de mejoría y en otros mostró signos de enfermedad. Contrastes otoñales. Illarramendi estuvo mucho más cómodo que ante el Atlético, quizá porque es un gran futbolista pero aún no está del todo preparado para soportar citas de gran jerarquía, y dirigió con tino. Combinó bien el juego en corto y en largo y recordó a Xabi Alonso, aunque a día de hoy las comparaciones todavía resulten odiosas. Y no digamos ya si se relaciona al emergente Isco con el mítico Zidane.
Cristiano se prodigó en detalles para la galería. Ya dijo Ramos al resto de sus compañeros que es la única estrella a la que se le puede permitir todo. Es una fiera hambrienta. Taconazos por aquí, bicicletas por allá pero, más allá de las frivolidades, la búsqueda constante del gol para superar sus registros. Abrió la lata danesa de cabeza, tras un gran centro pasado de Marcelo que se tragó el portero sueco Wiland, según los expertos en fútbol internacional el mejor del Copenhague.
El Madrid se relajó hasta el descanso. Ancelotti, que festejó el gol con el puño cerrado, asomaba del banquillo inquieto. Los nórdicos pudieron empatar en un saque de esquina. Error clamoroso de la zaga y del portero, remate de Jorgensen al travesaño y polémica, ya que el balón le cayó en el brazo a Modric, situado en la raya de gol. Pareció involuntario. En la jugada siguiente, otro danés cabeceó solo. Dirigió mal el remate.
Mejoró el Madrid tras el reparador descanso. Salió más rápido y ambicioso. A sus jugadores se les vieron disfrutando más, menos tensionados. El segundo gol fue antológico, seguramente de los mejores de la ‘Champions’ aunque le reste valor la endeblez del rival. Benzema se la puso de tacón al ‘Fideo’ y éste prefirió centrar de rabona con la zurda que ponerla con la derecha.Cristiano hizo el resto. Poco después, Di María soltó un latigazo desde la frontal que derribó por completo a los daneses. Con el viento a favor, Ancelotti quiso agradar al respetable al introducir a Isco, Morata y Carvajal. Silbidos a Benzema y ovaciones a Iker. ¿Tiene un plan definido?
LA REAL CAE EN EL DESCUENTO (2-1)
Llegaba la Real Sociedad a tierras alemanas para intentar inaugurar su casillero en el retorno donostiarra a la ‘Champions’. Sin ganar ningún partido en septiembre y bajas de consideración la plaza hostil del tercero de la emergente Bundesliga era complicada. Volvía la eterna discusión balompédica entre la preferencia por el físico o el ideal casi utópico de la elegancia. Se citaban dos equipos antagónicos. Al Bayer de hoy día no le vale el juego pausado que presentara en la final de Glasgow en 2002 cuando cayó derrotado por el Madrid galáctico. Ahora se inspira en un 4-3-3 sólido. Su adversario perfecto sería curiosamente el guipuzcoano. Un equipo que se expone, permite espacios y apuesta por dejar libre a extremos rivales a favor de su estilo.
La derrota final puede resultar engañosa. La primera mitad fue un recital de la vieja escuela indoeuropea. El escenario ideal del cuadro germano, concebido para robar el balón, correr y depender de dos balas como Sam y Son. Los españoles aguantaron el chaparrón y abrieron camino al ver algo de sol. Nada más que vieron un rayo de esperanza se despedazaron y Vela emergió de líder para llevar el equilibrio y casi la victoria. Pero el Leverkusen, al estilo de la historia alemana, aguó la fiesta.
Jagoba Arrasate no vio venir lo que se le avecinaba. O al menos así se desprende de su planteamiento. Más arriesgado de lo que cabría esperar sabiendo qué se jugaba. Solo era el segundo encuentro aunque soplaba una ligera brisa de final. Se le otorga al técnico vasco la presunción de inocencia por ser novato en estas lides y apostar por su fútbol con independencia del rival. Pero ante los teutones el envite le salió mal. Con la baja de Xabi Prieto, la presencia de mucho jugador técnico y poco músculo, el Leverkusen se comió de aperitivo el centro del campo realista con juego raso para terminar de hincarle el diente a Bravo con un gol cuando más duele, con el árbitro llevando su silbato a la boca para señalar el final de la primera mitad. El tanto de Rolfes, tras rematar dos veces un balón parado, derrumbó el castillo de naipes blanquiazul construido desde la pizarra. Nada salía según el guion. Seferovic deambulaba intentando encontrar a Griezmann, mientras el francés se preocupaba qué tipo de arquitectura tendría el estadio BayArena.
Intentó el preparador vizcaíno poner parches sobre los agujeros creados y tuvo ayuda del colegiado al señalar un penalti dudoso a su favor nada más reiniciarse el choque. Vela necesitó un segundo disparo en la recámara para batir al gigante Leno. Un poco de luz en un camino que empezaba a embarrarse por el vendaval inicial germánico. El mexicano incluso llegó a perdonar el segundo en un mano a mano que terminó perdiéndose entre el lamento del aficionado visitante. También el Bayer perdonó la vida a su competidor en el tramo final entre rezos que llegaban desde San Sebastián. Ante el renacer local se pretendió firmar el armisticio. Pero llegó Hegeler, marcó y dejó tirado por el césped la esperanza realista. Los ‘txuri-urdin’ acusaron anteponer su propia filosofía a la adaptación de una nueva debido a las circunstancias. A la tragicomedia de la Real Sociedad le queda ahora mirar hacia el feudo inglés de inspiración teatrera y conseguir puntos allí donde parece imposible. Aunque ya se sabe, los sueños, sueños son.
EL Copenhague paga los platos rotos.
La Real Sociedad vuelve a perder, ,como ya dije hace tiempo los vascos no saben luchar de otra forma s no es con armas.
¿Pero qué tendrá que ver un resultado (o varios) de un partido de fútbol con ETA alma de cántaro? Lo que hay que leer… en fin… santa paciencia…
Como con los Catalanes, cualquier escusa es buena… ¬¬
Háztelo mirar figura, porque lo tuyo no es normal…
¿Que será lo próximo? Que si el embutido viene de Euskadi es embutido terrorista o que hace apología del terrorismo? Siguendo tu asombroso, anonadante e impresionante argumento imagino que la respuesta a esa pregunta será… SI…
…en fin…
El partido nos ha servido para endulzarnos un poco el desastre del sábado. La verdad es que en Champions las cosas no nos van tan mal, espermos que no sea un espejismo de otoño. .”El débil Copenhague…” Al menos el Madrid, por el contrario del Farça, no necesitó que el equipo rival se quedara con diez jugadores para ganarle por la mínima, ni apuntarse el tanto de la victoria en clarisimo fuera de juego, como el Atléti.