Por Luis Zapater.- Desde que el pasado 16 de enero de este año el Comité de Naciones Unidas para la Defensa de los Derechos del Niño instó al Vaticano a obrar con más contundencia contra sus ministros implicados en casos de abusos sexuales a menores, han aumentado las críticas y condenas a la Iglesia Católica como presunta “encubridora” de sacerdotes autores de actividades delictivas contra la infancia. La denuncia de un posible “corporativismo” que impida el esclarecimiento y el castigo de estos hechos repugnantes coincide en el tiempo con una serie de hechos y declaraciones tanto de la ONU como del Vaticano respecto a la política internacional que hacen más que sospechosas las presuntas “buenas intenciones” de las Naciones Unidas en el tema de la denuncia de la pederastia en la Iglesia.

Cuando el pasado 7 de septiembre el Papa Francisco convocó a todos los católicos del mundo a rezar por la paz en Siria en una manifestación de oración mundial sin precedentes, estaba empezando un sendero que le podía traer muchos problemas. Hasta aquél momento, el Vaticano, sabedor de las terribles matanzas, secuestros, raptos, violaciones y torturas perpetradas por los yihadistas suníes radicales, no sólo contra musulmanes partidarios de Al Assad en Siria, sino también contra cristianos indefensos, no había querido enfrentarse a los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Arabia Saudí e Israel (que han sido denunciados por varias agencias y países por apoyar económica y militarmente a los terroristas) y había practicado un silencio calificado de cómplice con el terrorismo por los cristianos más comprometidos. Pero esta situación cambió a partir de septiembre del año pasado, cuando el Papa Francisco advertía que “siempre queda la duda de si la guerra es para vender armas”, afirmación que trataba de nadar entre dos aguas, cumpliendo a la vez con su labor pastoral y de Vicario de Cristo denunciando la injusticia de la guerra, pero sin acusar directamente a ninguno de los dirigentes implicados en la misma, para evitar una ofensiva diplomática contra el Estado Vaticano.

Cuando se desarmó el intento de guerra orquestado por la Secretaría de Estado de los Estados Unidos de América y sus aliados occidentales debido a filtraciones de las intenciones reales de los poderes mundiales sobre Siria, y por la intervención providencial de Rusia derribando en el Mediterráneo dos misiles de última generación de fabricación estadounidense (que habían sido disparados desde la base de Rota en Cádiz para probar la eficacia del nuevo sistema balístico estadounidense), la entente cordiale entre el Papa Francisco y los representantes del Nuevo Orden Mundial empezó a llegar a su fin. La respuesta de esa oficina de relaciones públicas internacionales del Nuevo Orden Mundial que es la ONU a la postura de la Iglesia sobre Siria ha tardado 4 meses, pero ha terminado por venir. La Resolución de las Naciones Unidas acusando a la iglesia de no defender los derechos del Niño no es más que una excusa. Como afirma el sacerdote Santiago Martín en MAGNIFICAT TV, “se trataba de tomar venganza contra un Papa que había puesto de manifiesto la inutilidad de la ONU con la propia guerra y había denunciado además el gigantesco negocio de los fabricantes de armas. (….) No se trata de que la Iglesia no cuide de los niños. Es cierto que ha habido abuso de niños cometidos por clérigos, pero el porcentaje es muy pequeño en comparación con lo que sucede en otras profesiones”.

La Resolución, además, pone de manifiesto el odio de los poderes mundiales contra la Iglesia por la condena del aborto y el rechazo de ésta a la homosexualidad, pues no faltan referencias a estos temas en la misma. Como afirma el citado sacerdote: “Durante 8 años los poderosos de la Tierra habían intentado acabar con el Papa Benedicto por su valentía de decirnos los 3 principios innegociables que no puede negociar la Iglesia con el mundo. Había que terminar con el irreductible Papa alemán, y pensaron que el Papa argentino era más dúctil; por eso intentaron cortejarle con portadas de revista, -desde “Time” hasta” “Rolling Stones”-, como cuando el demonio le prometió a Cristo que le daría el dominio de los reinos del mundo, lo que supuso su sentencia de muerte por parte de aquél por no doblegarse al señor de este mundo. Lo mismo le puede pasar al papa Francisco. La crítica es contra el actual Vicario de Cristo. El Papa Benedicto expulsó a 500 sacerdotes de su Ministerio por la pederastia. El idilio de los príncipes de este mundo con el Papa se ha terminado, y los ataques arreciarán desde este momento”.

De otro lado, resulta vergonzosa la actitud de las Naciones Unidas exigiendo ejemplo a la Iglesia mientras condena al régimen de Al Assad por genocida por el hecho de combatir con la fuerza a un terrorismo que ha llevado a la destrucción de todo un país y a la muerte de más de 150.000 personas, apoyando con esta condena el organismo encargado de “velar por la paz” en el mundo de manera indirecta a los criminales que invocan a Alá explotando bombas en escuelas infantiles, oficinas gubernamentales gestionadas por jóvenes funcionarias o mutilando y torturando niños cristianos en aldeas desamparadas. Esta misma organización internacional que “pretende” la paz universal clama invocando los “derechos humanos” contra las “violaciones” de los mismos presuntamente cometidas por el Ejército Sirio por los combates en Homs (ciudad en la que el Gobierno sirio ha permitido un corredor humanitario y donde ya sólo quedan 300 civiles amenazados por la guerra, en su mayoría familiares de los terroristas que han quedado en su interior), mientras cierra la boca como si no existieran las ciudades de Nubol y Alzahara, sitiadas por los rebeldes con 100.000 civiles dentro, que permanecen desabastecidas desde hace un año por la obstinación fanática de los terroristas. Por supuesto, la ONU, responsable por su inacción en las violaciones y asesinatos masivos habidos en el Congo o en Srebrenica donde existían fuerzas militares de la organización que nada hicieron por impedir los crímenes, oculta los casos de violaciones producidas por los cascos azules en Sudán o en Haití.

