“La cigarra y la hormiga”
En la versión original de la fábula de Samaniego, la hormiga trabaja todo el verano bajo un calor abrasador. Construye su casa y se aprovisiona de víveres para pasar el invierno junto a su familia.
Por el contrario, la cigarra piensa que la hormiga es tonta, y se pasa el verano riendo, bailando y jugando, viendo trabajar a la hormiga.
Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.
La cigarra por el contrario, tiritando, sin comida y sin cobijo muere de frío.
Hecho este preámbulo de la famosa fábula, voy a presentar la versión española con adaptación original al mundo de la política, y fiel reflejo de lo que ocurre desgraciadamente en este país desde que irrumpieron los partidos políticos, se establecieron los sindicatos, y se constituyeron las comunidades autónomas y, sobre todo, se conformó lo que hoy se conoce como “la casta” parasitaria. Esta versión sería más o menos así:
La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor abrasador. Construye su casa y se aprovisiona de víveres para pasar el invierno junto a su familia. Todo ahorro es poco cuando por principios, se tienen en cuenta los imprevistos que se puedan presentar.
Por el contrario, la cigarra piensa que la hormiga es gilipollas, y se pasa el verano riendo, bailando, bebiendo, fumando porros, y viendo trabajar a la hormiga para con quien se gasta apelativos tales como: “fiebre”, “pureta”, etc.
Cuando llega el duro invierno, la hormiga se refugia en su casa, donde después de trabajar sin descanso tiene la despensa llena, así como los bienes de equipo necesarios adquiridos en el establecimiento de turno, para que no les falte nada ni a ella y a su familia, hasta que vuelva a reír la primavera.
La cigarra lamentándose, tiritando de frio y famélica, acude a una ONG, que convoca rápidamente una rueda de prensa en la que se pregunta por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida, cuando hay otros, con menos suerte que ella, que tienen frío y hambre. El tema acapara todas las portadas de los periódicos.
Las televisiones tanto públicas como privadas, elaboran sendos programas en directo, en el que se ofrecen imágenes de la cigarra pasando frío y calamidades, y a la vez muestran a la hormiga bien calentita en su casa y comiendo con su familia.
La prensa publica cientos de artículos hablando de cómo la egoísta e insensible hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra, e insta al público a opinar en sus encuestas telefónicas y on line, lanzando una manida pregunta para que voten si son partidarios de la igualdad o de la discriminación.
Dada la repercusión mediática y las manifestaciones en la calle, convocadas a través de las redes sociales, el Congreso, en un pleno extraordinario, crea una nueva cartera ministerial, a la vez que aprueba una Ley sobre la igualdad económica y otra ley anti-discriminación social.
Al mismo tiempo, el Consejo de Ministros en sesión de urgencia aprueba una subida de impuestos que recaerán exclusivamente en la hormiga y, por si esto fuera poco, la Fiscalía actúa de oficio contra la pobre hormiga, a la que acusa de omisión del deber de socorro por NO hacerse cargo de la cigarra durante el invierno.
Los sindicatos también denuncian a la hormiga en los Juzgados de lo Social, y la acusan de trabajar más de ocho horas diarias, no dejando opción a que la cigarra se pueda ganar la vida honradamente.
La hormiga, decepcionada, prepara su equipaje y sale de España en busca de un país donde su esfuerzo sea reconocido, y pueda disfrutar libremente de los frutos de su trabajo sin ser perseguida, acosada, difamada, injuriada, calumniada, denunciada y expoliada.
La antigua casa de la hormiga se convierte en albergue social para cigarras, que esperan diariamente a que alguien llegue repartiendo alimentos y con los recursos necesarios para sobrevivir.
Cuando en la casa ya no caben más cigarras, las ONG se levantan en oleadas de improperios contra la política social. Esto provoca que los partidos propongan una comisión de investigación, que costará diez millones de euros, y en la que participarán todos los partidos políticos, sindicatos y un sinfín de asociaciones y fundaciones políticas y eclesiásticas.
Entre tanto, las cigarras comienzan a pelearse entre ellas, debido a que la escasez de alimentos ha dejado el reparto gubernamental reducido a la mínima expresión, y todas quieren llevarse la mejor parte. Las comunidades autónomas y los medios de comunicación arremeten con dureza por lo que consideran un fracaso de las políticas del Estado para corregir las desigualdades sociales y la injusticia.
