Cristianos nuevos y viejos
“Aunque pobre – dice Sancho Panza – soy cristiano viejo y no debo nada a nadie”
¿Hay ahora en España cristianos nuevos? ¿Y viejos? ¿Qué diferencia existe entre ellos?
Todo empezó cuando los españoles que vivían en la actual España, en el siglo V, en la que ya había una honda sima entre los iberorromanos y los judíos. En el III Concilio de Toledo (589) se prohibió a los judíos casarse con cristianas, comprar esclavos cristianos y ocupar cargos que autorizaran imponer castigos a los cristianos. En el IV Concilio (633), también de Toledo, se decretó que los judíos que se casan con cristianas se debían convertir al cristianismo o separarse de sus esposas y que podrían ejercer cargo público de ningún tipo.
Los enemigos potenciales de los reyes visigodos pertenecían a la más alta nobleza y por esto los judíos quedaron implicados. Los hebreos proporcionaban grandes sumas de dinero a algunos nobles que gobernaban provincias mayores, y cuando la actitud projudía de éstos era conocida, sus subordinados, (jueces, etc.), se comportaban conforme a sus deseos. Fue la primera vez en que la diferencia entre judíos y los que no lo eran, se manifestó públicamente en la Península. A partir de esa fecha los acontecimientos de la población judía en España se desarrollaron automáticamente, aumentando progresivamente en detrimento de los propios judíos. Lo que preocupaba a los reyes unionistas visigodos eran las grandes sumas de dinero que entraba en las arcas de algunos nobles y les facilitaba adquirir armas, mantener más secuaces, contratar más espías y agentes secretos, lo que incrementaba su capacidad conspiratoria envalentonándolos para iniciar insurrecciones.
Los reyes sabían que los judíos no participaban directamente y por eso no les acusaron de rebeldes, pero por su constante soporte financiero a los nobles, se les miraba políticamente como una amenaza, independientemente de la cuestión religiosa. Había dos formas de atajar este problema de corrupción dicha por el Rey visigodo Sisebuto (565-621), feroz antisemita: forzar a todos los judíos a convertirse y portarse como cristianos y en ese caso ya no tenían necesidad de sobornar a los nobles y, la otra opción era empobrecerlos y entonces eran incapaces de sobornarlos. El Rey Recesvinto (672), también antijudío, y sus sucesores aplicaron las dos formas alternativamente.
Los judíos empezaron a ser vistos “de otra manera”. La principal contribución judía a España fue en el ámbito económico y artesanal: agricultura, vestuario, armas, mercaderes, médicos, agrimensores, matemáticos, mineros de sal, recaudadores, arrendadores de impuestos, administradores, emisarios, diplomáticos que se perfeccionaron de generación en generación.
A parte de su laboriosidad, los reyes cristianos les ofrecieron casas, barrios, dándoles garantías judiciales. Al adoptar esta práctica, la España cristiana siguió la norma de los gobernantes moros de la península, que nombraron para altos cargos a varios judíos sobresalientes. La España del 1.000 al 1.252 fue la etapa más feliz de su larga historia en la península ibérica, por su rápido crecimiento y constante alza en estatus e influencia gracias al apoyo de los reyes y de los grandes. Aunque hubo matanzas en Castrojeriz en 1035, Toledo y Escalona en 1109 y el pogromo de León en 1230. Pero en el fondo, “la comunidad judía era una corporación consistente en un grupo de permanentes extranjeros que estaban esencialmente viviendo aparte de la sociedad cristiana” porque el judío era visto como permanente extranjero, no solo por los no judíos, sino por ellos mismos.
