LT.- “Es imposible que estas personas (por la actual jerarquía católica) cambien el rumbo de la Catolicidad. La masonería se nos está metiendo como un tufo en todas partes: también en el Vaticano. Hay una vuelta al modernismo, al número más que a la calida y eso está dañando a los católicos, que se sienten perplejos ante las cosas que están sucediendo”. Son palabras del sacerdote Jesús Calvo en la edición de ‘La Ratonera’ del pasado jueves. Fiel a su compromiso ético con la tradición católica, lo que le lleva a mostrarse extremadamente crítico con quienes se alejan de ella, trátese de la curia española o del mismísimo Papa, Jesús Calvo desgranó, con su contundencia conocida, algunos asuntos de la actualidad relacionados con la Iglesia y la situación política eespañola. Éstas fueron sus respuestas:

La masonería dentro de la Iglesia

“Desde hacía 94 años estaban esperando un Concilio como el promovido y organizado por el tal Juan XXIII, ya que en el Concilio Vaticano I, el gran Papa Pío X les dio con la sartén en las narices. Estaban buscando un Papa liberal para poder infiltrarse en el Vaticano y el Concilio Vaticano II les abrió las puertas. Fue éste un Concilio no dogmático y, por consiguiente, no complicaba dogmáticamente a la Iglesia. Ya dijo Juan XXIII que su Concilio no iba a definir ni condenar naa. Su propósito fue no hacer dogma ni tampoco condenar al comunismo ni la masonería”.

La decadencia de la Iglesia

“Se están cumpliendo las profecías de San Pablo y estamos en la cuesta abajo de la decadencia. Vamos de deterioro en deterioro. La evaporización de la fe va a ser tan grande que va a quedar reducida a cada vez menos círculos y a menos ámbitos. Claro que la fe no se podrá nunca arrancar. Ni siquiera con el martirio. Se está perdiendo tanto en el ámbito de la moral que la fe sobrevivirá sólo en pequeños círculos hasta que vuelva otra vez el resurgimiento anunciado en el cuarto secreto de Fátima. Al final los corazonés de Jesús y de María triunfarán. Entre tanto, nos toca pagar a otros este declive con todas sus graves e inmoralees consecuencias”.

El Rey Juan Carlos

“Yo no sé como al Borbón no le da vergüenza y cómo no se marcha de España. Es un hipócrita al que bastante poco le importa España y el amor a la patria. Como me dijo Tejero hace años, es un forastero que ni sabe ni el español. Es un vividor que ha traicionao a España, a Franco, que le formó muy bien para una Monarquía que fuese católica y tradicional y lo que ha hecho ha sido una Monarquía parlamentaria, liberal y, por lo tanto, atea. Es peor que Fernando VII. Es un cobarde, un vividor y prácticamente un subnormal, además de un mal ejemplo. Todo el mundo sabe la vida que ha llevado. Con tal de casar a sus hijas, hacer deporte y tener líos por ahí, qué le importa lo demás. Hace lo que le mandan”.

Un Gobierno sin poder ni autoridad

“Ya he dicho muchas veces que aquí lo que falla no es una determinada etiqueta ideológica o la otra, sino el Sistema, que por ser ateo y masónico, está quitando autoridad y poder. Este Gobierno está demostrando que no tiene autoridad, que es una facultad de vocación para dirigir a una nación hacia el progreso verdadero, hacia la paz y el orden verdaderos. El poder debe tener capacidad ejecutiva para sancionar y coaccionar al objeto de conducirnos a esos principios que son anteriores al propio poder. Este Gobierno no tiene autoridad ni poder ejecutivo y así estamos”.

El Gobierno, a las órdenes de las organizaciones mundialistas

“Este Gobierno sigue claramente las instrucciones de las organizaciones mundialistas. Estamos en la misma órbita que los países del telón de acero. Esos países estaban en la órbita de Rusia y ahora estamos en la órbita del liberalismo. Hacen teatro con tal de contentar a los de fuera más que a los de dentro. Por eso estamos en una órbita que es ajena al alma y a la tradición de España”.

Respuesta a Mas

“Hace muchos meses, nada más pronunciar la palabra separatismo, habría que haberle metido en la cárcel, como ejemplo y escarmiento”.

Comida de Tejero con su hijo

“Fue el 18 de febrero y no el 23 de febrero, como se ha dicho. Los etarras han salido a la calle sin cumplir sus penas, haciendo apología del terrorismo y riéndose de la Justicia y de todo el mundo y no pasa nada. En cambio les molesta cuando el hijo de Tejero, 33 años después del 23 de febrero de 1981, invita a su padre y a unos amigos de profesión para tener un encuentro y disfrutar de una paella. No fue una reunión apologética sino una reunión de amigos, como reconoce el sacerdote Ramón Tejero. Creo que aquí alguien anda buscando ponerse las medallas, ascender o lograr protagonismo a cuenta de la familia de Tejero”.

Llegada de ilegales

“Se meterán en nuestras casas y tendremos que admitirles para que no nos llamen xenófobos. Esto es una invasión y a este paso nos van a hacer comulgar con sus mezquitas y atacarán a nuestros parientes. No me extraña que traigan con ellos todos los piojos y enfermedades ya erradicadas en España. Las autoridades sanitarias tienen que calcular lo que nos pueden traer. Eso no lo han previsto.Los españoles que emigraron a Alemania llevaron un certificado médico para que no pudieran coger la baja al día siguiente. Si estos ilegales se metieran en mi parroquia, los sacaría fuera y dormirían en la calle. Negar el auxilio a estos invasores es coherente con la moral cristiana. Quien bien te quiere te hará llorar y el sentimentalismo es una traición. Digamos que el corazón es un mal negocio. Solamente es un buen negocio para el arte y no siempre. Esto se lo dice un compositor. Antes que el sentimiento está la razón y lo demás es solamente lacrimeo. Es una traición cuando solo nos fiamos del sentimentalismo del momento. Estamos sembrando lo que un padre cuando no educa a su hijo a tiempo: lo está deformando y haciendo desgraciado”.