María Guijarro.- La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), denuncia la escasa sensibilidad de la Liga de Fútbol Profesional que ha fijado ocho partidos de Liga a las 22 horas, entre los días 7 y 11 de abril.

Los responsables de la Comisión Nacional consideran “inadmisible” que los aficionados tengan que perder tiempo de descanso para asistir en directo o presenciar por televisión su deporte favorito, a las diez de la noche y más cuando hablamos de unos partidos que se celebran entre semana sin un día festivo posterior.

Para José Luis Casero, Presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y de ARHOE, “no es una exageración hablar de la irracionalidad de horarios en España cuando nos encontramos con hechos como estos; no hablamos ya de los horarios laborales sino de aquellos que afectan a la actividad de ocio de un gran número de personas que asisten a estos espectáculos y en los que los intereses económicos de unos pocos priman sobre el bienestar de muchos”.

Desde la Comisión se insiste en que la falta de descanso, ocho horas al menos, es una fuente de estrés, siniestralidad y absentismo laborales, con afectación directa de la productividad. Hecho más grave aún cuando se trata de niños que asisten en gran número a los campos para ver a sus ídolos. Desde la Comisión Nacional se insiste en que “se trata de un problema de voluntad política; la falta de regulación resulta incomprensible. Tanto la Liga de Futbol Profesional como las televisiones no pueden influir a su antojo sobre el tiempo de descanso de miles de españoles.”.

“La solución es posible; basta con imitar lo que se hace en otras Ligas de países de nuestro entorno, como la Premier League o la Bundesliga, que programan los partidos entre las 15 y 19 horas en su gran mayoría, campeonatos en los que por añadidura existe un reparto más equitativo de los derechos televisivos. Una vez más somos una excepción para lo malo en Europa: se impone un acuerdo entre todas las parte interesadas para dejar de serlo”, señala José Luis Casero