España necesita un tratamiento con quimioterapia
Tras lo ocurrido el 9-N en Cataluña con el consentimiento del presidente del gobierno y todo su séquito; la colaboración de las mafias que controlan el poder mediático, y con el silencio cobarde de las instituciones más representativas de nuestra nación, es evidente que España necesita con la mayor de las urgencias ser intervenida para extirparle todos los tumores malignos que la están devorando, y someterla después a un tratamiento con qumioterapia que albergue esperanzas de curación. Tumores malignos que sin duda la están aniquilando ante nuestros ojos no solo como nación, sino como unidad histórica de siglos. Esos tumores son de lo peor que cualquier analista político sensato haya podido llegar a diagnosticar: “Bipartidismo”; corrupción; régimen autonómico; secesionismo; y terrorismo silente.
Tras la muerte de Franco en 1975, España contaba en la totalidad del territorio nacional, con cerca de un millón de empleados públicos. En 1981 (final del gobierno de Suárez) esta cifra ascendió a 1.625.700. En la última etapa de Felipe González en el Gobierno, la cifra de empleados públicos era de 2.334.800. Cuando Aznar entregó los “trastos de matar” a Zapatero, la cifra de funcionarios se situaba en 2.791.300. Y en 2011 (fin del gobierno de Zapatero), los empresarios y autónomos que mantenían todavía sus empresas, y los españoles que todavía conservaban su empleo, aparte de soportar la pesadísima carga de la Seguridad Social (INEM, SANIDAD, PENSIONES, SUBSIDIOS, etc.), y una población reclusa en 87 establecimientos penitenciarios de 70.000 internos, sostenían también una plantilla de 3.234.700 empleados públicos.
Pero, lo que de verdad te deja sin aliento, es echar un vistazo al Boletín Estadístico de Personal elaborado por el Ministerio de Administraciones Públicas durante el periodo que Aznar estuvo en el Gobierno. El número de funcionarios en las COMUNIDADES AUTÓNOMAS pasó, de 636.559 en Julio de 1996 a 1.139.927 en Enero de 2003, es decir, prácticamente el doble. A ello se añadía las más de 120.000 plazas de funcionarios creadas por los ayuntamientos en ese mismo periodo. Ambas cifras contrastaban con la drástica reducción de personal de las oficinas públicas estatales, que pasaron de 903.313 a 544.946 entre 1996 y 2003.
El tiempo nos ha dado la razón a todos aquellos que desde 1978 nos opusimos a este régimen oligárquico, proyectado principalmente para la colocación y el enriquecimiento de sus coautores y amiguetes. El diseño autonómico sólo era la farsa puesta en escena para contentar a los secesionistas, y apagar las voces antimonárquicas de las bases socialistas claramente republicanas. Todos los sediciosos que se han parapetado tras las nacionalidades de las que nos habla la Constitución, han sacado rédito político de los crímenes más abyectos del terrorismo separatista, y aunque han admitido por imperativo legal ser españoles de ciudadanía, de pasaporte o de DNI, al objeto de chupar oficialmente de la ubre del Tesoro, no han reconocido ni respetado jamás los símbolos más representativos de la nación española. Nunca en nombre de la diafanidad y la transparencia -que creo que debe ser propia de los hombres de bien-, han respetado esa unidad indisoluble de la nación española de la que nos habla una Constitución que ellos mismos refrendaron. Su objetivo no era otro que unos territorios con su propio y personal destino, totalmente distanciados y diferenciados del destino universal de España.
El sistema autonómico o cáncer que nos devora y que precisa de esa inminente intervención “quirúrgica” y de quimioterapia, es el que por desgracia tiene distanciados a los españoles, y que conste, que no comparto la tesis de que, los nacionalismos, los independentismos y los autodeterminismos, -porque se buscan toda clase de palabras para enmascarar posturas que son en el fondo idénticas-, se dan por sistema en cualquier parte del mundo, no, surgen en países como España, donde en las escuelas y desde 1978, se ha ignorado sistemáticamente nuestra historia, con la clara complicidad de la “casta política” y el silencio de las instituciones más representativas del Estado.
España no puede permitirse diecisiete gobiernos autónomos, por lo que deben ser disueltos de inmediato, lo que no obsta, para que pueda establecerse una descentralización del Estado. Creo que cualquier ciudadano español que no se considere independentista, estaría de acuerdo con unas delegaciones gubernamentales descentralizadoras de la administración, ya que un Estado central, absorbente y monopolista, es evidente que no puede resolver los problemas. La cercanía a los administrados y la urgencia del trámite, no puede ser detenida por la burocracia omnímoda y omnipresente de un Estado centralista y central. Pero, una cosa es una sola administración descentralizada y ágil, barata en lo posible y próxima a los ciudadanos, y otra cosa es lo que en realidad nos ha traído “la casta” y la democracia española: Un país de funcionarios, regiones endeudadas, egoístas, insolidarias y en algunos casos antiespañolas.
