ISMAEL MEDINA: Su legado inédito
Desde mi aparición en estas páginas, con mayor o menos frecuencia, mantuve contacto por correo electrónico con nuestro inolvidable amigo y compañero: ISMAEL MEDINA. Confieso que no recuerdo fecha y circunstancia en que nos pudimos conocer personalmente, ni si llegamos a encontrarnos alguna vez en aquellos lejanos años de ejercicio profesional activo, donde él era una figura destacada y reconocida y yo un novato más cargado de ilusiones que de méritos para un curriculum. Lo que sí puedo asegurar es que alcanzamos una relación de amistad intimista y sincera que en más de una ocasión me hizo cambiar de rumbo, alejar desalientos y hasta retornar a Dios tras esos momentos de dudas y especulaciones. Una de las cosas que más he admirado y envidiado de este superhombre es su tremenda y profunda fe cristiana que más de una vez removieron las montañas de mis flaquezas e interrogantes.
Para mí fue como un hermano mayor, no digo padre pues estábamos a nueve años de distancia, pero sus comentarios y consejos tan certeros, cariñosos y hasta paternales, me ayudaron en muchas ocasiones a superar momentos bajos de ánimo, reconocer la futilidad de algunos de mis problemas y hasta resignarme con actitudes que me abrumaban. Él con la bondad y la paciencia de su sincero sentido de la amistad, me hizo comprender lo más certero y correcto en cada instante o circunstancia. Nunca pensé que a mis setenta y ocho años me iba a sentir una vez más un tanto huérfano y desprotegido con la desaparición de un ser tan trascendental en mi vida. Me hizo creer de nuevo en los milagros como sólo mi madre y en los años de mi infancia era capaz. Le debo mucho y bueno a este hombre excepcional. He de confesar que en las últimas semanas sin contactar conmigo, después de ese sincero y merecido homenaje que le tributé en una Contraportada, al que se sumó otro amigo y compañero tan lleno de nobleza como él, Miguel Ángel Loma, me encontraba desconcertado y hasta recelaba algo malo, pero nunca que fuera lo peor. Me siento reconfortado al pensar que mi artículo fue el último homenaje que recibió antes de morir.
Revisando mis correos, aquellos que me gusta conservar, he vuelto a encontrarme con los suyos. Un caudal inagotable de experiencias y desnuda sinceridad que creo debo compartir con todos aquellos, multitud, que le quisimos, le honramos, le respetamos y le echaremos siempre de menos. Sólo destaco aquellos párrafos que no pueden vulnerar su confidencialidad más intimista y sí ofrecer testimonio de su autenticidad y bonhomía en su larga y fecunda existencia.
El falangista revolucionario.- Querido Félix: Te adjunto el texto del Manifiesto que escribí y se repartió con profusión la víspera del traslado de los restos de José Antonio al Valle de los Caídos y durante esa mañana. A partir de aquel día fui perseguido por Carrero Blanco y hasta tuve intervenido mi teléfono, sin que llegada la ficción democrática desaparecieran las escuchas. Persistieron hasta que me vine a Aranda y dudo si no sigue siendo intervenido el de aquí. Un abrazo Ismael”.- He de aclarar que este Manifiesto lo publicó en el diario “Arriba”, con motivo del traslado de los restos de José Antonio desde El Escorial al Valle de los Caídos, a fines de marzo de 1959, junto a un texto donde detallaba con la precisión que le caracterizaba las vicisitudes que tuvo que pasar junto a cuatro camaradas más, para la organización y preparación de ese traslado al más puro estilo falangista, contraviniendo y teniendo que burlar la prohibición de Carrero Blanco que intentaba restar protagonismo a la Falange auténtica y no oficialista, que nada tenía que ver con la que se agrupaba en el llamado Movimiento Nacional, tan sobrecargado de advenedizos y enchufados. Al final lo consiguieron y los restos de José Antonio se trasladaron a