Alberto Contador se proclamó vencedor del Giro de Italia 2015, segundo en su carrera profesional, después de una sensacional edición donde fue el más fuerte en todos los terrenos y ahora piensa ya en su próximo reto, el Tour de Francia. La ronda italiana echó el cierre en Milán con el paseo triunfal del pinteño y la sorprendente victoria de Iljo Keisse, que evitó la llegada masiva de los sprinters.

Primera gran vuelta del año y primera victoria. Alberto Contador ya cuenta con la primera mitad de su gran sueño, de su gran objetivo: el doblete con el Tour de Francia. Y lo hizo con una autoridad apalastante desde la primera semana de un Giro que se complicó en la sexta etapa con aquella caída en la recta final de Castiglione Della Pescaia, donde se fue al suelo y se le salió hasta en dos ocasiones el hombro izquierdo.

Un traspiés el día después de vestirse de rosa, color que sólo abandonaría un día, en Jesolo, en favor de Fabio Aru, segundo en la general final por delante de Mikel Landa, los otros dos grandes protagonistas de esta impresionante edición. Un año con mucha montaña y que nos dejó imágenes que pasarán a formar parte de la historia de este deporte como las jornadas con los finales en alto de Aprica, con aquella subida de Contador al Mortirolo casi en solitario, la de Cervinia, que supuso el resurgimiento de Aru, o la de Sestriere, donde el italiano llegó a pensar en dar la campanada.
Pero no lo hizo debido a que Contador se mostró en todo momento intratable. El pinteño fue siempre el más fuerte en la montaña, saliendo bien a las embestidas del Astana, que contó en esta edición con una inesperada baza como es Mikel Landa. El de Murgia ha sido, sin discusión, la gran revelación del Giro. Se sabía que era bueno, muy bueno, pero en esta carrera ha nacido un jefe de filas para las grandes vueltas. El ciclista vasco ha mostrado su mejor versión en su terreno favorito, la montaña, y fue, junto con Aru, los únicos que llegaron a poner en peligro al líder. Con dos triunfos de etapa épicos en Madonna di Campiglio y Aprica, Landa ha terminado por fin con el debate de si hay relevo generacional en el ciclismo español.

Un ciclismo que sigue todavía sumando los triunfos de Contador en las grandes vueltas y que en este Giro ha contado hasta tres triunfos de etapa con el de Intxausti en Campitello Matese. El Movistar Team, por cierto, que logró colocar a Andrey Amador en una muy meritoria cuarta plaza de la general por delante de Ryder Hesjedal, uno de los grandes animadores de la última semana, y que consiguió la ‘maglia’ azul de la montaña con Giovanni Visconti. El de los puntos fue para Nizzolo.

Y así, con el inesperado triunfo de Keisse en Milán y con Alberto Contador marcando un tres con la mano al cruzar la meta -sumando de esta forma el que le restaron en 2011 por sanción-, terminaba el Giro. El madrileño suma dos grandes seguidas (tras la Vuelta a España del año pasado) y ya cuenta en su palmarés con siete (dos Giros, dos Tours y tres Vueltas). Ahora, a por el más difícil, el doblete con el Tour de Francia. Un reto al alcance sólo de los elegidos y donde tendrá mucha más competencia con Chris Froome, Vincenzo Nibali y Nairo Quintana.

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