Independientemente de las sospechas por presunto “corporativismo” que tenga la opinión pública en general, lo más evidente a simple vista del grave problema que le ha supuesto a la Iglesia los casos de pederastia son los datos: El porcentaje de sacerdotes pederastas en todo el mundo se sitúa, en no menos de un 0,67% y no más de un 2% según diversas fuentes consultadas. Esto desmiente el mito de un clero generalmente pederasta y corruptible, que es la opinión que tiene buena parte de la ciudadanía a consecuencia de las campañas lanzadas por los partidos políticos, sindicatos y medios de propaganda “progresistas”, apoyados por la resolución de la ONU y de otras instancias de los grandes poderes mundiales.

Frente a las acusaciones de la izquierda y de sus lobbies que pintan un cuadro de un clero generalmente amancebado, desde sectores tradicionalistas de la Iglesia Católica se denuncia que existen impedimentos tanto mediáticos como incuso legales para que se realice un estudio en el interior de la Iglesia sobre la influencia que afirman pueda haber tenido la tolerancia en el interior de la misma hacia la homosexualidad (nacida con la influencia en la Iglesia de las corrientes progresistas e izquierdistas desde los años 60) en los casos de abuso de menores, influencia cuya importancia destaca la web Catholic.net. en un artículo titulado “Diez Mitos sobre la Pedofilia de los Sacerdotes”.[1] Por si la polémica generada por las acusaciones vertidas contra la Iglesia y la respuesta ofrecida por los sectores más tradicionalistas no fuera poca, hay que añadir a todo esto que esta “presunta relación” entre homosexualidad y tendencia a la pedofilia también ha sido puesta de manifiesto recientemente por el Presidente ruso Vladimir Putin, quien manifestó que no se discriminaría a ningún atleta por ser homosexual en los juegos de Sochi, “siempre que dejen a los niños tranquilos”, afirmación que ha sido condenada por múltiples agencias occidentales que arremeten contra Putin “por tener prejuicios contra la homosexualidad”. [2]

Como respuesta a los escándalos recientes, algunas diócesis están creando comisiones especiales para afrontar los casos de abuso de menores, y también están creando grupos de defensa de las víctimas; y están reconociendo oficialmente que se debe atender inmediatamente cualquier legítima acusación.

Vista la polémica suscitada cabe preguntarse: ¿Qué le hubiera pasado al Papa si en lugar de afirmar simplemente que “es posible” que las razones de fondo de la guerra proyectada contra Siria obedezcan a intereses espurios lo hubiera afirmado tajantemente, o incluso hubiera proclamado (como hacían los Papas antes del Concilio Vaticano II) “Santa Cruzada” llamando a la guerra santa a todos los fieles cristianos del mundo para que defendieran a los católicos que están siendo masacrados en Siria por esos “rebeldes de la primavera árabe” “amigos de la democracia “ como los califica el Presidente Obama? Es comprensible pensar que si por tan leve oposición a la guerra por el Vaticano se ha suscitado semejante reacción, en otro caso tal vez no hablaríamos ya de Papa Francisco, sino que habría tenido que retirarse de su pontificado como su predecesor, el Papa Benedicto, para evitar algo peor. En definitiva, hoy más que nunca el “Príncipe de este Mundo” es el regente del mismo y poco margen de actuación le deja ya a la Iglesia. Con el Diablo hemos topado.

*Portavoz de SOLUCIONA y doctor en Derecho Constitucional en la Universidad de Valencia

[1] Véase “Diez Mitos sobre la Pedofilia de los Sacerdotes” en Catholic.net. La web católica Catholic.net afirma en un estudio: “Es tres veces más probable que los homosexuales sean pedófilos que los hombres heterosexuales. Aunque la pedofilia exclusiva (atracción hacia los preadolescentes) es un fenómeno extremo y raro, un tercio de los varones homosexuales sienten atracción por los adolescentes (Jenkins, Priests and Pedophilia). La seducción de adolescentes varones por parte de homosexuales es un fenómeno bien documentado. Esta forma de comportamiento desviado es el tipo más común de abuso obrado por sacerdotes y está directamente relacionado con el comportamiento homosexual”.
(http://www.es.catholic.net/temacontrovertido/331/1230/articulo.php?id=5892)

2 “La condición de Putin a los homosexuales en Sochi: “Que dejen tranquilos a los niños” – EcoDiario.eshttp://ecodiario.eleconomista.es/deportes/noticias/5467319/01/14/La-condicion-de-Putin-a-los-homosexuales-en-Sochi-Que-dejen-tranquilos-a-los-ninos.html#Kku8OWkjXtPIWtm6