Izquierda Unida y Podemos
Considero que tanto en las muy cercanas elecciones municipales y autonómicas como en las generales ambas formaciones políticas deberían ir integradas en la marca “Podemos”. Aunque en los comicios del 24 de mayo van a ir cada una por su lado, lo que, a mi juicio, va a suponer un descalabro aún mayor para Izquierda Unida en relación con el resultado de votos que conseguirá.
Porque en vista de lo que ya ha sucedido en las pasadas elecciones, lo más prudente me parece que es sacar las consecuencias de un análisis realista de la situación social y política de este país. No se deben dispersar los votos de los ciudadanos. Lo más racional es intentar concentrarlos en una sola plataforma o formación política para dar más fuerza y peso político y democrático a las exigencias ciudadanas. Ya Anguita propuso el año pasado la unión de Izquierda Unida y Podemos, y es un profundo analista de la política y de la realidad social.
Puesto que las posibles alianzas poselectorales no parecen la mejor forma de reforzar la situación de un partido político, si alcanza un escaso porcentaje de los votos, y queda relegado a un segundo plano en el ámbito político.
Si en estas cercanas elecciones los resultados de IU son peores todavía de lo que han sido recientemente, supongo que harán repensar y recapacitar a la dirección del partido. La ciudadanía da la impresión de que vería con muy buenos ojos la unión de la izquierda en Podemos, por razones de puro pragmatismo social y político. De este modo, estarían mejor representados los intereses de una parte muy considerable de la población que vota cambios profundos.
La confusión política, y la práctica errática perjudican a las organizaciones políticas. Ya que los ciudadanos se dan perfecta cuenta de esto, y lo castigan, generalmente, en las urnas.
No debe conservarse, a toda costa, el nombre y la historia de Izquierda Unida por lo que ha representado en la etapa democrática de nuestro país, sino de pensar en el bien de este país. Nadie deja de reconocer la extraordinaria labor de este partido, en los últimos decenios en favor de los desfavorecidos, etc., pero han llegado tiempos nuevos.
Se puede especular lo que se quiera sobre los posibles resultados de esta formación en las elecciones autonómicas y municipales, pero las tendencias que marcan los diversos sondeos son claras, y más aún lo son los últimos resultados.
Estamos ante una oportunidad histórica que se está presentando ante nosotros de, quizás, poder cambiar con una cierta profundidad muchas cosas en el funcionamiento del estado, y de la política y la sociedad, pero puede ser desaprovechada, si no se toman decisiones que casi son de sentido común, y que dependen de las voluntades de los dirigentes de partidos políticos.
De todas formas, en política lo fundamental es ponerse de acuerdo sobre las propuestas concretas de mejora de la realidad económica y social de nuestro país. Con la colaboración de los mejores expertos para que aconsejen y asesoren de la mejor manera en la resolución de los gravísimos problemas sociales de España. El paro, la precariedad laboral, los bajos salarios, los desahucios, las pensiones, la sanidad, la educación, la vivienda, etc., exigen el mayor esfuerzo y dedicación, lo demás es secundario.