La comunidad judía española no estaba sujeta a la jurisdicción de la ciudad, vivía separada judicialmente, los conflictos entre ellos eran resueltos por sus propios tribunales, mientras que los problemas entre judíos y los no judíos eran resueltos por jueces especiales elegidos por el rey. Sus obligaciones fiscales eran distintas pues pagaban la mayor parte de sus impuestos al rey y pocos a las ciudades en las que habitaban. Vivían separados territorialmente, en barrios específicamente designados para ellos. Siempre y en todas las épocas tuvieron el estigma del extranjerismo de los judíos. Cuando las funciones ejercidas por los judíos pudieron hacerlas los cristianos, la actividad judía fue considerada perturbadora y perjudicial; producía celos.
El primer ataque público a los judíos como recaudadores de rentas reales de Castilla fue durante el reinado de Sancho IV en las Cortes de Haro, en 1288, donde se exigió que los judíos cesaran en tales cargos (arrendatarios y recaudadores de impuestos). En las Cortes de Valladolid en 1293, ocurrió lo mismo. Se oponían a que la alta nobleza (ricos omes), caballeros, alcaldes (jueces reales de ciudad o provinciales- merinos -), moros, clérigos o judíos fueran recaudadores, arrendatarios o inspectores.
El problema fue agrandándose con el tiempo. Se creía que España, sus tradiciones y su fe pertenecían exclusivamente a los cristianos viejos o simplemente cristianos. Este patrimonio no podía compartirse con judíos, moros o herejes. Cada vez y con más frecuencia, se produjeron alborotos en contra de los judíos, (la revuelta antijudía de 1391 fue una revuelta popular dirigida contra ellos que se inició el 6 de junio de ese año en Sevilla). Hubo saqueos, incendios, matanzas y conversiones forzadas de judíos en las principales juderías de las ciudades de casi todos los reinos cristianos de la Península Ibérica: las coronas de Castilla y Aragón y en el reino de Navarra. Las revueltas más graves fueron en Sevilla y se propagaron a Córdoba, Toledo y otras ciudades castellanas. La razón era por los puestos que ocupaban y en menor medida por cuestión religiosa, lo que llevó a los judíos que no querían perder sus posiciones, pues muchos ocupaban altos cargos en las cuatro administraciones del país (real, nobiliaria, eclesiástica y urbana), a convertirse al cristianismo; a los que se les llamó “conversos” o “cristianos nuevos”. A partir de ese momento histórico la expulsión de los judíos en 1492 y la Inquisición tuvieron mucho que ver.
A principios de la Edad Moderna, la obsesión por la “pureza de sangre” (tener una larga ascendencia cristiana vieja) inundó las sociedades castellana y aragonesa hasta un punto desconocido. Ni siquiera el bautismo lavaba por completo los pecados de los individuos en estas sociedades, algo completamente opuesto a la doctrina cristiana, que situaban a los judeoconversos y sus descendientes en una escala social inferior a los llamados cristianos viejos. Tener ascendencia cristiana era más importante que los méritos o las riquezas a la hora de acceder a ciertos puestos en la Corte y entrar en órdenes militares como la de Santiago; lo cual no evitó que hubiera muchos casos de descendientes de judeoconversos, como el inquisidor Tomás de Torquemada o directamente de conversos, como Andrés de Cabrera, (1511) – financiero, político, noble y militar castellano de ascendencia judeoconversa, mayordomo, consejero y tesorero del Rey Enrique IV de Castilla, año en que obtiene el hábito de la orden de Santiago, partidario de Isabel la Católica en la guerra de Sucesión castellana -, ocuparon cargos destacados. Paradójicamente, dos de los protagonistas de esta Corte llena de prejuicios, el mismísimo Rey Fernando “El Católico” y su primo el poderoso noble castellano Fadrique Álvarez de Toledo, II duque de Alba, portaban una remota ascendencia judía.
