Por José L. Román.- Si echamos un vistazo a las encuestas sobre la intención de voto en las próximas elecciones generales, todo apunta a que el PP no repetirá mayoría absoluta. Esto que quiere decir, pues que como ya ocurriera tras las elecciones del pasado 24-M, la izquierda podría volver a pactar con la extrema izquierda y los separatistas tal y como permite la democracia, y apear del machito a los populares instalados ahora mismo en el gobierno de la nación.

Pero, ¿qué lectura debemos hacer de esas prematuras encuestas? Bajo mi punto de vista, todo forma parte de una estrategia del Partido Popular para que los abstencionistas que nunca votarían a la izquierda ni al separatismo, voten al partido de Rajoy, aunque sea tapándose la nariz.

Explotan como nadie lo que está sucediendo en Grecia. Nos toman por imbéciles. Nos quieren hacer creer que lo que está aconteciendo allí es obra única y exclusivamente del partido de Tsipras, que lleva cuatro días en el gobierno. No señor. Lo que sucede en Grecia viene de lejos y ustedes lo saben. Resulta patético e indignante escuchar a González Pons, cuando refiriéndose a la deuda que Grecia tiene contraída con España, diga que es un dinero que los españoles tuvimos que pedir prestado para solidarizarnos con el país heleno. Miente. Ese dinero, si alguien lo pidió prestado fue el gobierno del PP sin consultar a su pueblo, a sabiendas, de que aquí en nuestro país, un millón de hogares no tenían, ni tienen, ningún tipo de ingreso y están con el hambre en los talones.

El sufragio universal ejercido por el pueblo griego libremente, en plena crisis económica, ha legitimado a un partido marxista para dirigir la nación. Un partido del que no nos tiene que lanzar el PP mensajes de pánico y miedo. No deberían molestarse en intentar amedrentarnos para lograr sus objetivos políticos. Mejor expliquen la llamada de Obama a las autoridades europeas para que rescaten a Grecia sea como sea, por estar en juego las bases militares norteamericanas en suelo griego, o el posible acercamiento de Grecia a Rusia y a China.

El PP repite estrategia. Busca de nuevo el voto útil y el voto del mal menor, pero resulta que esos millones de ciudadanos a los que intentan convencer por enésima vez, ya no creen en corruptos, mentirosos y cobardes. Esos millones de españoles saben que el gobierno del PP ha permitido por su inacción y cobardía que los marxistas estén donde están, independientemente de los pactos con el PSOE. El gobierno del PP les permitió que siguieran controlando la universidad; les abrió los medios para desgastar al PSOE y liquidar a IU y así tenerlos como rivales directos, convencidos, de que por su ideología y el historial de sus principales dirigentes, no tenían nada que hacer frente a un gobierno que había acabado con la crisis. Pero, después de los resultados del 24M, se dan cuenta de su error, y a seis meses de las generales despliegan todo el poder que ejercen sobre el control de la información, y toda la artillería mediática y publicitaria para presentar a Rajoy como “garante de futuro”, frente a “unos radicales que pretenden arruinarnos como sus hermanos gemelos en Grecia”.

Lanzan una y otra vez a través de los medios el final de la crisis, la creación de no sé cuántos miles de puestos de trabajo, la rebaja del IRPF, la devolución de parte de lo robado a todos los funcionarios, y la subida simbólica de las pensiones. Por el contrario, y por citar algo, ya se les ha olvidado la lista interminable de “chorizos” dentro de sus filas; se les ha olvidado el total incumplimiento de su programa electoral de 2011; y se les ha olvidado por completo la puesta en libertad de los asesinos más repugnantes de nuestra historia reciente.

El PP repite estrategia: “O nosotros, o el caos”. Por eso no han consentido jamás -utilizando el poder y el control de los medios de comunicación-, que surja un “proyecto nacional” capaz de arrebatarles los votos de millones de españoles hartos de que nos roben, y extirpar de raíz el sistema autonómico como cáncer principal de España.

Por eso la estrategia del PP ha sido siempre la misma: Transmitir el miedo. Una vez más ponen en marcha esa maniobra meticulosamente urdida, calculada y meditada, para que ante esta grave crisis existencial de España, y de la que han sido colaboradores necesarios, el pueblo llano y trabajador con una formación cristiana que defiende sus tradiciones; los católicos practicantes, e incluso los que al margen de ideologías no soportan el sistema actual, no tengan otra opción “nacional” para votar en conciencia, y acaben entregándole el voto a ellos como única alternativa.

El que no sale en televisión, no existe. El PP lo sabe, y por eso lo utiliza. Entonces, aunque para los medios al servicio del gobierno cualquier nuevo “proyecto nacional” no exista, solo podemos decirle a los Rajoy, Aznar o a cualquiera de su misma ralea, que no nos taparemos la nariz para evitar su hedor, porque, a estas alturas, conocemos muy bien su táctica engañosa, anunciarnos que viene el marxismo, cuando el marxismo lo han traído ellos.