El paradigma andaluz
El paradigma andaluz del clientelismo político, cobra mucha más fuerza cuando los ciudadanos que votan, lo hacen mayoritariamente al partido más corrupto de la región; pero ese clientelismo queda en pelota picada, si la que fuera delegada de empleo de la Junta de Andalucía en Jaén Irene Sabalete, es pillada con el carrito de los helados lanzando un “ultimátum” en un despacho de la Delegación Provincial de Empleo de la ciudad del Santo Reino. Faltaba mes y medio para las elecciones autonómicas de 2012, cuando en una reunión con varios directores de las Unidades Territoriales de Empleo, Desarrollo Local y Tecnológico (UTEDLT) de aquella provincia, Irene Sabalete invitaba a los asistentes a que hiciesen campaña a favor del PSOE lanzando la siguiente advertencia: “Si no ganamos las elecciones, vosotros no vais a seguir trabajando en la Junta de Andalucía”.
Pues bien; para encontrar una explicación a lo que sucede en Andalucía, he considerado oportuno traer a colación el experimento de los chimpancés. Unos científicos colocaron cinco chimpancés en una jaula, y en el centro de la misma pusieron una escalera colocando en lo más alto una penca de plátanos.
Cuando un chimpancé subía la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los animales que habían quedado en el suelo. Después de lanzar varias veces los chorros de agua fría, cuando un chimpancé intentaba subir la escalera, los otros se lo impedían golpeándolo con contundencia.
Pasado un tiempo, ningún chimpancé subía la escalera a pesar de la tentación de los plátanos. Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los chimpancés por otro que nunca había estado en aquel escenario.
Lo primero que hizo el recién llegado fue intentar subir por la escalera para alcanzar los plátanos, pero rápidamente se lo impidieron los demás golpeándole a placer. Después de varias palizas, el nuevo integrante del grupo ya no intentó subir más por la escalera a pesar de desconocer el porqué de los golpes que le propinaban, cada vez que quería alcanzar la fruta.
Días después, otro chimpancé veterano fue sustituido por uno nuevo, y ocurrió lo mismo. Incluso el primer sustituto participó con entusiasmo en el linchamiento. Un tercer veterano fue relevado también, y se repitió el hecho, volvieron a golpear al nuevo con verdadero apasionamiento. Pasado un tiempo fue sustituido también el cuarto y, finalmente, el quinto de los veteranos fue a su vez cambiado, pero todos los recién llegados se llevaron lo suyo cuando intentaron subir a por los plátanos.
Al final, los científicos se quedaron con un grupo de chimpancés, que aunque nunca recibieron el baño de agua fría continuaban golpeando a aquel que intentaba llegar a la fruta. Si hubiese sido posible preguntar a los animales que quedaron finalmente en el escenario sobre la razón por la qué golpeaban a quienes intentaban subir la escalera, con certeza la respuesta hubiese sido: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así”.
¿Acaso no es este experimento con casi identidad absoluta, el realizado con un gran número de ciudadanos andaluces por parte del Partido Socialista Obrero Español?
¿Puede alguien negar a estas alturas la existencia de un clientelismo político establecido por ese partido, para perpetuarse en el poder por los siglos de los siglos y tener a sus acólitos colocados de por vida?
Aunque lo que sucede en Andalucía no se puede extrapolar a toda España, es evidente es que el cambio de conciencia colectiva llevado a cabo por los políticos del sistema, ha dado su resultado con el derrumbamiento moral y ético de la nación, que es mucho más nocivo que las consecuencias de una crisis económica.
El paradigma andaluz a muchos nos inquieta y a otros les resbala, pero deja clara la razón por la que los socialistas han sido encumbrados una y otra vez a lo más alto del podio. La ingeniería social propulsada por los dueños del cortijo, introdujo una muletilla que sentaría cátedra, y que se aplicaría con todo rigor contra todo aquel que discrepase de su discurso: Eso es “políticamente incorrecto”.
Ha sido políticamente incorrecto durante muchos años que un trabajador por cuenta ajena no se afiliara a uno de los dos sindicatos mayoritarios; se le hacía el vacío y era tachado de esquirol o chivato con la consigna burlona de potencial “heredero” de la empresa.
Es políticamente incorrecto optar al concurso de una obra pública sin ofrecer a cambio la correspondiente “mordida”. El sistema señalará y condenará al intruso, no admitiendo bajo ningún concepto alardes de honradez.
Es políticamente incorrecto hablar de los hombres maltratados por parte de sus parejas, y de los cientos de padres que tras la ruptura sentimental al verse en una clara situación de indefensión y ruina económica, han acabado suicidándose.
Es políticamente incorrecto defender a la familia tradicional, la vida del hijo concebido y no nacido, y del derecho sagrado que tiene a nacer.
Es políticamente incorrecto ejercer el derecho a la libertad de expresión, cuando se trata de denunciar las avalanchas que sufren nuestras fronteras por parte de miles de subsaharianos en Ceuta y en Melilla.