La expulsión de los judíos en 1492 ordenada por los Reyes Católicos fue el episodio final a una convivencia entre cristianos y judíos que se había deteriorado gravemente en poco tiempo. Aunque entre las clases populares las tensiones religiosas fueron una constante durante la Edad Media, en la Corte y en los ambientes aristocráticos de Castilla no habían existido altos niveles de antisemitismo durante el siglo XIV ni en el XV. Fue con la unión dinástica entre Fernando e Isabel cuando regresó a la Corte la importancia de acabar con lo que se estimaba un Estado dentro del Estado. Tradicionalmente se ha creído, y así se ha escenificado en cuadros y obras literarias, que fue la Reina quien tomó la decisión influida por su confesor converso Hernando de Talavera, con ayuda del oscuro Tomás de Torquemada, pero en realidad Fernando no solo no hizo nada para evitarlo, sino que estaba plenamente de acuerdo con una medida que le rozaba a nivel familiar.
Aunque el objeto oficial de la Inquisición era combatir las herejías, y aunque no tenía competencias sobre los no bautizados, ya de paso, empezó a vigilar “muy de cerca” a los judíos conversos, los cristianos nuevos, pues sospechaba, a veces con razón, que los conversos, practicaban en secreto los ritos judíos, aparentando que eran buenos cristianos; eran los llamados “marranos”. Por consiguiente, en años posteriores, aparte de castigar y perseguir a los erasmistas, luteranos, calvinistas, anglicanos, los que practicaban la brujería, la sodomía y la bigamia, incluyó en su “catálogo” de “objetivos no deseables” a toda clase de judíos. Daba igual que fueran o no conversos. El hecho de ser judío, implicaba automáticamente ser sospechoso de algo. El ser judío era un estigma, que duraba toda su vida y se traspasaba a las generaciones posteriores. Esto duró hasta bien entrado el siglo XIX cuando el Santo Oficio fue abolido por la Reina Regente Mª Cristina de Borbón. Esto hizo que los judíos, conversos, marranos tuvieran que hacer verdaderos malabarismos para no caer en las garras inquisitoriales y evitar la hoguera o sufrir todo de tipo de castigos (confiscaciones de bienes, torturas, etc.) durante casi 400 años.
A todo esto, los judíos, de la clase que fuesen se mezclaban inicialmente con los cristianos viejos, posteriormente esta mezcla, se fue mezclando a su vez con los que oficialmente eran cristianos viejos, cuando en realidad, no se sabía si éstos eran puros; es decir cuatro generaciones de cristianos viejos que había que demostrar. Era la llamada “Sentencia-Estatuto” de limpieza de sangre. Pero cuatro generaciones abarcaban como máximo poco más de 300 años, con lo que tenemos otros cien años en los que no se podía demostrar oficialmente que una persona era o no cristiano viejo, aparte que cuando empezó la exigencia de “pureza de sangre” allá por 1.500, se podía comprar el certificado de la susodicha pureza de sangre. Resultado: cuando se abolió la Inquisición, no se sabía exactamente quien tenía sangre judía y quién no. Los únicos que tenían sangre judía eran los que se declaraban judíos.