Al final de la fábula, las cigarras acaban muriendo poco a poco por inanición o por brutales reyertas, y la casa de la hormiga termina siendo ocupada por multitud de arañas venidas de otros países en las bodegas de un barco cargado de madera.
Lo peor de todo es que a la casta todo esto le importa un bledo, y muchos ciudadanos ni tan siquiera reflexionan sobre el tema. Unos se identificarán con la hormiga y otros con la cigarra, pero lo cierto es, que mientras que el sistema no deje de auspiciar y dar cobertura legal a cigarras, y a quienes las apoyan -no por justicia social sino por motivos políticos-, España no irá a parte alguna.
La existencia de un seguro de desempleo constituye un postulado de la justicia social, pero una cosa es el seguro de desempleo que cumple con su cometido, y otra la desviación funcional del mismo. Y esa desviación funcional se produce cuando en vez de asegurar una prestación económica al que por causa ajena a su voluntad pierde su empleo, y otra muy distinta es, que lo que asegura es una clientela política y, por consiguiente, el voto del que no quiere trabajar aunque se le ofrezca una o cien colocaciones.
Hay que establecer de inmediato un salario mínimo interprofesional que cubra las necesidades básicas de una familia, y a partir de aquí, desenmascarar a los parásitos que viven del cuento y a costa del presupuesto rechazando cualquier oferta de empleo, y cerrarles el grifo de las subvenciones. Son miles los vividores que se pasan la vida criticando sistemáticamente a los que han logrado lo que ellos no han sido capaces disponiendo de los mismos medios, jaleados por los “macarras” que ansían controlar el dinero público. Los mismos que se han dedicado principalmente a realizar huelgas y encierros, y a decir lo que otros “deben” hacer; los que hablan y hablan pero no han trabajado nunca en la empresa privada, y han aprovechado la democracia para subirse al carro de unas listas cerradas, dando el salto y aferrándose de por vida a la ubre del Tesoro.
Mientras todo esto no se acabe, mientras no se premie y se estimule el esfuerzo y el sacrificio y se persiga la holgazanería, seguiremos siendo el país de nunca crecer, el país de nunca progresar, y el país número uno en repartir con justicia la miseria que genera.
La moraleja, de lo publicado por el Sr Román es, a mi entender, no extrapolable a todo el mundo que sufre y padece esta crisis, sino a un creciente número de personas, que amparándose en esta situación, actúan como rémoras del estado aprovechándose de los sacrificios de nuestros padres hermanos, sin cotizar sin contribuir en este país pero beneficiándose de nuestra sanidad nuestra acción social etc., todos conocemos casos de este abuso.
Estoy con usted Sr Román
Demasiado simplificado.
La hormiga que tiene la casa con piscina y yate y llena de provisiones para 5 siglos más que ni necesitará porque no paga impuestos y defrauda de lo lindo son los banqueros ,no?
Y el pueblo que se parte la espalda estudiando y trabajando en condiciones más difíciles que muchos europeos, pagando más en las tarfias telefónicas y energéticas y con salarios más bajos … ese es la cigarra, verdad?
TÍPICO ESQUEMA DEL FACHA ESPAÑOL.
QUE TODO SIGA IGUAL QUE LA HORMIAGA SE LO MERECE Y LA CIGARRA NO. PUNTO PELOTA!!
Ciertamente la fábula de la cigarra y la hormiga es simplista puesto que da por hecho que todas las rentas provienen del trabajo cuando también hay otras fuentes como el rendimiento del capital o el ejercicio de la función empresarial.
Tu, ademas de tonto (integral por supuesto), eres una mierda (de cigarra por supuesto)……comete tus heces….y que te aprovechen.
EXILIADO,
¿No entiendes que si tu padre te deja en herencia 10 pisos vas a poder vivir de la renta que saques de los mismos? ¿No entiendes que si montas una empresa que genere beneficios puedes vivir de las rentas de la misma?
De acuerdo en todo menos en la implantacion de un salario minimo -que de hecho ya existe- porque este no hace mas que condenar al paro a los colectivos menos productivos de la sociedad -los jóvenes-. Si al empresario le obligamos a pagar pongamos 1000€, ¿creen que va a contratar a un aprendiz? Lo mas probable es que no porque durante el tiempo que dure el aprendizaje la productividad del trabajador estara muy por debajo del salario minimo. Nadie da duros a cuatro pesetas.