Es políticamente incorrecto manifestarse contra la puesta en libertad de los terroristas vascos de la ETA, de asesinos en serie y de narcotraficantes, y posicionarse firmemente abrazando y apoyando a las víctimas de los asesinos.
Es políticamente incorrecto que un ciudadano devuelva un objeto de valor o dinero hallado en la calle, porque de inmediato, se le tildará a través de las redes sociales de auténtico “gilipollas”. No se le presentará como ejemplo a seguir, y será considerado por la masa como un bicho raro en peligro de extinción.
Es políticamente incorrecto que un joven no entre en las “rutas suicidas”, el botellón, la música estridente y las drogas. Se le calificará de “muermo” o “pureta”, y se le increpará con mofa y befa acerca de la formación educativa recibida.
El políticamente incorrecto esgrimir tu dignidad como español, y rebelarte contra las graves ofensas y ultrajes a los símbolos de la Patria.
Es políticamente incorrecto defender a un anciano en la vía pública. Salir en defensa de nuestros mayores cuando son objeto de agresión o burla por parte de los pandilleros de moda, es exponerte a que la masa te increpe y te catalogue de “facha”, pudiendo ser además detenido y conducido bien etiquetado ante el juez.
Es políticamente incorrecto que un vecino se queje de los escándalos nocturnos y de los gamberros que perturban el descanso de los demás. Se le amenaza, se le agrede, y con seguridad será objeto de daños en su patrimonio.
Es políticamente incorrecto que un partido de la Selección Nacional de Fútbol tenga lugar en Cataluña o Vascongadas, o que una edición de la Vuelta Ciclista a España discurra por esas regiones españolas.
Es políticamente incorrecto que un profesor ejerza su magisterio con autoridad. Rápidamente será increpado por los alumnos y los padres de éstos, sin que el claustro mueva un solo dedo. Los responsables de muchos centros públicos de enseñanza carecen de autoridad moral para expedientar a estos sujetos, porque son el arma utilizada por los activistas para convocar manifestaciones de carácter político.
Es políticamente incorrecto el trabajo incansable realizado por una humilde juez como doña Mercedes Alaya, persiguiendo los delitos cometidos por “la casta” política andaluza. Esta heroína del Derecho es increpada, insultada, difamada, injuriada, calumniada, linchada por los medios del sistema, y hasta “víctima” de un “accidental” incendio en su Juzgado.
Todo esto y mucho más, lo está llevando a cabo sin sentir el menor remordimiento una masa perfectamente adoctrinada, que como los chimpancés del experimento no conocen el motivo que tienen para adoptar ese tipo de comportamientos, simplemente les enseñaron a creer que las cosas siempre fueron así.
Estoy totalmente de acuerdo y me gustaría tomar información de esta publicación para mi blog, para mi proxima sección de opiniones.
Gran artículo José Luis, muy bien redactado, y con una estela de VERDADES que si la “castuza” tuviese vergüenza, ellos mismos se entregarían en comisaría para ser conducidos ante el Tribunal de España.
Nuestro incondicional apoyo, el mío y el de mi familia, al director de este medio don Armando Robles, por su profesionalidad y valentía.
Sr. Román: Como le comenté en otro artículo, tiene que dar mucha más caña. Mucha más. Pero EN CURSIVA, SUBRAYADA y EN NEGRITA. Le ruego que no lo olvide. Lo triste – como también le comenté – es que usted o cualquiera que escriba sobre temas políticos, pueden decir misa, que a muchos (o a todos) los gobernantes (andaluces y no andaluces), por un oído les entra y por otro les sale. Ignoro que es lo que hay que hacer para que se enteren de una puta vez (la verdad es que si lo sé, pero no es “políticamente correcto”… Leer más »
Luchar contra el poder establecido es muy difícil, pero -y esto quiero subrayarlo-, gracias a AD podemos expresarnos libremente. Digo esto, porque antes de la existencia de este medio dirigido por nuestro admirado y buen amigo don Armando Robles y su equipo, hacer públicas estas opiniones era prácticamente imposible. El sistema ha sido implacable. Remitías un artículo a cualquier medio de papel y, como mucho, te publicaban lo que ellos consideraban políticamente correcto, o sea, la cuarta parte del escrito, y esto, en un porcentaje de uno de cada cien. Se te caían lo palos del sombrajo cuando veías publicado… Leer más »
Sr. Román: tiene toda la razón. A mi también me ha pasado lo mismo en algunos periódicos.
Decía George Orwell : “Si la libertad significa algo, será sobre todo el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír”.
Seguimos en contacto y ¡mas caña!
Fabuloso final de artículo, con los “es políticamente incorrecto”. Así es y ha sido siempre España, la gran mayoría va adonde va Vicente, sin saber quién es, adónde va realmente ni por qué va allí.
Gracias Ay por tus opiniones. Un saludo cordial
Buen artículo, no comprendo esto que pasa aquí en Andalucía, esa subida al psoe después de todos los chorizos que están saliendo aún no termino de creérmelo.
mar, una vez más le doy las gracias por sus palabras. Un cordial saludo