Descendientes de conversos o bien conversos españoles, aparte de los ya mencionados fueron: el padre Mariana, Santa Teresa de Jesús, Gabriel Zaporta (1580, comerciante y financiero aragonés), Manuel Cortizos de Villasante (1603-1650, banquero), Samuel Abravanel (financiero del siglo XIV), Fernando Díaz de Toledo (siglo XV, oidor y relator del Consejo de Castilla, refrendario, notario y secretario real), Luis de Santángel (1498, financiero y protector de Cristóbal Colon), Alfonso de la Caballería (1484, financiero, vicecanciller y primer presidente del Consejo de Aragón, intentó impedir el decreto de expulsión de los judíos de 1492), Hernando de Zafra (1444 – 1508) secretario de los Reyes Católicos, fue el principal negociador de la rendición de Granada por parte cristiana, junto con Gonzalo Fernández del Córdoba, el Gran Capitán), Lope de Conchillos y Quintana (1521, destacado burócrata español, secretario real de los Reyes Católicos), Alfonso de Valladolid (1270 – 1346, escritor y médico hispano hebreo, además de clérigo de las religiones judía y cristiana (primero rabino y luego sacerdote tras su conversión), Pablo de Santa María (1400, poeta, erudito e historiador español hispano hebreo, consejero de Enrique II, escritor teológico y comentarista bíblico, obispo de Cartagena y Burgos), Juan Arias Dávila (1480, político y eclesiástico, obispo de Sevilla, protonotario apostólico y miembro del Consejo Real de Enrique IV de Castilla y de los Reyes Católicos), Gonzalo Pérez de Vivero (1418 – 1482, obispo y catedrático de la universidad de Salamanca), Hernando de Talavera (1428 – 1507, arzobispo de Granada, confesor y consejero de Isabel la Católica), Pedro Díaz de Toledo y Ovalle (1425 -1499, obispo de Málaga, capellán de Juan II y Enrique IV de Castilla), Pedrarias Dávila, noble, político y militar destacado por su participación en América donde fue gobernador y capitán general de Castilla del Oro y gobernador de Nicaragua (1528 – 1531), Juan Luis Vives (1492 – 1540, humanista, filósofo y pedagogo), Andrés Laguna (1499 – 1559, médico humanista, especialmente dedicado a la farmacología y a la botánica médica), San Juan de Ávila (1500 – 1569, sacerdote y escritor ascético, doctor de la Iglesia), Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Josep Tarongí (1847, escritor mallorquín). Casas nobles: Manrique, Mendoza, Rojas, Salcedo, Hurtado de Mendoza, Ayala, Zúñiga, Arellano, etc.). Muchos.
Y así entramos en los siglos XX y en el XXI con mayores dudas todavía si cabe, al respecto. Por eso la pregunta que habría que hacerse es: ¿Hay algún español en la actualidad que tenga la certeza absoluta al cien por cien que por sus venas no corre sangre judía?
Es para meditar y analizar el asunto en profundidad.
Sí, sí… mucha contribución dice usted. . España no fue el único que los expulsó. Téngase en cuenta los siguiente EXPULSIONES DE JUDÍOS EN EUROPA 1) Inglaterra: Los judíos fueron expulsados en 1290 por Eduardo I, no se les permitió retornar hasta 1655. 2) Francia: Expulsados en 1306 por Felipe el Hermoso. Unos pocos regresaron pero fueron expulsados nuevamente en 1394. Poblaciones judías permanecen en Bordeaux, Avignon, Marseilles (expulsados en 1682) y el norte de la provincia de Alsacia. 3) Sajonia: Expulsados en 1349. 4) Hungría: En el año 1092 los judíos controlaban la recaudación impositiva de Hungría. En 1360… Leer más »
Sr. PinchoPonche: gracias por sus comentarios.
Yo personalmente no hablo de contribución, lo hace la historia. Me limito a exponer lo que ocurrió. Y no tengo la culpa que los expulsaran de muchos sitios.
Si tiene alguna queja, hagásela a ellos.
Un saludo.
No pretendía hacer acusaciones por la expulsión sino todo lo contrario. subrayar el hecho de que los judíos, ya en la antigüedad, fueron unos indeseables para un nutrido conjunto de países. Saludos.
Todo ese tocho para intentar meternos en el coco que tenemos sangre judía y así aceptar al pueblo judío. Posiblemente su lobby en España haya untado a este periodista, dicho sea de paso, para el mismo objetivo: Españoles, no seáis antisemitas, que vosotros mismos sois judíos.
Pues no cuela, los análisis genéticos dicen otra cosa.