hombros de la Vieja Guardia y no en un furgón como pretendía el gobierno, a través de los cincuenta kilómetros de distancia entre El Escorial y el Valle, en varios de cuyos trayectos Ismael fue uno de sus portadores. También consiguieron que asistieran y llenaran la Basílica miles de falangistas de toda España, a pesar de los severos controles establecidos, que silbaron ruidosamente la entrada de Carrero y autoridades al templo. Según Antonio Izquierdo, que era el director de “Arriba”, fue una de las mejores crónicas escritas por nuestro inolvidable compañero. La titulaba, “ La silenciada memoria histórica de un empeño superador de la Guerra Civil”. Ismael me indicaba en su correo que como Pla le consideraba de derechas, me adjuntaba el texto del Manifiesto para demostrar que estaba equivocado el compañero de Felanitx. Evidentemente, tras su lectura, no se le puede tildar de esa tendencia. También quiero especificar que hace unos días encontré y compré en el Rastro una foto sobre este traslado, en la que no he podido reconocer quiénes eran los portadores en ese instante. Pensaba enviársela a Ismael a ver si él los identificaba. A lo mejor, hasta era uno de ellos. Está sobre madera y mide 26 x 49. Sería interesante y curioso identificarlos, ya que a lo mejor nos causaba más de una sorpresa.
Del citado Manifiesto, de fecha 29 de marzo de 1959, y que pueden leer íntegramente en “Google”, sólo recojo algunos párrafos. “ Españoles: El día 30, vamos a trasladar los restos de José Antonio desde el Monasterio de El Escorial al Valle de los Caídos. No es hora de bizantinismos, ni de rasgarse las vestiduras. Pensad que tampoco fue escogida por la Falange la tumba de El Escorial. Meditad que lo que importa no es una falsa cuestión de prestigio como algunos quieren hacernos creer, sino el insertar la figura de José Antonio en su verdadera dimensión de símbolo de la unidad revolucionaria del pueblo español. Si el Estado es fiel a las leyes que dicta, si es fiel al Decreto de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, la Basílica habrá de albergar a todos los que murieron en la lucha y en ambición de una España mejor, de una Revolución para España, indistintamente de las banderas bajo las que, con la misma limpieza del heroísmo y del sacrificio por un ideal, militaron un día…” .- “La falange estuvo en unas determinadas trincheras porque se jugaba el destino de España. Pero la razón revolucionaria de la Falange la acercaba política y socialmente más a las trincheras de enfrente que aquellas en que combatía….”.” Por su pensamiento político y su muerte, José Antonio ha de ser símbolo de la unidad revolucionaria entre los españoles.- No podemos consentir que la derecha española, encaramada en el Régimen, convierta a José Antonio en tapadera de actitudes sectarias y de maniobras contra el pueblo y contra la misma Falange. Si José Antonio va al Valle de los Caídos tiene que ser porque el Valle de los Caídos aloja a los mártires de España, sean del lado que sean y sin discriminaciones de ningún género. La Cruz no puede amparar al fariseísmo de los muertos buenos y los muertos malos. Y mucho menos la perpetuación de la guerra civil. Si José Antonio va al Valle de los Caídos es para insertarse en la Comunión de los muertos. No aceptaremos la hipocresía de las derechas de negar sepultura común y oraciones comunes a quienes también murieron, como los nuestros, porque no estaban conformes con la España injusta que les tocó vivir. Nosotros entendemos la misericordia divina sin la falacia de los que hacen del Catolicismo una profesión política..”.
¿Ha cambiado tanto desde entonces?. Yo creo que ha sido siempre un idealista convencido y valiente que tuvo como obsesión su amor a España y su fidelidad sin desalientos a la vieja y auténtica Falange donde militó y a la que nunca renunció.
