Medicamentos experimentales contra el ébola
Aunque la tranquilidad sea lo que impere parece difícilmente entendible que se diga que hasta marzo del 2015 no se dispondrá de los medicamentos que han dado, en general, buen resultado, y han curado esta enfermedad.
Aunque sean experimentales, en situaciones extraordinarias para el mundo se supone que la fabricación masiva de estas medicinas debe comenzar ya, porque si esto no sucede pueden morir miles de personas o más infectadas en el mundo. En Estados Unidos y en otros países que disponen de laboratorios y empresas farmacéuticas potentes deben ponerse manos a la obra, porque de ello depende la vida de numerosas personas que no pueden esperar, porque su alternativa es la muerte por el avance inexorable de esta terrible enfermedad en el cuerpo del paciente que la sufre.
Los gobiernos, empezando por el norteamericano, ya tendrían que haber dado indicaciones para que se acelerara la producción de estos fármacos de modo inmediato. Poniendo todos los recursos posibles para que ninguna persona que contraiga esta enfermedad fallezca por causa de no disponer de la medicación apropiada. La Organización Mundial de la Salud, y otras organizaciones está alertando de las posibles consecuencias de una expansión por el mundo del ébola.
El conformismo y la pasividad no son la solución de este problema. Debe continuar la investigación sobre nuevas sustancias y posibles vacunas o tratamientos que combatan esta enfermedad o que detengan su propagación. Pero, mientras tanto, lo lógico es que los centros sanitarios tengan las medicinas experimentales y de este modo sean verdaderamente eficaces en la lucha contra el ébola. Porque, si no es así, habrá, a mi juicio, medidas paliativas, y no realmente curativas de modo general, o, al menos, eso me parece desde mi perspectiva. Quizás, no sea todo tan apocalíptico, y es lo que deseo.
Ciertamente, se ha agotado uno de los medicamentos contra esta enfermedad, pero existen otros. La aplicación de estos fármacos que están todavía en fase experimental, ya que no se han probado de modo sistemático en humanos parece necesaria, porque son medicamentos compasivos que pueden eliminar el ébola en el paciente. La administración de los mismos es con consentimiento explícito, ante el riesgo que conllevan.
En mi opinión, aunque el gobierno de Estados Unidos está apoyando varias investigaciones, y las farmacéuticas parece ser que están acelerando su actividad considero que es imprescindible que se redoblen los esfuerzos ante esta epidemia que está causando estragos en África, y que puede extenderse a más países del mundo.
De todas maneras, pienso que debe dejarse un margen a la esperanza, en relación con la buena actuación general del sistema sanitario español. Si bien, con la aparición del primer caso de ébola fuera de África en territorio español lo que procede es averiguar la causa, y tomar las medidas que sean precisas para que no se produzca algo similar en el cuidado y atención de los pacientes afectados por esta virulenta enfermedad. Quizás, por lo que sé, la clave está en disponer de unidades muy especializadas en el tratamiento de este tipo de padecimientos víricos, y establecer unos protocolos aún más estrictos y rigurosos, y con más medidas de profilaxis, etc.