En legítima defensa
Recuerdo una frase que en mis tiempos de empleado se oía con frecuencia a la hora de cobrar la nómina: “Me engañarán en el sueldo, pero no en el trabajo”. Ya se daba por sentado que el rendimiento y la implicación del trabajador con la empresa era del todo nulo, mejor dicho, existía una ánimo de venganza.
Así veo que ocurre en la actualidad con el mayor empresario del país (al menos debería serlo), que es el Gobierno. Cuando al ciudadano se le exprime a los extremos inaguantables, como los que a día de hoy padecemos, y el ejemplo de moralidad reina por su ausencia, éste, el ciudadano, se siente legitimado a defraudar cuanto pueda y a ganarse su subsistencia a costa de hacer economía sumergida. Es más, moralmente está obligado a ello, dado que de cumplir con todas las “obligaciones” (impuestos) que nos aprisionan, sirven para mantener de facto el mismo estado de las cosas.
¿Cómo vamos a sentir patriotismo alguno?, es imposible defender a quien te esquilma sin compasión, te roba a manos llenas y no defiende al país, ni a sus paisanos. Éstos, vamos nosotros, nos sentimos del todo atropellados por una casta despótica, soberbia y vividora a costa de los demás sin el menor pudor que pueda dotar un mínimo de decencia.
Así pues las leyes están muy bien, pues es necesario la ordenación de la convivencia y la evitación del abuso del poderoso sobre el débil. Es como debería de ser, porque ahora, el poderoso legisla para defender sus propios intereses, haciendo ley lo que es del todo injusto y oprimiendo al más débil, el pueblo llano. Llega entonces el que toma conciencia de tal abuso y recurre a la legítima defensa, que no es otra, dado que no puede hacer uso de la violencia, que ocultar el rendimiento de sus esfuerzos antes de la mastodóntica e injusta maquinaria del PODER, se lo arrebate.
Mantener este estado de cosas es del todo inmoral e injusto, dado que se alimenta al mismo monstruo que te mantiene en la indigencia, tanto material, como espiritual. Te lo quitan todo, hasta la esperanza de progresar y desarrollar tu vida y tu familia en tu propio país. A veces creo que poca es la economía sumergida que existe en proporción al descomunal latrocinio de las clases políticas y sindicales que padecemos. Poco acurre, en verdad, para tamaño despropósito y ello no es debido más que al mismo agotamiento moral que sufre la sociedad ante la misma impotencia en que se siente.
La cosa no es noticia, nada de eso, las clases dirigentes desde el descubrimiento de América, se hicieron ambiciosas, cómodas y despóticas, impidiendo la participación legítima de los comunes en los logros materiales de éstos, es más, sentían como actualmente, un gran desprecio por el pueblo que los mantiene. A día de hoy, las clases dirigentes han sabido mejorar de forma sibilina el asalto a la iniciativa privada. La modernidad y las comunicaciones han hecho casi imposible salvar el acoso constante que sufre un pobre trabajador, no así los que gozan de vivir a costa del presupuesto, ellos si que tienen el “derecho de pernada”.
La situación es en si injusta y desproporcionada y pocos son los que gracias a su esfuerzo mantienen a Instituciones Europeas, Españolas, Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, Diputaciones, Sindicatos, Partidos Políticos, Empresas Públicas hechas a medida, Consejeros, Enchufados de todo pelaje, Observatorios de todas clases, Organizaciones no Gubernamentales, Industrias como el Cine, Eres, Formaciones Ficticias, Convenciones y congresos de partidos, todo tipo de actos y comilonas a costa de pobre CONTRIBUYENTE, que al final es el único que produce y vive en la miseria y la desesperación. ¿Cómo podemos entonces terminar con este SISTEMA de abuso continuado?. Pues agarrándonos a la Legítima Defensa de nuestros particulares intereses y no contribuyendo a mantener este estado de cosas que va contra nosotros mismos.
Usted mismo.
Efectivamente. Todos tenemos el derecho y la obligación de defendernos de aquellos que pretenden perjudicarnos y con todas las armas a nuestro alcance. En este caso se trata de un sistema canceroso que nos arrastra sin remisión al holocausto. No seamos cobardes ni indolentes. Defendamos nuestras vidas y las de nuestros hijos. Salvemos nuestro ya menguado patrimonio. Con todas las armas de que dispongamos. Es en legítima defensa.
Totalmente de acuerdo. Soy abogado y procuro cobrar todo lo que puedo en DINERO NEGRO. Estoy harto de pagar IVA, IRPF, etc., para mantener a cuatro millones de empleados públicos, la mayoría de los cuales trabajan lo menos posible, y a medio millón de políticos, por no hablar de la Familia Real, cada día más grande, etc.
Si quieren vivir, que trabajen, como hacemos todos…
Prudencia amigo. Estas cosas no son buenas ponerlas en estos medios. Aunque no lo crea, estamos bajo control, todos, pero todos. el famoso programa del Rubalcaba sigue funcioando para el PP.
Nein¡ amigo Antonio. No por lo menos para los leguleyos Españoles.El acreedor no paga sus deudas y el deudor es encarcelado, si para cobrar, mueve un dedo sin pasar por un alto peaje letrado.
Jaja, si tiene razón De ahí el dicho:” si debes un millon al banco, tienes un problema, si le debes 1000 millones, el problema lo tiene al banco.”
Cierto sólo en parte estimado amigo. Pues el banco socializará las pérdidas con arreglo al interés general y tu, comerás de bandeja.
La cosa, la bestia, lucifer y sus muchachos, tienen otra naturaleza.
Coincido con el autor en la idea, y si rebuscamos en nuestra memoria recordaremos a otros que también nos aportaron la idea, la rebelión mediante insumisión fiscal. En algunos foros aportamos la idea de unirse, organizarse, llevar a cabo acopio de alimentos, combustible y agua, y quedarse en casa un mes. Paralizar el país. Pura utopía en una nación de esclavos firmantes, ya lo sé. Claro que lo sabemos, para eso indujeron al pueblo a hipotecarse, a vivir por encima de sus posibilidades reales. Me han contado como iban a la sucursal a por los 170.000 que costaba el adosado,… Leer más »
Ciertamente vamos cada vez a peor calidad de vida, los únicos que viven bien son las castas parasitarias del presupuesto.
Muy bueno,es como usted lo dice sin duda,cuando no hay vergüenza en el que gobierna el pueblo se repliega en si mismo y se vuelve egoista por pura necesidad o por pura venganza hacia “un orden” que no es tal,que lo explota y manipula.
El pueblo deberia acabar con la castuza pero esta desorganizado y manipulado,este aberrante estado de cosas es propiciado por el poder que domina el mundo,que es el que domina la banca.
Dicen los libros sapienciales: “El deudor es esclavo del acreedor”, y eso mismo han hecho.