Su humanidad,- “Querido Félix: Agradezco profundamente tu elogio en Foro a mi artículo sobre las emigraciones políticas e intelectuales. Prefiero hacerlo directamente por las razones que ya te expuse en el correo anterior. No he podido hacerlo antes debido a mi ausencia de Aranda durante una semana y sin ordenador en Santander. Tus elogios al igual que los de Loma, me estimulan a perseverar en la lucha y a procurar que las neuronas no se atrofien. Camino, leo, escucho, viajo con frecuencia por España en pos de mi primogénita y también a Inglaterra donde mi benjamina es directora del Departamento de Lengua Española en la Aston University (antes lo fue en Estados Unidos) y no tengo ocasión para aburrirme . Leo con asiduidad tus estampas de la vida cotidiana, a las que sacas jugo conceptual y van mucho más allá de lo meramente descriptivo, además de atraer por su garbo literario. Podrías componer con estos artículos un libro muy atractivo. Mi curiosidad no se agota con el paso de los años y creo que es lo que hasta ahora me ha mantenido lúcido y cerebralmente vivo. Curiosidad de otra parte que me permite aprender de quiénes como tú o más jóvenes sois un ejemplo a seguir de buen hacer y fieles a vuestras convicciones. Un fuerte abrazo. Ismael”. Siento un enorme agradecimiento y hasta cierto sonrojo por sus generosas alabanzas, que viniendo de él me hacían sentir un hombre diferente.
Su sencillez.- ”Querido Félix: Tu entusiasta respuesta merece una explicación por mi parte. No sin antes insistir que no me siento maestro, aunque lo sea por el título de Magisterio, el primero que obtuve, y no por vocación sino por honrar a mi padre, Maestro Nacional, una condición honrosa de la que se enorgullecía, y a mi madre profesora de la Escuela Normal del Magisterio. Ellos me ensañaron a percibir las interdependencias y los escollos cuando todavía iniciaba mi primera enseñanza…” Estudié asimismo Derecho …”. “ El periodista es un especialista en asuntos generales, de ahí mi curiosidad sea de amplio horizonte, lo mismo que mi biblioteca y que me sienta a aprender día tras día, incluso de la gente más humilde con la que convivo en mi retiro arandino. También de quienes me acompañan en Firmas Invitadas. Un fuerte abrazo. Ismael”.
Su resignación.- Querido Félix: He leído tu cariñosa referencia en Foro al mensaje que te envié. No era necesario que lo hicieras pues de sobra conozco tu generosidad… Tenemos que seguir en la brecha mientras la salud lo permita, es el postrer servicio que debemos a España y a nuestros ideales (Él lo hizo hasta el último instante de su vida, con esa emocionante e impresionante despedida a sus lectores. Siempre España en su mente y en sus sentimientos). Yo también le vi la cara a la muerte, aunque en circunstancias muy distintas. Desde entonces he afrontado con serena naturalidad y fe en Dios estos percances. Tras la muerte de Conchita y de mis hijas Miriam y Esther siempre me hago la misma pregunta. ¿Qué tarea debo cumplir al retenerme aquí Señor?. Dos respuestas me doy: Profundizar en la fe y luchar hasta el final por aquello en que creo. Un abrazo Ismael”.