Sr. albaceteño1977: Soy el autor del “tocho” como dice usted. Gracias por leerme y por sus comentarios. Dios me libre de meter en el coco a nadie que tiene o no sangre judia, ni aceptar al pueblo judio, ni a ningún otro pueblo. No valgo tanto. No pertenezco a ningún lobby, aunque reconozco que ya me gustaria, porque me han dicho que pagan muy bien. El que sea, aunque por pedir, prefiero los americanos. Esto es un artículo histórico sobre una realidad que pasó en España. Nada más y le ruego no le dé más vueltas, que no hay nada… Leer más »
¿Hay algún español en la actualidad que tenga la certeza absoluta al cien por cien que por sus venas no corre sangre judía?
Después de leer su amplia exposición, y bajo mi humilde opinión, creo que no. Aunque puedo estar equivocado.
Señor Cepas, muchas gracias por su artículo.
Un saludo cordial
No tan humilde Sr. Román, no tan humilde, que no cuela. Usted ha demostrado claramente lo que es, en no pocas ocasiones. Un extraordinario periodista que debería escribir en los mejores periódicos de papel españoles y fuera de nuestras fronteras ¿Porque no lo intenta? Se lo digo en serio. Escribe usted muy bien. Tengo muchos elementos para juzgarle en ese aspecto, aunque no me gusta juzgar a nadie. Hablando del artículo, efectivamente es muy difícil, por no decir imposible saber si alguien tiene restos de sangre hebrea, o sangre judía simplemente. También cabe la posibilidad que no lo digan, por… Leer más »
Sr. De Cabeza al Abismo: gracias por leer mi artículo.
No puedo discutir el fundamento de la teología (o como se diga en términos hebreos) judaica. No tengo conocimientos sobre el tema.
En cualquier caso le agradezco sus comentarios.
Un saludo.
En realidad me lo he leído por encima. Y seguro que es muy bueno ya que sin duda usted es un coco. Quizás luego me lo lea con calma. Pasa que es mi deber y obligación defender al hombre blanco de la descomposición orgánico-espiritual que padece desde hace ya muchísimos años y he utilizado su artículo para lanzar un torpedo y exponer a su peor enemigo. Está claro que cada uno, con razón o sin ella, engañado o no, piensa y cree en lo que quiere. Finalmente sólo diré que sin el Cristianismo (o el Asatru, que en verdad son… Leer más »
Puede o no leerlo, me es indiferente. Lo que no voy a hacer más es contestarle. Yo no lo he insultado.
Coco = un tío con cabeza, una persona inteligente.
Entonces le pido disculpas. Lo he entendido al revés. A lo mejor no soy tan inteligente como usted piensa.
Hombre no creo que seas tonto de remate, ni tonto a secas, sí te comentaré que la inteligencia (la mente) es un área a desarrollar del ser humano. Es decisión ante todo TUYA elevarla y desarrollarla. El ‘a lo mejor’ o ‘quizás’ no te los aconsejo, vete con cuidado con ellos, son las puertas de entrada del esceptismo y al relativismo, al escenario difuso que suele terminar con la inacción. Se puede ser humilde pero evitando el escepticismo en uno mismo. es mejor tener voluntad fuerte y decisión aunque te estrelles luego, es un deber ser mejor, de hecho te… Leer más »
Gracias por la clase de filosofía.
la história de España está tan tergiversada que todo esto nos importa un bledo… yo solo se que la España castellana hasta el s.XIX tenia el maravedí como moneda… mientras que en Catalunya hacia siglos que teniamos el ducado, florín… que la imprenta del sXV obligó a expulsar a los judios para robarles y frenar el auge de la imprenta, retrasando el papel cultural, y artístico que podria haber tenido España, mientras en Italia, Catalunya, Holanda… florecian de esplendor de un renacimiento precioso que España con su censura, imperialismo, guerracivilismo contra provincias, se automutilaba un Estado que en pleno s.… Leer más »
Sr. catalán: gracias por leer mi artículo. Creo que se ha equivocado de artículo.Éste trata sobre los conversos y cristianos viejos y no sobre otra cosa. Pero me ha gustado su opinión: todos somos españoles (incluidos los catalanes).
Un saludo.
