La asociación La Vida Importa ha abierto el contenedor de basura de siete centros abortistas en España y se ha asomado al horror y la infamia en casi todas sus formas.

Las pruebas encontradas hablan de fichas de mujeres, con sus datos personales, el historial clínico y el número de veces que han abortado; restos humanos de bebés –manos, piernas, fetos enteros-, junto a jeringuillas, batas y sábanas manchadas de sangre.

Este es el panorama al abrir la basura del aborto. Hay pruebas y La Vida Importa lo ha denunciado a la Guardia Civil. Pero nadie ha movido un dedo en cinco meses para investigar esta realidad escalofriante. Únete a esta petición al ministro del Interior y el director de la Guardia Civil para que actúe inmediatamente:

La investigación de La Vida Importa duró meses, se hizo a conciencia y con rigor, y se descubrió una auténtica galería de horrores.

Solo con abrir los contenedores de basura de los centros de aborto en España, La Vida Importase ha reunido pruebas terribles sobre este atroz negocio en España.

En primer lugar, el atentado contra la intimidad de sus clientas. Fichas intactas con el nombre y apellidos, la dirección, el número de teléfono, el número de veces que ha abortado y otros antecedentes clínicos.

La Guardia Civil tiene desde hace cinco meses las pruebas y aún no ha actuado ante este presunto delito contra la intimidad de estas mujeres víctimas del negocio del aborto. Firma esta petición al ministro del Interior y el director de la Guardia Civil para que actúen ya:

No es lo único que la asociación La Vida Importa ha descubierto observando los contenedores de basura de siete centros abortistas de Madrid, Zaragoza, Pamplona y Gerona.

Las prácticas contra la Salud Pública están al parecer a la orden del día en estos establecimientos especializados en la brutalidad contra los más indefensos.

La Vida Importa denuncia la existencia de restos humanos de bebés víctimas del aborto, a veces manos, otras brazos enteros, otras piernas o cabezas, y a veces, también fetos enteros de 12, 13 o más semanas de gestación. Es el tétrico hallazgo con el que se han topado los autores de la denuncia. Todo tirado en contenedores de basura, junto a material clínico, jeringuillas, batas y compresas o sábanas ensangrentadas. Todo documentado con fotos escalofriantes, que por respeto no he querido incluir.

¿Y qué ha hecho el ministro del Interior para llegar hasta el fondo de esta denuncia? Nada hasta ahora.

La denuncia ante la Guardia Civil incluye evidencias de que los centros abortistas están defraudando a Hacienda y estafando a la sanidad pública.

Según La Vida Importa, los abortorios practican un 35% más de abortos de los que declaran y, así, estarían robando a Hacienda. Y pasan facturas al sistema público de salud por los abortos que practican, y ponen en ellas un precio superior al que realmente cuesta el servicio, estafando de esta manera a todos los contribuyentes.

¿Y qué se ha hecho para acabar con esta impunidad? Nada hasta ahora.

La denuncia, con todas las pruebas, se presentó el pasado 4 de junio en el cuartel de la Guardia Civil de Tres Cantos (Madrid). En estos cinco meses, no se ha practicado ni una sola pesquisa, no se ha hecho diligencia alguna para esclarecer estos hechos gravísimos.