El concepto de la muerte Querido Félix: He leído con emoción el homenaje que dedicas a tu hermano muerto, hilado con la quejumbre por el mundano hábito funerario del ágape y la frivolidad de las conversaciones mientras el cadáver del finado está expuesto. Cada pueblo ha tenido su liturgia funeraria. Hoy como en todo lo demás se impone la americanización, para ser más preciso la yanquilización. Y precisamente en un momento en que la mayoría de los norteamericanos se dicen antinorteamericanos. Los imperios siempre han impuesto sus cánones de vida y sus modas. Me horrorizan los tanatorios. Pero hoy no se puede morir y ser enterrado sin pasar por el tanatorio. Una especie de fonda póstuma con pretensiones de impersonal hotel de lujo en el que el muerto ocupa una suerte de escaparate envuelto en sudario de burullos acrílicos. Se ha esfumado aquello que José Antonio escribió poco antes de ser fusilado. El anhelo de morir en cama y casa propia, rodeado de los suyos y confortado con los Sacramentos. También en la lejana España de los lutos se agasajaba a quienes acudían a expresar sus condolencias a la casa del finado con café y pastas caseras, por lo general como signo de hospitalidad a las visitas. Los primitivos cristianos también festejaban a sus muertos. Pero desde una dimensión litúrgica de trascendencia. Conchita y yo lo aprendimos con emoción la primera vez que visitábamos en Roma las Catacumbas de San Calixto. Luego de dar sepultura al cadáver en la cataba, se reunían en la explanada de acceso para celebrar alegremente el ágape. El muerto se había anticipado a los demás en el viaje a la vida eterna y al gozo de la presencia de Dios. El alma se había liberado de su envoltura terrenal llamada por el Señor y la muerte se convertía en motivo de gozo. Es la causa de que desde entonces hemos exigido que la tapa del féretro se cerrara definitivamente una vez que a los de nuestra sangre que se nos iba les diéramos el adiós en la intimidad y no nos enlutáramos. Nos importaba que luego se aplicasen Misas por el alma de los que se han ido. Cuando murió Conchita leí en el funeral, a la hora de las invocaciones, unas estrofas escogidas del Cantar de los Cantares. Al final de cada una de ellas pedía a los asistentes, familiares y amigos que repitieran “Jesús, te amo”, sus últimas palabras antes de expirar. Lo que se celebraba, advertí, eran los esponsales de Conchita con Dios. ..A mi un pobre y pecador cristiano, sólo me resta rezar por el alma de tu hermano. Un abrazo Ismael. (¡Vaya lección de fe, de amor y de resignación cristiana ante tan enorme tragedia!). .
Su meditación de la muerte.- Querido Félix: Cierto que en fechas tan señaladas emerge con mayor intensidad el recuerdo de quienes se nos fueron y no es difícil asumir que ya alcanzan la felicidad eterna, motivo por el que como creyentes y confiados en la misericordia infinita de Dios, deberíamos asimilar en toda su dimensión la alegría de la salvación. – El foro al que trasladé tu Villancico es exclusivo de una extensa familia que desciende de un tronco común de hace cinco generaciones. Están todos muy unidos y cada año suelen encontrarse para festejar estas fiestas. (Ignoro qué Villancico mío publicado entregó a esta familia. De todas formas, agradezco el detalle). Cuando llegamos a la senectud es inevitable que nos asalten achaques con mayor o menor agresividad,. Ya se decía desde antiguo que si nada duele después de los 65 años, es que se está muerto. Los que supervivimos estamos en la primera línea de combate y hemos de aceptarlo con naturalidad. Cada noche, además de rezar por quienes me precedieron en el camino hacia el gran misterio de la vida eterna, doy gracias a Dios por mantenerme en este mundo junto a los míos, cumplidos ya los 85 años. (Ignoraba el pobre que tan sólo le quedaban dos para reunirse con Conchita, Mirian y Esther y demás allegados desaparecidos). Pero sobre todo me pregunto y Le pregunto, ¿ éste suplemento de vida lo aplico como persona y periodista de manera acorde a lo que quisiera?. (Yo te aseguro, querido Ismael, que te excediste en su aplicación en ambas vertientes). Ánimo y un fuerte abrazo Ismael”.
