Enrique de Diego.- A la atardecida (demasiado pronto por la asquerosa manía de esta casta de complicarnos la vida incluso cambiando la hora y quitándonos nuestras soleadas jornadas españolas), tras una dura jornada de recolección de granadas, me siento y veo tantos cadáveres enemigos míos pasar que se forman auténticos atascos. Asistimos al fin definitivo del mayor bluff político de la mierdocracia: Esperanza Aguirre, la dama de cartón piedra. Con ella queda sentenciado su bufón Federico Jiménez Losantos, toda una vida viviendo como un mantenido del Presupuesto y yendo de liberal. Se necesita cara.

Anda por ahí quejoso y pidiendo árnica Julio Ariza no porque no paga a los trabajadores, sino porque le he descubierto la sociedad en la que esconde todo o parte de su patrimonio, “El Periódico del Motor”, 4,8 millones de euros, con su secretaria, Ana Roldán Martín de apoderada; es decir, con poderes para comprar y vender el patrimonio familiar de los Ariza, de la esposa legal y los hijos. Dice Ariza que se ha dicho que su secretaria es su amante, lo cual es mentira; es mentira que se haya dicho. Excusatio non petita, acusatio manifiesta. Bueno, es bastante peor poner bajo la custodia de la secretaria el patrimonio familiar; eso es un completo desprecio a la esposa y a los hijos. Ariza, que está acabadísimo, que creyó condenarme al ostracismo, al servicio del PP y de su sita Esperanza Aguirre, a la que le organizó el tamayazo manchándose las manos de mierda en las cloacas de la corrupción, va a ser él el que corre el riesgo de terminar como Díaz Merchán o su amigacho Bárcenas.

En mi intento de muerte civil se conjugaron muchos factores, pero del que no hay duda es de la exigencia de mi cabeza con paranoica histeria del bufón Losantos –ese pardillo que cree incapaces a los musulmanes de asesinar y cometer una atrocidad como la masacre de Atocha- y su ama Esperanza Aguirre, esa que se cree el clon de Margaret Tatcher y que no la llega ni al nivel de los calcañares; dama no de hierro sino de cartón piedra. Con Esperanza Aguirre me encontré unos días antes de mi intento de muerte civil y estuvo desabrida preanunciándome la sentencia.

Esperanza Aguirre es una inútil total a la que el PP le ha hecho la carrera y que es la madre de todas las corrupciones, de todos los corruptos y de lacayos como Ariza y bufones como Losantos. Atasco de funerales de mis enemigos, al que asisto con paz de espíritu. El juez Pablo Ruz cita a Esperanza Aguirre como testigo porque ella ha amamantado a los chorizos. López Viejo no sólo era su hombre de confianza, también quien le organizaba las campañas electorales. Los actos de Esperanza Aguirre los pagaba Gürtel, incluso algunos los pagó el alicantino empresario Enrique Ortiz, el capo di tutti capi en la zona levantina, imputado en la trama gurteliana. ¡Qué esta tipa ande hablando de regeneración y de limpiar la vida pública! Pero si al PP de Madrid le desborda la mierda por los cuatro costados, si lo de cloaca se queda corto… Gürtel es Esperanza Aguirre, es PP de Madrid, es Boadilla, Majadahonda, Pozuelo, Galapagar, Guadarrama, y un largo etcétera de ponzoña esperancista.

En una Inglaterra ya con muy pocos resortes morales, aún así, Esperanza Aguirre estaría fuera de la vida pública cuanto menos y comparecería no como testigo, sino que se sentaría en el banquillo de los acusados. Esperanza Aguirre, en cualquier caso, está acabada. Acudir de testigo es ya la evidencia de que no pasaba por allí, de que no acabó con la corrupción, sino que se benefició políticamente de ella.

Por si fuera poco, dos de sus hombres de confianza, Juan José Güemes y Manuel Lamela, exconsejeros de Sanidad, han sido imputados por los procesos de la mal llamada privatización de la Sanidad madrileña, en la que este par de chorizos esperancistas aparecen luego de grandes directivos de las empresas beneficiadas. Al Capone tenía más categoría moral que estos corruptos peperos, esta asquerosa mafia pepera. Güemes fue el número dos de Espe, la dama de cartón piedra, y secretario general del PP de Madrid. Es yerno del ultrachorizo Carlos Fabra, a la espera de sentencia, porque aceptando que le tocara tres veces el gordo resulta razonable su brutal incremento patrimonial, y esposo de Andrea Fabra, la que resumió todo el andamiaje intelectual y moral de la mafia pepera con su “¡qué se jodan!”.

El liberalismo de Esperanza Aguirre y su cuadrilla es una mezcla de parodia y de patente de corso, hiede como una cloaca y es de una hipocresía mostrenca. Ha inventado el liberalismo egipcio en el que todos ponen el cazo; no privatiza sino que descuartiza: los hospitales se hacen con el dinero de todos y se regalan a los amigos. Ya lo dijo el chorizo Rodrigo Rato: “no va a ser a los enemigos”. Negocio redondo.

Estos pseudoliberales viven de saquear al contribuyente como el bufón Losantos. Pequeño Stalin o pequeño Mao –su inteligencia es más corta que su estatura- es un mantenido, un cortesano, una especie de hetaira vocinglera que se financia del canal de Isabel II y que mendiga y obtiene cuantiosos fondos de la caja B del PP: 340 millones de la caja B del PP, con la esposa de Luis Bárcenas de accionista de Libertaddigital. Y este bocachanclas dijo iba a donar el dinero a Cáritas, cuando es más agarrado que un chotis. Losantos sin la sita Espe, con la segura derrota del chorizo Ignacio González, que tiene colocada a toda su parentela, no es nadie. Ni con los dispendios que en él hace Telefónica, financiándole a él y a su Ayanta Baillo, puede sobrevivir. Éste va detrás de Ariza en el cortejo fúnebre y pronto se sumará Pedro J Ramírez, que es un amoral y un desastre como gestor y un mentiroso compulsivo.

Me tengo por el último liberal. Abomino de la cultura de la subvención y me parece execrable la corrupción que ha de ser erradicada con tribunales especiales y juicios rápidos, con penas duras e incautación de lo robado. Como me dijo Esperanza Aguirre: “Tú y yo, como liberales, hemos tenido muchas desavenencias”. Mujer de pasta flora, dama de cartón piedra, me honro de ellas porque apesta. Lo tuyo no es liberalismo es mafia chapucera e irrestricta. Yo defiendo los valores del trabajo y el sacrificio, la honradez y el mérito, el ahorro y la inversión; y propugno pocos, muy pocos políticos y bajos impuestos; cerrar las autonomías y sus chiringuitos tipo “Opción 3” y meter a todos los corrptos en la cárcel pero pagándose ellos la manutención.

Así que tanto funeral, tanto atasco de los cadáveres de mis enemigos, ha de tener, por fuerza, un sentido, positivo. Preanuncia, de alguna forma, mi propia resurrección civil. Pero más allá, lo que se está viniendo abajo es el flanco más hipócrita del sistema, el que usa y abusa de los valores patrióticos, y aún de los sagrados, para hacer caja y burla de ellos, para esterilizarlos. Pero se ha acabado la farsa y me precio de haber puesto bastante, mucho más de un granito de arena en desmantelar este tinglado carcomido y putrefacto. Por ese flanco abierto hay que entrar, vamos a entrar y a echar todo el sistema abajo para regenerar España. Fuerza y honor.