Zapatero y Rajoy, dos líderes de poca monta: Ni convencen ni ilusionan
José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy están casi empatados en mala imagen. En el último sondeo del CIS, los ciudadanos puntúan al presidente del Gobierno con un 3,30, la peor calificación desde que hace 11 años fuera elegido secretario general del PSOE. Nunca cayó tan bajo. El presidente del PP, con 3,25, no toca fondo, porque lo hizo en abril y julio pasados, pero también atraviesa un momento delicado.Los dos atraviesan una crisis de imagen personal, pero la sufren de forma distinta. Mientras la caída de Zapatero lleva aparejada la del PSOE, la de Rajoy en absoluto encadena al PP, que lleva una trayectoria ascendente. Ambos líderes están igualados en descrédito, una situación inédita en la historia democrática reciente. Lo habitual suele ser que los ciudadanos premien a uno en detrimento del otro; cuando el jefe del Ejecutivo recibe una buena nota el referente de la oposición está de capa caída y viceversa. Pero un empate a miserias no es corriente.
Los españoles no tienen, y nunca han tenido, buen concepto de sus principales líderes políticos. Un vistazo a la serie histórica de evaluaciones del CIS permite constatar que son más las veces que suspenden que las que aprueban, pero lo de Rodríguez Zapatero y Rajoy ha roto moldes.
Felipe González y José María Aznar estaban bastante mejor considerados entre los ciudadanos. El socialista casi siempre superó al conservador en las preferencias de los españoles y solo en 1995, con el caso de los GAL en plena ebullición judicial y con el atentado de ETA que sufrió el entonces líder de la oposición, Aznar adelantó al líder del PSOE. También Zapatero sacó casi siempre mejores calificaciones que el por aquellos años presidente del Gobierno durante los cuatro años que se midieron cara a cara. El jefe del Ejecutivo hasta ahora nunca ha estado por detrás del presidente del PP, pero esta situación lleva camino de dar la vuelta. En el PSOE admiten que la caída en picado de su líder es un fenómeno de esta legislatura, ya que desde 2000 a 2008 casi siempre aprobaba. Es fácil llegar a la conclusión de que la culpa es de la gestión de la crisis y del impopular recorte del gasto.
Es una explicación a medias. El desplome no es ajeno a la economía, pero el abandono de sus votantes y los de la izquierda ha sido fundamental para que se hunda en los terrenos del suspenso. Los expertos demoscópicos también citan como causa del descenso el desgaste de quien lleva siete años en el Gobierno. Subrayan que Aznar también sufrió un bajón al cumplirse ese mismo lapso, que en su caso coincidió además con la guerra de Irak, el desastre medioambiental del ‘Prestige’ y el tremendo accidente del Yak-42.
La peor nota
Lo que no tiene discursión es que Zapatero tiene ahora la peor nota desde que en octubre de hace 11 años empezó a ser valorado en los estudios del CIS. Ese 3,30 es la media del 4,74 que le dan sus seguidores, el 3,68 de los de IU, el 3,28 de los de CiU, y el 1,41 de los votantes del PP. En los anteriores estudios, aprobaba con holgura entre los suyos y entre los nacionalistas y la coalición de izquierda estaba bien vista.
Esa percepción de los ciudadanos ha cambiado y lejos quedan los tiempos en que el presidente del Gobierno era calificado con 6,61 nada más llegar a la Moncloa en abril de 2004, la valoración más alta obtenida por un jefe del Ejecutivo o el líder de la oposición.
Estrella declinante
Es indudable por otra parte que el continuo retroceso en intención de voto del PSOE ha repercutido en la imagen de su líder. Mientras el partido gubernamental ha ido por delante en los sondeos, la valoración de Zapatero se ha mantenido en la ola del partido, pero a medida que la estrella socialista empezó a declinar, su imagen empezó a mermar.
El caso de Rajoy es distinto. Aprueba entre sus seguidores que le son fieles aunque sin entusiasmo, pero entre los de las demás fuerzas su valoración ha estado bajo mínimos desde que relevó a José María Aznar y se hizo con las riendas del PP. Esa es la razón de que su nota media nunca haya llegado al cinco en los últimos siete años. Por ejemplo, en el último barómetro fue calificado con 5,27 por los votantes populares, pero entre el resto no pasó del 2,5.
Este es un problema estructural del líder de la oposición, que no da con la tecla para revertir la situación, aunque ello no le quita el sueño.
Esta rémora además no es óbice para que la trayectoria de su partido sea ascendente. A diferencia de Zapatero y el PSOE, que se hunden juntos, Rajoy y el PP llevan caminos divergentes, mientras el líder sigue estancado en los bajos fondos de la valoración ciudadana, la intención de voto de los populares no deja de crecer.
Los de INTERECONOMÍA están muy contentos con Rojoy.
Y los de la secta están poniéndose cachondos con ZP.