Su edificante fe cristiana.- 28 diciembre 2008.- Querido Félix: No creas que puedo ser modelo para nadie y menos para tí. Yo te puedo envidiar la manera de exponer tus sentimientos con pálpito cordial y un caudal poético que no están a mi alcance. Todos aprendemos algo cada día de los demás…”. “Yo he sido y sigo siendo un pobre católico que ha acumulado no pocos pecados a lo largo de su vida, pero al que la fe, fe de carbonero si quieres, ha ayudado a superar muy duros y amargos reveses. Sobre todo la pérdida de Conchita y dos de mis hijas, cuya fortaleza de ánimo hasta el final me sirvió de ejemplo para no traicionarlas. Estaría hundido si no creyera en el reencuentro con ellas más allá de la cortina del misterio que separa la vida terrenal con la del más allá. –Ahora me refugio en la oración no para pedir mercedes, pues tiempos y contratiempos son consecuencia de nuestras propias obras y comportamientos, si no por las almas de los que nos dejaron, fueran familiares o amigos y especialmente para los que más precisaran de la infinita misericordia de Dios, en la que creo, y que habrá de tenerla conmigo . Un abrazo Ismael”.
Reflexiones de un amigo. – Querido Félix: Agradezco tu sinceridad y ello me da ocasión para hacerte algunas reflexiones….”.”Dios ha sido muy generoso conmigo haciéndome llegar a los 87 años en buena forma física y mental, salvo el episodio relativamente reciente del cáncer….y actual tratamiento de quimioterapia para el intento de superar la metástasis ósea derivada del mismo. Pero se trata de un problema personal de salud del que sólo hablo abiertamente con los amigos. –Le he visto la cara a la muerte en cinco ocasiones a lo largo de mi vida y estoy familiarizado con la muerte y he llegado a considerarla una compañera habitual e inevitable….”.” Estamos en primerísima línea y hemos de aceptarla con naturalidad. Una vez admitido vivamos como si no nos fuéramos a morir. Me esfuerzo en mantener una vida activa tanto en lo físico como en lo intelectual, aunque en ocasiones deba vencer al cansancio. – Hay otro aspecto fundamental que me ayuda: la fe en Dios. He retornado a la catequesis de la infancia y al recuerdo de cómo vivíamos las prácticas católicas en zona roja. Y no creas que no me asaltan dudas en algunas ocasiones, pero las ahuyento con la oración. Cada día, cuando hago mis caminatas, dedico la primera media hora a rezar el rosario. Una ayuda inestimable que me conforta y me permite invocaciones por España, por la Iglesia, por los que se fueron, por mi gente y por los amigos con problemas….”. Un fuerte abrazo Ismael. (¡Dios, que buen vasallo has tenido mi gran Señor!).
Como han podido comprobar se trataba de un cristiano ejemplar, que ya habrá recibido su merecida recompensa. No tengo la menor duda. Ahora ruego su intercesión para que me haga lo más parecido a él y pueda morir con la misma resignación, fortaleza y fe en Dios que él. Que deje alguna huella, aunque no llegue a ser tan profunda, para que no me olviden en sus oraciones los que se quedan y me quieran. Espero que me perdone la indiscreción de publicar algunas de estas confidencias, pero pienso que harán más bien que mal su lectura. Me figuro que allá donde esté, que será un lugar maravilloso y lleno de paz, se habrá reencontrado con sus inolvidables Conchita, Miriam y Esther. Esos grandes amores que con su muerte le causaron la tragedia más dolorosa de su vida. Y más allá de los luceros, habrá saludado a su líder indiscutible José Antonio, al que dedicó su empeño y admiración. Su última carta fue a fines de noviembre del pasado año. No supe la causa de tan desconcertante silencio hasta que su inesperada muerte me lo ha desvelado. Descansa en paz, admirado y querido amigo. ¡Hasta luego y hasta siempre!
ni el que esto escribe ni el sr Medina que en poaz descanse fueron falangistas revolucionarios, mas bien en mi opinión dos meapilas con muy mala leche Dios le haya perdonado al uno y al optro que le de larga vida aun que me parece un tostón como escritor y periodista
Buenas, ¿Sabe si podría hacerme con la totalidad de los artículos del Señor Ismael Medina? Muchas gracias.