No hubiese sido preocupante –al menos para mí-, si aquel diseño autonómico de 1978, prescindiendo de los diecisiete parlamentos, hubiese refrendado, consolidado y fortalecido esa unidad de España de la que nos habla la Constitución. Pero, cuando yo he oído hablar durante todos estos años a políticos y representantes de ciertas autonomías, no les he oído jamás hablar de España, les he oído hablar siempre si acaso del estado español, con lo cual lo sustantivo era convertido en un adjetivo; algo que califica al Estado, pero que no define ni es el nombre de una nación ni de una patria. Les he oído hablar del territorio del estado y no del territorio español; les he oído hablar de la bandera de la Constitución y no de la bandera de España; les he oído hablar de la unidad de los demócratas y no de la unidad de los españoles; les he oído autodefinirse frente a los terroristas como constitucionalistas, pero nunca como defensores de la unidad de la nación española; y hasta cuando se refieren a nuestra selección nacional de fútbol, utilizan un eufemismo como el de “la roja”, con el fin de eludir el adjetivo correcto de nuestra selección que sería el de española, y que debería llenar de orgullo y honrar, no solo a nuestro equipo, sino también a nuestro pueblo.
Los “chorizos”, los oportunistas, los desaprensivos y los inmorales, capos de la comisión y la mordida, han rescatado con nuestros ahorros a la banca que ellos expoliaron, y no contentos con eso, hoy amasan fortunas en paraísos fiscales viendo como las familias españolas son desahuciadas de sus viviendas, las empresas cierran sus puertas despidiendo a sus empleados, los ancianos son abandonados a su suerte, y los niños comienzan a padecer desnutrición.
Ya lo dejó escrito en 1950 la filósofa y escritora estadounidense (nacida rusa) Alissa Zinovievna Rosenbaum, más conocida en el Mundo de las Letras bajo el seudónimo de Ayn Rand: “Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada”.
Hoy más que nunca precisamos de un revulsivo serio y con sentido social; un movimiento político de verdaderos patriotas que vuelvan a poner en marcha los grandes reactivos nacionales. Necesitamos un Frente Nacional; un Frente Nacional para unir a todos los españoles que no quieran dejar de serlo; para todos los que quieran servir a nuestro pueblo bajo la misma bandera, la bandera de nuestra nación, el símbolo garante de la unidad, la grandeza y la libertad de nuestra Patria.
Lo siento, pero hay que ser muy ciego para no ver que España se ha mantenido en el pasado sólo con la violencia. Son incontables los intentos de secesión. Está más que probado que no se quiere ir tan juntos. Negar el recurrente deseo de distintas zonas por, como mínimo, tener una relación distinta debería hacer bajar del burro hasta al más cabezón. Pero nada, que vosotros erre que erre con mantener una línea en el mapa. Ahora es casi imposible que se vuelva a usar la fuerza para mantener la unidad, el goteo de territorio secesionándose va a ser… Leer más »
¿A quien llama usted ciegos? ¿Quien habla de la intervención del Ejército y de un alzamiento? ¿Quien no llena ni un mini-bus? ¿Por qué pluraliza?
Creo que se ha equivocado usted de artículo.
Su fé en Artur Más y en don “Corleone” Pujol si que es ciega. Usted coge un rallador de pan pasándole los dedos, y se queda perplejo sobre las gilipolleces que alguien ha escrito, ¿a que si?
Un saludo LaG, y recuerde, en España hay tres tipos de personas, las que saben y las que no saben contar.
Los tumores malignos que devoran a la Patria los ha clavado usted señor Román.
Ahora falta un cirujano con un buen equipo dispuesto a extirparlos.
Ya lo ha dicho Armando Robles en más de una ocasión pero con otras palabras; Todos quieren ser los cirujanos y pocos están por la labor de formar solamente parte del equipo sin adquirir protagonismo, o sea, que todos quieren ser el primero de la lista…, y así no vamos a parte alguna.
Ya tenemos un frente nacional, se llama DN y LEM.
Afiliaros, militad y todo se solucionará.
Me quedo con esto último: “Necesitamos un Frente Nacional; un Frente Nacional para unir a todos los españoles que no quieran dejar de serlo; para todos los que quieran servir a nuestro pueblo bajo la misma bandera, la bandera de nuestra nación, el símbolo garante de la unidad, la grandeza y la libertad de nuestra Patria.” Vive Dios que no hay verdad más cierta. Veremos hasta donde aguantamos el actual estado de disgregación del patriotismo identitario. Quizá sea necesario que llegue el de coleta y nos termine de hundir en la miseria para que se forme el frente que tanto… Leer más »
¿Quimioterapia?. Pues si revisa la Historia de nuestra Patria, Señor Román, lo que siempre se nos ha dado muy, pero que muy bien es la “Cirugía de Guerra”. https://www.icrc.org/spa/assets/files/other/p0973-spa.pdf Ya sabe, pocos recursos, ambiente hostil, poca morfina y todo a base de “arrestos”, bisturí y sierra. Quimioterapia me lleva a recordar la basura o droga que desde finales de los 80 nos vienen dando por la televisión y los medios paniaguados, ¿no le parece?. Salir, vamos a salir adelante, aunque muchos se quedarán por el camino, y la gran mayoría cambiará. Será traumático, sin duda. Vamos a la confrontación, vamos… Leer más »
Así se habla.
España necesita un desfibrilador y los que podrían usarle tienen la orden de asesinarla.
Excelente artículo. Se puede decir más alto pero no más claro.