Osea, que América la descubrió un pujol. No? Y te voy a dar la razón . Con maravedís. robados en España durante décadas están comprando media Sudamérica .
Eres un paleto ignorante y engaña viejas.
Pues si yo descubriera que tengo algún antepasado judío, me importaría un pimiento, la verdad. Tener algún ancestro de hace 500 o 700 años que fuese judío no te convierte en judío.
Sr. alfonso: Soy el autor del artículo. Gracias por leerlo.
Le pregunto: Si se descubriera que tiene algún ascendiente judío reciente con mucho dinero, o un banquero, y que pudiera heredarle ¿que haría?
Un saludo.
Excelente repaso a la cuestión judía en España. En cuanto a la pregunta: ¿Como saberlo con certeza? A lo largo de los siglos el amor da muchas vueltas y el hijo de un judio converso y una cristiana (o viceversa) es educado en la fe cristiana. Asi que o descubrimos un gen “judio” en la sangre que separe a unos de otros, o tendremos que vivir con la duda… En todo caso, un católico coherente con su fe no debería echar en cara a un converso su origen. Al hacerlo se está cargando la compasión y la caridad, ejes de… Leer más »
Sr. louis: Soy el autor y gracias por leer el artículo.
Estoy totalmente de acuerdo con sus opiniones. Hay que ser coherente.
Un saludo.
Fuente: Judaism Strange Gods, págs. 269 – 272. Odio Anti-Goyimítico y Anti-Cristiano El Rabino Moisés Maimónides clasificó a Jesús Cristo como un ídolo y a la religión Cristiana como una forma de idolatría y dictaminó que los Cristianos están sujetos a todas las desventajas puestas sobre los idólatras por la ley rabínica. Consultar Moisés Maimónides, Epistle to Yemen (Epístola a Yemen); (263) y Hilchot Avodah Zara 9:4. como está escrito en Etz Chayim, Portal 49, cap. 3, que todo lo bueno que las naciones hacen, se hace por motivos egoístas. Dado que su nefesh emana de kelipot el cual contiene… Leer más »
Bastante de acuerdo con tus comentarios. Sobre la sangre judía, para ellos, los judíos, esto no tiene importancia. No hay una raza pura, una sangre judía. Se han mezclado tanto a lo largo de su historia que ya ni se sabe cómo sería el prototipo puro. Pero no hay duda de que sería más o menos como un sirio, no lejano a un turco, como los pueblos vecinos. Pero si vamos a Israel, comprobamos cuantísimas personas (que se dicen judíos) son blancos, con ojos claros, con rasgos totalmente nórdicos. Se consideran judíos porque para ellos solo cuenta su religión. El… Leer más »
Es cierto lo que dices. El Judaísmo no tiene un núcleo unitario racial pero sí religioso (aunque haya judíos ateos). Yo creo que en origen SÍ lo eran, pero lo que vemos ahora (tal como dices en Israel) son asimilados y conversos los cuales tienen un valor instrumental a mi juicio para ellos (piensa también que se odian entre ellos, incluso los askena con los sefarad). Pero sí miras los que mandan y los sacerdotes son muy iguales, por tanto un origen racial lo tienen. Son muy endogámicos y aunque haya que se mezclen racialmente (a saber los %s) son… Leer más »
Muchas gracias, Sr. Ay.
Pienso que tiene razón en que se habla poco de los judíos en España. Puede ser porque hay más españoles de sangre hebra, o hebreos puros de lo que parece. Además está la política. El gobierno es pro-palestino.
Además está el asunto de conceder la nacionalidad española a los sefarditas españoles, del que se hace poca publicidad. El porqué no lo sé, pero es una muestra más de que los judíos “no son bien vistos”. Creo.
Por cierto, De Cabeza al Abismo, tu definición de la cloaca actual es perfecta: materialistas, totalmente cretinizados y espiritualmente muertos. No puedo estar más de acuerdo.