¿Cómo es posible que un individuo capaz de liarse a golpes con un grupo de jóvenes a los que llama despectivamente “lúmpenes” por ser de un estrato social más bajo que el suyo, e intentar éstos sustraerle en la Universidad una caja de mezclas, pueda dedicarse con denuedo a partirse la cara en defensa de los asesinos más despreciables y repugnantes del planeta Tierra, haciendo alusión a los derechos humanos?

Lo hemos visto en herriko tabernas dando su apoyo a los terroristas, e incluso pactando y sentando a sus adláteres junto a los de Bildu en algún que otro ayuntamiento.

Este defensor a ultranza de los terroristas vascos de la ETA, dice ahora “que es un problema trágico que aun ETA tenga dispersos a más de 500 asesinos por cárceles de España”.

Lleva tiempo Pablo, meneando el tema del acercamiento de los presos etarras a Vascongadas. Insiste contaminando a la opinión pública con discursos demagógicos con tono rapero, con teorías trufadas de medias verdades, de silogismos macabros, y con metáforas políticas llenas de bilis.

Reagrupar a los presos etarras no conduce más que a reforzar la tesis de ETA. Sería como juntar a los cerebros de ETA en un hotel cercano a su casa, para que en un clima de sosiego y retiro pagado por el Estado, pudiesen maquinar nuevas técnicas de extorsionar e intimidar, si no consiguen la independencia de la región españolísima de Vascongadas. Y todo ello, con visitas familiares pagadas por el gobierno vasco, paseos por jardines floridos, citas bis a bis, buenos chuletones de buey y ordenador portátil.

Pablo, alza la voz señalando, que los presos también tienen derechos, y que se está torturando a los familiares de los asesinos etarras encarcelados en prisiones alejadas de sus casas, por el esfuerzo económico que suponen los desplazamientos hasta esas cárceles. Sin embargo, no piensa –y es que hace mucho tiempo que no cree en la libertad del hombre-, que si es duro el viaje hasta cualquier cárcel, lo es mucho más aunque pueda ser más corto el camino, hasta el cementerio en el que está enterrada la víctima inocente asesinada por el “carnicero” etarra.

Hay un doble lenguaje que habla de derechos y deberes, pero Pablo, es un maestro de la chapuza lingüística; o quizás lo sea más de la trampa y de jugar con el fuego del terrorismo con la intención de sacar provecho político. No discrimina entre votos legítimos y votos manchados de sangre. Quizás lo lleve en ese particular Rh heredado de su padre biológico ex militante del grupo terrorista FRAP, o de ese otro padre político supervisor de nubes, líder en arruinar económicamente un país y en despreciar la vida de los inocentes.

Yo te diré lo que es trágico, Pablo.

Trágico, es comprobar, como tú, puedes hacer todo tipo de declaraciones y decir lo que te venga en gana sin que la Fiscalía actúe de oficio, y por el contrario, sí lo haga, contra todo aquel que se enfrente abierta y públicamente contra los que ofenden a España de un modo grave e intolerable ¿Entiendes, Pablo?

Trágico, es observar la piel de toro en toda su extensión, y no encontrar ni un solo rincón donde los asesinos vascos de la ETA no hayan dejado su huella criminal.

Trágico, es recoger el cadáver del niño Fabio Moreno Asla, de dos años de edad, cuando fue asesinado por tus amigos los terroristas vascos de la ETA en noviembre de 1991.

Trágico, es recoger a la niña Irene Villa, de doce años de edad, con las piernas amputadas por una carga explosiva colocada por tus amigos los terroristas vascos de la ETA en octubre de 1991.

Trágico, es recoger los pedazos de las dos niñas gemelas Esther y Miriam, sobrinas de Francisco José Alcaraz, cuando fueron literalmente dinamitadas en el cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza en diciembre de 1987, por tus amigos terroristas vascos de la ETA.

Trágico, es ver volar a un niño de dieciséis meses y a su abuela en San Sebastián, víctimas de una carga explosiva colocada en un juguete por tus amigos vascos de la ETA en agosto de 2001.

Trágico, es ver a ciudadanos inocentes de toda condición y estrato social, volar por los aires en el Hipercor de Barcelona, después de que tus amigos terroristas vascos de la ETA colocaran una carga explosiva en junio de 1987.

Trágico, es que tú, Pablo, tengas carta blanca en todas las televisiones y radios públicas de España como máximo representante del marxismo leninismo en nuestro país, a pesar de que la doctrina que difundes y defiendes soporta una mochila con más de CIEN MILLONES de seres humanos asesinados.

Y trágico, es que el líder del PSOE ZPedro Sánchez vaya de tu mano, Pablo, pactando y bailando allá donde sea necesario. O que tú, Pablo, tengas acojonado a un gobierno del Partido Popular acomplejado y blandengue, que con una mayoría absoluta en el Parlamento, cobardea en tablas como si fueses el mismísimo Stalin encarnado en un morlaco de Miura.